Sí, lo sé, cada vez actualizamos con menor frecuencia y los
privamos de nuestros maravillosos artículos. Pero sean conscientes de que en
algún momento volveremos a recuperar el ritmo. Sin embargo, hoy es hoy e
intentaré redimirme con un clásico, uno de mis favoritos: Dr. Strangelove or:
How I Learned to Stop Worrying and Love the Bomb.
En los años ’60 y en plena Guerra Fría, el general Jack
Ripper (Sterling Hayden), bajo un estado de paranoia, pierde la cordura y ordena
un ataque nuclear por parte de su escuadrón a las bases militares de Rusia. El
capitán Madrake (Peter Sellers), segundo al mando, intentará poner fin a la
locura del general, pero le será imposible ya que éste ordenó el ataque aéreo
plan R, una medida que necesita un código especial para ser abortada y sólo
Ripper (traducido como Navaja) sabe esas tres letras. Pero Mandrake (o
Mandrágora) también tendrá que lidiar con el estado de alerta máxima del
cuartel, que deberá enfrentarse a todo aquel que se presente en el lugar.
Mientras tanto, el presidente de los Estados Unidos, Merkin
Muffley (también Peter Sellers) al enterarse que su país entró en guerra y no
fue él quien dio la orden decide reunirse con otros políticos y militares para
buscar una solución en conjunto con Rusia, mientras intenta convencerlos de que
no fue él quien dio esa directiva. Uno de los consultados es Buck Turgidson
(George C. Scott), un general que da parte de la situación actual al comité
allí reunido. “Bucky” (o también Pomposito) es profundamente nacionalista y
anticomunista. Su desconfianza hacia los “rooskies” (“rusitos”) lo lleva a ver
con buenos ojos un posible ataque sorpresa e intenta persuadir al primer
mandatario de que el mejor remedio es dejar fluir la embestida estadounidense.
El panorama cambia de manera drástica cuando desde Rusia se
le informa a Muffley de la existencia de la Máquina del Fin del Mundo; un arma
nuclear que, de sufrir los inminentes ataques aéreos de las fuerzas
norteamericanas, se activaría automáticamente causando una catástrofe mundial, erradicando toda
forma de vida de todo el planeta. Esta amenaza aterroriza a todos los presentes
en la Sala de Guerra, salvo a un ser sombrío, quien parece tener la solución a
esta situación fatal: él es el doctor Strangelove.
Este film es una magnífica sátira y una tomada de pelos al
contexto mundial de aquel momento. No sólo por sus magníficos planos (en
especial los amplios, que me provocan placer) o su capacidad de inspirarse en
una novela dramática militar para crear una de las mejores comedias negras de
la historia del cine (la mejor relacionada al género bélico); a Stanley Kubrick
lo convierte en grande el hecho de animarse a hacer burla de la Guerra Fría,
¡en plena Guerra Fría y en plena Guerra de Vietnam!
Hay que ser muy corajudo y Kubrick lo fue: por todo esto sus
tres nominaciones al Oscar (mejor dirección, mejor guión adaptado y mejor
película) fueron indiscutibles. He visto La Naranja Mecánica y Full Metal
Jacket, pero Dr. Insólito o: Cómo aprendí a dejar de preocuparme y amar la
bomba es mi favorito de su legado e integra mi top 20 personal. Muchas escenas de este descollante largometraje merecen ser destacadas, pero una de mis preferidas es la conversación telefónica que entablan ambos presidentes.
La actuación de Peter Sellers es para que todos aquellos que
desean ser actores o necesitan ser inspirados recurran a ella a menudo. No sólo
porque interpreta a tres papeles (hubieran sido cuatro si no hubiese sufrido un
accidente), sino por la heterogeneidad de cada uno de ellos y en especial por su
papel del doctor Strangelove: pese a tener nula participación en la primera
mitad, pero más relevancia en el desenlace y epílogo, Sellers logra transmitir
la perversión y lo siniestro que es este personaje.
Entiendan esto, el personaje que da título a la obra está
sentado en una silla de ruedas y apenas habla; pero sus inflexiones en la voz,
sus gestos, el movimiento de sus manos, su mirada, las muecas con la boca: todo
esto convierte a Sellers en un maestro de maestros de la interpretación. Para
sacarse el sombrero. No me gusta prejuzgar pero me resulta muy difícil creer
que Rex Harrison haya realizado una mejor performance en My Fair Lady que el
grandioso Peter, al nivel de ganarle en la terna de mejor actor en los premios
Oscar de 1965. Además creo que nunca llegaré a comprobarlo, ya que ese film
dura casi tres horas y es del género musical romántico (salvo que cinco
personas me la recomienden a viva voz).
Asimismo, la interpretación magnífica es la de George C.
Scott, como el general Turgidson, que merecía a gritos una nominación como
mejor reparto. Inobjetablemente, es el personaje más divertido y eufórico,
portador de un nacionalismo absurdo que saca a relucir en cada uno de sus
comentarios o ideas. Otro papel menor pero importante es el que encarna Slim Pickens como el mayor T. J. "King" Kong, quien comanda el ataque aéreo contra Rusia y
nos hará reír con su accionar.
Como estudiante de Comunicación y (si Dios y el Diegote lo quieren) futuro periodista, es mi deber remarcar que la influencia de los medios quedará reflejada en
algunos fragmentos, especialmente cuando el embajador ruso discute con Muffley
o la importancia que le dan para informarse sobre si se desató una invasión
realmente. En adición, quisiera citar una frase de este maravilloso film que
sintetiza de manera brillante el modus operandi durante la Guerra Fría: “La
intimidación es el arte de producir en la mente del enemigo el miedo a atacar”
Si se busca sarcasmo y humor crítico, esta obra es su mejor
exponente. No me gusta prejuzgar aunque siempre termino haciéndolo y esta vez
no será la excepción: me apeno mucho de aquellos que al verla, no sepan
apreciar su brillantez y delicadeza. Magnífica dirección, magníficas interpretaciones
y magnífico relato con todos los condimentos necesarios para trascender su
tiempo. Valiente, vanguardista e incisiva: Kubrick se ríe de la historia cuando
aún era presente.
Ficha Técnica
Reparto: Peter Sellers – George C. Scott – Sterling Hayden.
Director: Stanley Kubrick.
Año: 1964.
Duración: 95 minutos.
Calificación El Guionista: 9
Películas por catálogo: incluida.
Tráiler para Cine
Tráiler para Cine
Si existiera un Oscar para las críticas cinematográficas sin dudas lo tendrías en alguna vitrina de tu living. Aunque el término "crítica" queda chico en este caso. Se nota la pasión que ponés en cada frase ya que no sólo hablás de cine sino que buscás que despertar en los demás la misma pasión. Ese concepto de querer compartir lo que nos gusta es algo que define a las personas.
ResponderEliminarMuy buen trailer. Incita. La estética me atrae aunque no sé si la temática me atraparía.
No me digas que no te gustan los musicales!!! Yo tengo debilidad por ellos. Y My fair lady es un clásico imperdible dentro de ese género.
PD:
Debo admitir que, de todos los géneros existentes, el del musical es al que más trato de evitar. Pero como prometí aquí, si 5 cinco personas me recomiendan de verla, lo haré.
ResponderEliminarSos el primero.
Creo que otro factor fundamental para que te dejes atrapar por este gran film es la duración: es corta y no es para nada pesada.
¡Muchas gracias por tus elogios y tus comentarios, Marxe!