The Descendants

Mucho se puede escuchar, leer o ver sobre la 84º ceremonia de los Premios Oscar, que ya es inminente. Luego de procesar todo el caudal informativo sobre este tema, llegué a la conclusión que, dentro de las nueve seleccionadas a mejor film del año, las favoritas a adjudicárselo son tres: The Artist, Hugo y The Descendants (Los descendientes). A El Guionista sólo le faltaba criticar una de ellas y es por este motivo que nos reunimos con la crítica de la fecha.

Matt King (George Clooney) sufre la peor crisis de su vida. Su mujer se encuentra en coma debido a un terrible accidente y se debate entre la vida y la muerte. Ambos son padres de dos chicas que tampoco la están pasando de maravilla. Además de intentar salir adelante frente a la crítica situación de salud de su esposa y ganarse el respeto de sus hijas, nuestro héroe debe atender otros frentes, como su trabajo en la oficina y la venta de miles de hectáreas de un terreno de la familia en una de las islas de Hawai, que pertenecieron a generaciones pasadas y, al venderlas, pondrían en riesgo el ecosistema de la región.

Todo empeora cuando los doctores le afirman que su esposa jamás despertará. Desbordado por su terrible realidad, buscará apoyo en su hija mayor, Alexandra (Shailene Woodley) para contener a la más pequeña, Scottie (Amara Miller) y para comunicarle la triste noticia a su círculo más cercano. La relación en el último tiempo de Alexandra con su madre no era buena ya que ella la había descubierto engañando a su padre con otro hombre. Matt, quien jamás tuvo una mínima sospecha, decidirá ir a buscar al hombre con quien su mujer se acostaba. Nuestro héroe deberá dividirse en sus asuntos familiares como también en los negocios y en su búsqueda personal, mientras intenta permanecer fuerte frente a sus hijas.

Voy a llamar al banquillo de los acusados al director de este film, Alexander Payne, y seré su abogado defensor, al mismo tiempo que soy el fiscal de la causa. Luego de haber visto otras obras de este realizador como About Schmidt o Sideways puedo concluir que siente pasión por los dramas familiares y existenciales de los protagonistas, pero llevándolos a la pantalla de una forma totalmente distinta a lo que estamos acostumbrados. No esperen derroches de sentimentalismo, ni golpes bajos porque es algo con lo que él no puede convivir aparentemente. Su intención es omitirlos o darlos por entendidos, mientras enseña otra faceta del drama mismo.

Como puntos positivos, el primero es sin duda la elección del elenco. Este film no hubiera sido lo mismo sin George Clooney. Este cincuentón canoso hizo un giro de 180º y decidió, desde hace por lo menos diez años, redireccionar su carrera dejando de lado sus clásicos papeles de galán seductor u otros menos comprometidos, para evolucionar en su faceta dramática. Luego de interpretaciones como las de Syriana o Michael Clayton, con la de Matt King suma otra en su trayectoria que lo alza como uno de los mejores actores de los últimos años.

No me animaría a decir que aquí vemos al mejor Clooney hasta el momento, pero sí puedo afirmar que vemos al más humano, entregándose por completo a su personaje y logrando empatía inmediata con los espectadores. Merecido candidato al Oscar por mejor actor y favorito a obtenerlo, por encima de Jean Dujardin (El Artista). El 2011 fue un muy buen año para Clooney (quien también protagonizó, dirigió y adaptó The Ides of March) en cuanto a nominaciones pero, en mi opinión, todas algo sobrevaloradas. Si del casting hablamos, no puedo olvidarme de Shailene Woodley quien también lleva a cabo un grato desempeño y que la propulsa como una de las revelaciones del año a la cual habrá que seguir bien de cerca.

Ahora, en un término medio se encuentra el guión. Alterna buenas y malas, y contiene tantas escenas maravillosas y cálidas como otras que hacen mucho ruido y no tienen mucho sentido. Sí reconozco que la línea dramática es mucho más sincera y coherente a la realidad que solemos afrontar usualmente, con momentos absurdos o donde nos vemos superados. Admiro la resistencia de caer en el superficialismo ni en grandes cuotas de sensacionalismo, aunque esto muchas veces lleva a ignorar por completo la cuota sentimental que este tipo de películas debería tener; y eso es lo que pasa en este film. Tampoco puedo ignorar que su ritmo es monótono y jamás amaga a cambiar un poco.

Pero un aspecto claramente negativo es el de los actores secundarios y cómo hacen agua sin aportar nada significativo. Robert Forster realiza un papel correcto como el duro suegro de Matt que, mientras ve morir a su hija, responsabiliza a su yerno de la tragedia. Su primera aparición tiene una base sólida, pero la segunda es totalmente redundante y no divierte ni conmueve. Lo mismo puedo decir sobre el papel de Nick Krause, como Sid, que además de irritar sobremanera nunca llega a ganarse al público y está totalmente de más en la narración.

Es una buena película que jamás podría ganar el Oscar a mejor largometraje del año. Que esta cinta esté entre las mejores nueve de 2011 me hace formular dos hipótesis: que los integrantes de la Academia tienen el juicio sesgado (por favoritismo, por conveniencia o por ineptitud) o que la industria fílmica se encuentra en una decadencia que se va pronunciando aún más con el paso del tiempo. Me resulta inaceptable que (si buscaban un buen drama familiar y personal) hayan puesto a Los Descendientes por encima de Beginners, por ejemplo. En el caso de hacerse con la estatuilla de oro recapacitaré en observar la transmisión de las próximas ceremonias y dedicarle varias de mis horas a este tipo de injusticias y chantaje audiovisual.

Una producción que no es para todo el público, aunque habrá un mayor porcentaje a favor que en contra. Pero todos los espectadores, incluso los que le levantaron el pulgar, deberíamos convenir en que está muy lejos de ser una brillante obra de culto.

Ficha Técnica

Reparto: George Clooney – Shailene Woodley – Amara Miller.
Dirección: Alexander Payne.
Duración: 110 minutos.
Año: 2011.
Calificación El Guionista: 7.
Películas por catálogo: incluida.

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