Durante el prolongado tiempo de ausencia que nos tomamos en
El Guionista, no dejé de estar pendiente del blog: corrigiendo cosas, agregando
otras y, sobretodo, pensando qué películas faltaban a este humilde pero cálido
espacio de expresión cinéfila. Llegué a la conclusión de que muchos de mis
largometrajes favoritos no se encontraban aquí. Hoy, además de una de mis
predilectas, haré mención al clásico de clásicos, quizás el más importante film
de todos los tiempos: The Godfather (El Padrino).
Verano de 1945; se celebra la boda de Connie (Talia Shire),
hija del jefe mafioso de una de las cinco familias que manejan la ciudad de
Nueva York, Vito Corleone (Marlon Brando). Como mandan las bodas sicilianas,
todos los miembros de la familia de los homenajeados deben estar presentes,
como también los amigos y las personas cercanas. Mientras el Don atiende
distintos asuntos y escucha las peticiones de allegados y protegidos, su hijo
menor, Michael (Al Pacino), regresa a su hogar (luego de haber sido condecorado
héroe de guerra), acompañado de su flamante novia, Kay (Diane Keaton).
Michael es el distinto de los Corleone, se podría decir “la
oveja blanca”. Pese a los planes de Don Vito, él se alista al ejército y
pretende llevar adelante una vida pura y cristalina, sin desconocer ni
olvidarse de sus vínculos sanguíneos. Durante la fiesta de casamiento también
se reencontrará con sus hermanos Sonny (James Caan), Fredo (John Cazale) y Tom
Hagen (Robert Duvall). A diferencia de él, sus hermanos sí están comprometidos
con los “negocios” de la familia y muy pendientes del nuevo mercado emergente:
el de las drogas duras (especialmente, la heroína).
Don Corleone se reúne con “el Turco” Sollozzo, un traficante
siciliano que responde a la familia Tattaglia, que le ofrece el 30% de su
ganancia a cambio de un millón de dólares y protección legal. Pese a la
tentativa, el capo mafia rechazará la oferta, ya que considera que el negocio
de las drogas es sumamente peligroso e incluso podría poner en riesgo todo el
respaldo que él posee en las altas esferas. Esta decisión sorprende a Sollozzo
y cae aún peor en el resto de las familias que componen esta gran red del
hampa. A partir de aquí habrá un quiebre en sus relaciones y la guerra entre
ellas se desatará en las calles, donde ningún tipo de custodia o cuidado será
suficiente.
Ya en la primera media hora de la cinta, durante el
casamiento, podremos empezar a dilucidar las personalidades de los distintos
protagonistas. Vito Corleone, el padrino, es un hombre para respetar, al que su
voz pausada y rasposa te impide desobedecerlo y su presencia logra intimidar
tanto a amigos como a enemigos. Sonny Corleone, su hijo mayor, está destinado a
sucederlo en el trono, pero su agresividad, su falta de diálogo y sus actitudes
impulsivas le juegan muchas veces en contra. Fredo Corleone, en cambio, es el de aspecto más
débil y manipulable. Tom Hagen, el hijo adoptivo, el más estratégico, frío
y contemplativo, es la mano derecha del Don, su consigliere. Finalmente, Michael Corleone, el hijo menor, un héroe
de guerra que pretende mantenerse alejado de los negocios y llevar adelante una
vida honesta. Sin embargo, es el de carácter y fortaleza más parecida a su
padre.
En la primera escena, junto a Bonasera, seremos testigos de
todo el poder que emana el personaje interpretado por el enorme Marlon Brando.
Sus expresiones, sus gestos con las manos (cuando se rasca la mejilla o cuando
algo le causa mucho dolor), su mirada y sus inflexiones en la voz, se unifican
logrando una perfecta definición del personaje más trascendente este film y la
apropiación total del personaje por parte del actor. Cada vez que percibamos
algo relacionado a “Vito Corleone” nuestra imagen mental nos redireccionará
directamente al gran Marlon Brando y su caracterización.
Para Pacino, Caan y Duvall, no sólo significó el salto a la
fama, sino también la realización de las interpretaciones más importante de su
carrera. Estos tres actores compartieron terna al Oscar por mejor reparto, un
hecho bastante atípico pero totalmente merecido. Difícil elegir uno, aunque me
encantó la entrega y la potencia de Caan para con Santino Corleone. Finalmente, ninguno de ellos lo ganó (fueron derrotados por Joel Grey de Cabaret), y el que
sí se llevó uno fue Brando (mejor actor principal), pero decidió rechazarlo y
envió a la actriz india, Anna Kashfi, en forma de protesta por la
discriminación de Hollywood hacia los aborígenes.
