Brandon (Michael Fassbender) es un atractivo y exitoso ejecutivo de treinta y pico de años, que vive solo en un hermoso departamento de la ciudad de Nueva York. Sin embargo dos grandes problemas lo aquejan: su dificultad para lograr intimidad con las mujeres y su adicción al sexo, en todas sus distintas expresiones. Pese a ser una persona solitaria, tímida e inhibida, él mantiene cierta armonía entre sus penurias y la manera de disminuirlas.
No obstante, su paz se ve desquebrajada cuando su hermana menor
se presenta en su vivienda sorpresivamente. Sissy (Carey Mulligan) encarna
absolutamente todo lo contrario a Brandon: es una mujer caprichosa, sin control,
desconsiderada y terriblemente desordenada. Ella irrumpe en la más absoluta
intimidad de nuestro héroe, haciendo trizas su metódica armonía. Ahora, Brandon,
no sólo deberá cargar con sus problemas, sino también con su hermana y el caos
que ella desata en su vida.
Si hace poco les dije que me parecía un actorazo, permítanme
confirmarlo ahora y agregar que Michael Fassbender, en esta cinta, deja la piel
literalmente. Él encarna a Brandon, un muchacho atormentado por la culpa y la
vergüenza de ser como es. Ésta es su interpretación más humana en un papel muy
jugado, donde hay una entrega y dedicación absoluta.
No es sólo por sus desnudos completos o lo que debe hacer
diariamente para contrarrestar su adicción: es que resulta sumamente creíble.
Sinceramente, yo puedo sentir su sufrimiento y sus cuestionamientos del otro
lado de la pantalla, por la empatía que logra en mí (más por su filosofía de vida, que por sus vicios). Un trabajo magnífico (el mejor
hasta el momento) sólo reconocido por una nominación al Globo de Oro, pese a
superar a los cinco nominados al Oscar, en mi opinión.
Su debut en la pantalla grande fue en el 2006 y su prolífica
filmografía se encuentra compuesta por títulos como Shame, A Dangerous Method,
Prometheus, Inglourious Basterds, 300, X-Men: First Class o Jane Eyre. Ya no me
quedan más elogios para este germano-irlandés, sólo decir que estoy
reconsiderando mi top 10 de mejores actores en el que, por ahora, se encuentra
ausente.
También debo reconocer la tarea de Carey Mulligan. Antes de
ver Shame, la consideraba una buena actriz y una linda chica. Luego, me
sorprendí con su lado sexy, demostrando que no es solo una cara bonita. Por
cierto, ella también se anima y realiza un desnudo integral, pero más corto que el de
Fassbender. Esta actriz londinense suma otra gran interpretación a un
muy buen repertorio (An Education, Drive, Never Let Me Go, The Greatest, entre
otras).
Hay que dejar de ver todas las producciones de Steven Spielberg o Woody Allen, e inmediatamente llenarlas de alabanzas (donde en
muchas oportunidades los detalles son más importantes que la sustancia, donde a
cada minuto aflora el sentimentalismo y la lágrima fácil, o donde se quiere
proporcionar cierta liviandad al relato agregando cuotas de humor innecesarias)
y empezar a abrirse a diferentes formas de hacer cine, mucho más crudas,
sencillas y sinceras: en definitiva, reales.
No sólo se presentan temas ya recurrentes como las
adicciones, la soledad y las experiencias del pasado; lo más profundo es el dilema
que se nos presenta entre saber lo que uno es y seguir adelante, aceptando los
propios defectos, o reconocer nuestras imperfecciones e intentar corregirlas
para ser mejores.
Este es un drama al que redefiniría como existencial o
personal, que ahonda en la vida de nuestro héroe y nos lo muestra tal cual es.
Cargado de erotismo y angustia, posee una belleza estética en todos sus
aspectos (sus colores fríos y apagados, la música nostálgica, los escenarios
amplios y desolados) y sus escenas no se quedan atrás, como la del
entrenamiento por la ciudad o la secuencia inicial en el subterráneo. Luego de
la interpretación del protagonista, lo mejor es el guión. Agudo y preciso,
brillará en varios momentos como en la conversación de nuestro héroe en un bar
con una señorita, o la charla que entablan los dos hermanos en el sillón frente
a la TV.
El director Steve McQueen (nada que ver con el actor de los
60’s) está creando un nuevo estilo de hacer cine, que lo proyecta en cada una
de sus obras con Michael Fassbender como su abanderado, y al que yo me adhiero
completamente. Ya vi la crudísima Hunger y, luego de ver Shame (mejor narrada y
más fluida), espero con ansias Twelve Years as Slave (con Fassbender, Brad Pitt
y Paul Giamatti).
Quizás alguno pueda creer que me excedí o que no es para
tanto. Pero lo bien rodada que está y la soberbia interpretación del protagonista, me generó una enorme satisfacción y sentí
ver algo ya conocido pero que nunca se lo había expresado de manera tan minuciosa.
Una cinta totalmente devastadora y perturbadora; para mí, una de las mejores
cinco películas de 2011.
Ficha Técnica
Reparto: Michael Fassbender – Carey Mulligan – James Badge
Dale.
Director: Steve McQueen.
Duración: 95 minutos.
Año: 2011.
Calificación El Guionista: 9.
Películas por catálogo: incluida.
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