martes, 11 de febrero de 2014

The Hunger Games: Catching Fire

Mientras seguimos poniéndonos al día con las nueve nominadas al máximo galardón de la industria fílmica, quería hacerle un hueco a la cinta, quizás, más publicitada de todo 2013 y más esperada por una horda de fanáticos que se apropiaron de esta historia, desde las novelas de Suzanne Collins o de haber visto la primera entrega. La crítica "especializada" la aclamaba, las puntuaciones eran altísimas, J-Law está en la cresta de su ola profesional, un elenco plagado de estrellas, adaptación de una trilogía bestseller para público adolescente, carteles y afiches por doquier: ¿Quién me puede culpar por haber ido a verla? Si quieren saber mis sensaciones, ya saben dónde cliquear.


Contra todo pronóstico, Katniss Everdeen (Jennifer Lawrence) y Peeta Mellark (Josh Hutcherson) han ganado los 74º Juegos del Hambre. Sin embargo, su triunfo no fue uno más: ellos han despertado el espíritu de rebelión en los distritos de Panem y lo comprobarán en carne propia durante su “Tour de la Victoria”. Mientras tanto, El Capitolio está decidido a reprimir cualquier sublevación de manera cruenta y sanguinaria.

Para apalear esta situación de crisis interna, el presidente Cornelius Snow (Donald Sutherland) creará un nuevo espectáculo, en forma de distracción, para los habitantes de Panem: el tercer Vasallaje de los 25 (ya que cada 25 años hacen unos Juegos especiales). Para sorpresa de todos, los tributos serán antiguos vencedores. Esto significa que Katniss y Peeta volverán a al campo de batalla.

Por las fastuosas y tan decorosas críticas que había recibido, pensé encontrarme con la película del año. Pero no: está más que claro que con revisar los anuncios pagos en cada medio uno podrá entender por qué tantas alabanzas a un largometraje que, en mi opinión, está bastante lejos de merecerlas.

El culpable principal de que esta segunda entrega haya sido tan inconexa es Francis Lawrence (nada que ver con Jen, aparentemente). No me gustó para nada su dirección, en líneas generales.

De por sí, ya son dos películas diametralmente opuestas dentro de un mismo rollo. La primera mitad abarca muy tímidamente todo un contexto político y de revolución; no obstante, en todo momento, se mantiene indecisa en entrar de lleno y abordar íntegramente esa temática o mejor tocar suavemente algunos de esos puntos y no sacar el pie del plato de la acción (cuya profundidad es mucho menor y resulta más efectiva en cuanto al impacto en el público). En medio de este dilema, nada termina de estallar y ya transcurrieron 60 minutos en los cuales el argumento no está explicado de la mejor manera, resultando tedioso y entregando al público a merced de cualquier distracción ajena a la cinta.

El segundo tramo ya nos sumerge a lo que estábamos más acostumbrado: las peleas, las destrezas de cada tributo, las estrategias de combate y supervivencia. Aquí con la cinta se desenvuelve con mejor soltura y delicadeza, volviéndose atractiva y dejando al espectador con ganas de más.

Justamente, es muy probable que lo mejor, en cuanto al desarrollo haya sido esa red de alianzas y desconfianzas que logran mantener en vilo, tanto a los protagonistas como al público, sobre quiénes son realmente dignos de confiar y quiénes se convertirán en traidores, en el primer momento en que se les dé la espalda.

Pero, ¡por favor! ¿Qué fue ese el último plano?.. Aún no sé cómo describirlo: trillado, híper quemado, sin sentido, absurdo.

En cuanto al elenco, los que ya habían participado en el primer episodio, se mantienen mayormente sólidos; salvo Lenny Kravitz. Lo del neoyorquino es bastante triste: si ya es un tibio como músico (que es a lo que se dedica… supuestamente), a la hora de actuar es un témpano rígido.

Creo que todo país merece un show televisivo conducido por el Caesar Flickerman de Stanley Tucci, -en especial, Argentina; entre tantos Iudicas y Peluffos-. No exagero al decir que, por lejos, es mi interpretación favorita en lo que va de esta saga fílmica. Su rol no puede pasar desapercibido: él expresa toda la superficialidad, falsedad y espectacularización de la TV.

Ya le vamos a dedicar una reseña donde su papel sea más relevante, pero este artículo nos sirve para recordar y homenajear brevemente al gran actor, Philip Seymour Hoffman (Capote, The Master, Moneyball); uno de los refuerzos en esta historia, que perdió la vida hace pocos días.Seymour Hoffman demuestra, una vez más, que junto a Christopher Walken, Steve Buscemi, Paul Giamatti o Woody Harrelson (que también sigue en buen nivel con su Haymitch) ya es uno de los mejores actores secundarios de la historia del cine que, sin importar que papel le tires, él te devuelve la pared, desempeñándose con maestría en cualquier registro dramático. El séptimo arte ha perdido un talento gigantesco con su partida.

Por último, así como en Silver Linings Playbook, celebré la vuelta de Julita Stiles a las salas de cine; me despertó cierta sonrisa la vuelta de Jena Malone (Into the Wild), una joven actriz que nunca tuvo problemas en desempeñar papeles algo picarones.

Sinceramente, esperaba mucho más de esta timorata superproducción que se queda en medias tintas. Habrá que esperar al tercer capítulo que, por si no lo sabían, se dividirá en dos partes (para seguir currando, por supuesto). Así que, los más fanáticos, vayan haciéndose la idea.

Ficha Técnica

Reparto: Jennifer Lawrence - Josh Hutcherson - Woody Harrelson - Philip Seymour Hoffman.
Director: Francis Lawrence.
Año: 2013.
Duración: 145 minutos.
Calificación El Guionista: 6.
Películas por catálogo: no aún.

Tráiler para Cine

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