lunes, 2 de julio de 2012

Shame

Dejemos de lado los clásicos por el momento y adentrémonos a un film que esperaba ver durante mucho tiempo por varias razones, que finalmente se estrenó mucho más tarde en mi país y que fue proyectada en muy pocas salas. Los invito a ver Shame (Deseos Culpables o Sin Reservas –pésimas traducciones-), una película no apta para menores de 16, mínimamente.


Brandon (Michael Fassbender) es un atractivo y exitoso ejecutivo de treinta y pico de años, que vive solo en un hermoso departamento de la ciudad de Nueva York. Sin embargo dos grandes problemas lo aquejan: su dificultad para lograr intimidad con las mujeres y su adicción al sexo, en todas sus distintas expresiones. Pese a ser una persona solitaria, tímida e inhibida, él mantiene cierta armonía entre sus penurias y la manera de disminuirlas.

No obstante, su paz se ve desquebrajada cuando su hermana menor se presenta en su vivienda sorpresivamente. Sissy (Carey Mulligan) encarna absolutamente todo lo contrario a Brandon: es una mujer caprichosa, sin control, desconsiderada y terriblemente desordenada. Ella irrumpe en la más absoluta intimidad de nuestro héroe, haciendo trizas su metódica armonía. Ahora, Brandon, no sólo deberá cargar con sus problemas, sino también con su hermana y el caos que ella desata en su vida.

Si hace poco les dije que me parecía un actorazo, permítanme confirmarlo ahora y agregar que Michael Fassbender, en esta cinta, deja la piel literalmente. Él encarna a Brandon, un muchacho atormentado por la culpa y la vergüenza de ser como es. Ésta es su interpretación más humana en un papel muy jugado, donde hay una entrega y dedicación absoluta.

No es sólo por sus desnudos completos o lo que debe hacer diariamente para contrarrestar su adicción: es que resulta sumamente creíble. Sinceramente, yo puedo sentir su sufrimiento y sus cuestionamientos del otro lado de la pantalla, por la empatía que logra en mí (más por su filosofía de vida, que por sus vicios). Un trabajo magnífico (el mejor hasta el momento) sólo reconocido por una nominación al Globo de Oro, pese a superar a los cinco nominados al Oscar, en mi opinión.

Su debut en la pantalla grande fue en el 2006 y su prolífica filmografía se encuentra compuesta por títulos como Shame, A Dangerous Method, Prometheus, Inglourious Basterds, 300, X-Men: First Class o Jane Eyre. Ya no me quedan más elogios para este germano-irlandés, sólo decir que estoy reconsiderando mi top 10 de mejores actores en el que, por ahora, se encuentra ausente.

También debo reconocer la tarea de Carey Mulligan. Antes de ver Shame, la consideraba una buena actriz y una linda chica. Luego, me sorprendí con su lado sexy, demostrando que no es solo una cara bonita. Por cierto, ella también se anima y realiza un desnudo integral, pero más corto que el de Fassbender. Esta actriz londinense suma otra gran interpretación a un muy buen repertorio (An Education, Drive, Never Let Me Go, The Greatest, entre otras).

Hay que dejar de ver todas las producciones de Steven Spielberg o Woody Allen, e inmediatamente llenarlas de alabanzas (donde en muchas oportunidades los detalles son más importantes que la sustancia, donde a cada minuto aflora el sentimentalismo y la lágrima fácil, o donde se quiere proporcionar cierta liviandad al relato agregando cuotas de humor innecesarias) y empezar a abrirse a diferentes formas de hacer cine, mucho más crudas, sencillas y sinceras: en definitiva, reales.

No sólo se presentan temas ya recurrentes como las adicciones, la soledad y las experiencias del pasado; lo más profundo es el dilema que se nos presenta entre saber lo que uno es y seguir adelante, aceptando los propios defectos, o reconocer nuestras imperfecciones e intentar corregirlas para ser mejores.

Este es un drama al que redefiniría como existencial o personal, que ahonda en la vida de nuestro héroe y nos lo muestra tal cual es. Cargado de erotismo y angustia, posee una belleza estética en todos sus aspectos (sus colores fríos y apagados, la música nostálgica, los escenarios amplios y desolados) y sus escenas no se quedan atrás, como la del entrenamiento por la ciudad o la secuencia inicial en el subterráneo. Luego de la interpretación del protagonista, lo mejor es el guión. Agudo y preciso, brillará en varios momentos como en la conversación de nuestro héroe en un bar con una señorita, o la charla que entablan los dos hermanos en el sillón frente a la TV.

El director Steve McQueen (nada que ver con el actor de los 60’s) está creando un nuevo estilo de hacer cine, que lo proyecta en cada una de sus obras con Michael Fassbender como su abanderado, y al que yo me adhiero completamente. Ya vi la crudísima Hunger y, luego de ver Shame (mejor narrada y más fluida), espero con ansias Twelve Years as Slave (con Fassbender, Brad Pitt y Paul Giamatti).

Quizás alguno pueda creer que me excedí o que no es para tanto. Pero lo bien rodada que está y la soberbia interpretación del protagonista, me generó una enorme satisfacción y sentí ver algo ya conocido pero que nunca se lo había expresado de manera tan minuciosa. Una cinta totalmente devastadora y perturbadora; para mí, una de las mejores cinco películas de 2011.

Ficha Técnica

Reparto: Michael Fassbender – Carey Mulligan – James Badge Dale.
Director: Steve McQueen.
Duración: 95 minutos.
Año: 2011.
Calificación El Guionista: 9.
Películas por catálogo: incluida.

Trailer para Cine

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