Es difícil de entender cómo hay gente que se niega a darle
una oportunidad a esta película, como mi amigo Facu Franco. Si es por la longevidad de la obra, ¿vamos a
clasificar a todo lo viejo como malo? Ignorancia pura; más si tenemos en cuenta
que todos aquellos que la vimos no nos cansamos de tirarle flores a esta obra
maestra. ¿Es por su duración? Ya esto sería el colmo de la estupidez; espero
que esos mismos que se basan en este argumento no hayan visto ninguna de las
entregas de El Señor de los Anillos. ¿No resulta atractiva la temática? No es un
film de mafias corriente; es el mejor. Aquí podremos conocer sus códigos, su
manera de proceder, los valores, la importancia de la familia y del rol del
hombre. El amor, las costumbres, la traición, el tráfico, la sangre; no queda
tema sin tocar.
Además, ¿quién se puede resistir a ver tamaños actores
juntos en un mismo largometraje? Marlon Brando, Al Pacino, James Caan, Robert
Duvall, Diane Keaton, además de los enormes aportes de John Cazale (Dog Day Afternoon, The Deer Hunter), Sterling Hayden (Dr. Strangelove), Talia Shire
(Rocky), John Marley o Richard S. Castellano. Todos ellos, bajo la magnífica
dirección del gran Francis Ford Coppola, el mejor durante esa época. No todos
pueden realizar tres obras cumbres en siete años (El Padrino, El Padrino II y
Apocalipsis Now) ni tampoco tener la habilidad de hacer resplandecer a grandes
figuras por igual en elencos galácticos.
Por último, no puedo obviar el dato de que, cuando decidan
exponer todos sus sentidos y emprender este viaje de sensaciones y emociones,
se enfrentarán ante el mejor guión de toda la historia del séptimo arte. Desde
frases tan profundas y verdaderas como “Un hombre que no le dedica tiempo a su
familia jamás podrá ser un verdadero hombre”, a otras menos filosóficas, pero
sumamente descriptivas como “Le haré una oferta que no podrá rechazar” o “Deja
el arma, toma los cannoli” (ésta es mi favorita). El Padrino es una perfecta cadena de
escenas descomunales (como la de la cama del productor de Hollywood, la del
peaje, la del hospital) que de destacarlas todas estaría narrando toda la
película.
Esta saga, basada en la novelas de Mario Puzo, fue nominada
a 11 premios Oscar, obtuvo los de Mejor Actor (Brando), mejor guión adaptado (Ford
Coppola y Puzo) y mejor película de 1972. También nominada a 5 Globos de Oro,
adjudicándoselos todos. Considerada por el portal IMDb como la mejor película
junto a The Shawshank Redemption, como también por el sitio Filmaffinity.
Particularmente, la he visto cinco veces de principio a fin (una en el cine, muy bien acompañado) y
me resulta imposible evitarla si la encuentro en algún zapping furioso.
¿Por qué pienso que los 70’s fue la mejor década del cine?
Porque fue el lapso donde los mejores actores de la historia brillaron y
supieron lucir su apogeo. Donde se produjeron los filmes más notables y que
reinventaron a la industria, rompiendo los paradigmas anteriores. Esta obra de
culto es uno de estos máximos exponentes. Integra mi podio personal de mejores
películas que he visto, sólo superado por una. Aunque para muchos, esta primera
parte de la saga es el mejor largometraje de todos los tiempos.
Conclusión: si les gusta el buen cine, amarán a El Padrino.
Ficha Técnica
Reparto: Marlon Brando – Al Pacino – James Caan – Robert
Duvall.
Director: Francis Ford Coppola.
Duración: 175 minutos.
Año: 1972.
Calificación El Guionista: 10.
Películas por catálogo: más que incluida.
Trailer para Cine
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La primera vez que vi esta trilogía me quedé tan sorprendida como confundida. Me había enterado de la historia pero se me escapaban muchos detalles y personajes secundarios. Siempre he querido volver a verla para enterarme algo mejor, pero todavía no he tenido la ocasión.
ResponderEliminarYo creo que recién la tercera vez que la vi pude disfrutarla un 100%, prestando atención a los detalles que parecen menores en la primera vez, que enriquecen aún más la obra.
ResponderEliminarSabés que mi opinión (como la de muchos otros) es que, de tener tiempo, hay que darle oportunidad porque lo merece enormemente.
¡Muchas gracias Bea por volver a comentar! Esperamos por más de tus aportes.