viernes, 27 de enero de 2012

J. Edgar

No suelo escribir críticas luego de tan poco tiempo de ver una película en el cine (no pasaron ni quince minutos desde que volví del Village Caballito), pero esta costumbre (o falta de ella) es solamente por razones operativas. Sepan que estoy en firme desacuerdo con aquellos que, para escribir sobre una película, deben dejar pasar un tiempo. “Noooo, ni si quiera te puedo decir qué me pareció, necesito reflexionar sobre la película”, dicen muchos para hacerse los interesantes. Bullshit. Creo firmemente que si una película te encantó, tanto como si la encontraste mala o simplemente mediocre, esa opinión no cambiará (o no debería hacerlo) por el simple paso del tiempo. La película es la misma ahora que dentro de tres meses.


Pero bueno, son opiniones. Déjenme decirles primero que esta fue mi segunda visita al cine en esta semana, ya que el pasado martes visitamos las instalaciones del Cinemark Caballito con el co-autor de este fascinante blog para ver The Girl with the Dragon Tattoo, cuya crítica podrán leer en breve gracias a la pluma del citado Míster Castaño. Esta segunda experiencia de cine semanal vino de la mano de dos elementos: un fiasco y una excelente película. Paso a detallar.

En primer lugar, el fiasco. Al llegar a la zona de venta de entradas del mencionado complejo, me encontré que, a pesar de la época de verano y de tratarse de un viernes al mediodía, la fila para obtener las localidades era excesivamente larga para las dos boleterías habilitadas sobre un total de diez. Y encima, la mayoría de los componentes de la fila eran señoras de avanzada edad que acompañaban a fastidiosos infantes que se morían por ver Alvin y las ardillitas o los Muppets (sin comentarios). Pero como si eso fuera poco, el componente principal del fiasco llegó a mí cuando le pido a la chica del snack bar un paquete grande de pochoclos salados, para que esta me responda muy suelta de cuerpo: “tenemos dulces nada más”. Créanme que estuve a punto de preguntarle “¿y entonces para qué abriste?”, pero me contuve.

Al margen de mi malestar pochoclístico, este pequeño incidente no me impidió disfrutar de una de las mejores actuaciones de los últimos tiempos. J. Edgar es, obviamente, un retrato de la vida de John Edgar Hoover, un joven que, tras un breve paso por las oficinas del Ministerio de Defensa estadounidense, llegó a ser director del FBI con tan solo veintinueve años de edad. El protagonista del film es interpretado por un Leonardo DiCaprio que nos regala su mejor actuación desde que trajo a la vida a otro complejo personaje histórico en The Aviator, como es Howard Hughes.

Por su parte, la trama de la película acompaña perfectamente a la actuación de DiCaprio gracias a otra muestra de notable talento que su director, Clint Eastwood, propone. La historia está contada en dos frentes temporales: el período final de la vida de Hoover, en el que todavía dirige al Buró de Inteligencia estadounidense, mientras se dedica a escribir sus memorias y un repaso en formato flashback de su carrera al frente del FBI, que incluye los casos más relevantes en los que participó y las conflictivas y complejas relaciones que fue desarrollando con los años.

En este último apartado es donde la película suma, a una brillante historia y un perfecto actor principal, su último componente de genialidad, tres personajes secundarios que acompañan a Leo D de manera sólida, participativa, pero sin quitarle importancia al protagonista. Judi Dench interpreta a la Señora Hoover, madre de Edgar, quien ha sido la mentora y el soporte del joven Hoover cuando su carrera apenas iniciaba. Armie Hammer encarna a Clyde Tolson, mano derecha de J. Edgar, con quien el protagonista desarrolla una relación tan profunda como reveladora, mientras que Naomi Watts hace las veces de Helen Gandy, secretaria personal del director del FBI y encargada de proteger uno de los secretos mejor guardados de la historia estadounidense, los archivos personales de J. Edgar Hoover, que contenían información clasificada sobre personalidades como Eleanor Roosevelt o el propio Richard Nixon, y que nunca fueron encontrados tras la muerte de su dueño.

Dinámica, entretenida, conmovedora y altamente interesante, J. Edgar es una de las mejores películas biográficas de los últimos años. O lo será hasta que se produzca el estreno de The Iron Lady, film que tendrá a Meryl Streep interpretando a Margaret Thatcher y que me muero por ver.

Ficha Técnica

Reparto: Leonardo DiCaprio - Naomi Watts - Judi Dench.
Director: Clint Eastwood.
Duración: 137 minutos.
Año: 2011.
Calificación El Guionista: 8.
Películas por catálogo: Cerraron Megaupload, no hago milagros.

Tráiler para Cine

1 comentario:

  1. Para este tipo de pelis el village caballito es el ideal creo por la ubicación de las butacas. Igual me cansa un poco Di Caprio con esta nueva onda que se le dió por hacer pelis biográficas!
    Lore

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