lunes, 14 de noviembre de 2011

Luna de Avellaneda

Desde que en 2009 la Argentina recuperó su merecido vínculo con los premios Oscar (vínculo que se merece no por los premios en sí, sino como un símbolo del reconocimiento hacia el brillante cine nacional) gracias a la tarea de representantes argentos como Gustavo Santaolalla y, por su puesto, la nominación de El Secreto de sus Ojos, varias películas y trabajos argentinos “suenan” siempre como posibles candidatos o como obras a tener en cuenta, ya sea en esta, como en otras entregas de premios. Y esta relación entre nuestro cine y los galardones internacionales, reitero: ampliamente merecida, hace que se pongan en consideración ciertas películas, que son excelentes y todo, pero a la vez resultan largamente inferiores a otros títulos, recientes también, que ni siquiera fueron tenidos en cuenta. Déjenme decirles que si Luna de Avellaneda se hubiera filmado este año o el pasado, sin dudas estaríamos hablando de una de las favoritas a quedarse con la estatuilla a Mejor Película Extranjera.


El título del film no hace referencia al satélite natural de la Tierra cuando este se deja ver en el barrio de Avellaneda, ni tampoco se refiere a Damián Luna cuando este jugaba en Independiente (aclaración: Independiente es un modesto club de fútbol del barrio de Avellaneda). El título de la película coincide con el nombre del ficticio Club Social y Deportivo Luna de Avellaneda, una institución barrial y familiar que, vivido su momento de apogeo hace varias décadas, ahora se ve amenazado por acreedores, usureros y varias otras especies que resultan de una crisis como la que vivió la Argentina al comienzo de este siglo.

En este contexto, esta película dirigida por el magnífico Juan José Campanella nos irá introduciendo a varios personajes, cada uno más genial que el anterior. Román Maldonado (Ricardo Darín) es uno de los socios vitalicios e integrantes de la comisión directiva del club. Cuando no está arriba de su taxi ganándose el mango para sostener a su familia, está trabajando en el Luna sin percibir una moneda. Amadeo (Eduardo Blanco) siente la misma pasión por el club que Román, con la diferencia que él no labura y tiene más tiempo para dedicarle a la actividad social. Cristina (Valeria Bertuccelli) es la profesora de danza del club y, aunque es una recién llegada en la institución, no tardará mucho en enamorarse del Luna y de uno de sus más queridos socios. Graciela (Mercedes Morán) también forma parte de la comisión directiva y divide su tiempo entre su trabajo, su hijo, su recientemente adquirido exmarido y la actividad en el club.

Además de todos los problemas (económicos y sentimentales) que, sin excepción, todos estos personajes experimentan, también deberán hacerle frente a la inminente clausura del Luna de Avellaneda, acusado de no presentar sus balances económicos, situación que se tradujo en una multa de 40.000 pesos, imposible de pagar. En este contexto, surgirá uno de los tan queridos socios del club, Alejandro (Daniel Fanego), quien propone un “negocio” (léase “curro”) por el que el club sería adquirido por una empresa que construye casinos para así transformarlo en un centro de apuestas y juego que, eso sí, le proveería a sus socios 200 puestos de trabajo de manera inmediata. La lucha entre la necesidad y el amor, los sueños y la realidad se hace presente en una película que todos estamos obligados a ver.

Ficha Técnica 

Reparto: Ricardo Darín - Eduardo Blanco - Mercedes Morán - Valeria Bertuccelli.
Director: Juan José Campanella.
Duración: 108 minutos.
Año: 2004.
Calificación El Guionista: 9. 
Películas por catálogo: incluida. 


Tráiler para Cine


4 comentarios:

  1. Excelente película

    Nuestro comentario: http://blogdecineparaulaviva.blogspot.com/2011/11/luna-de-avellaneda.html

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  2. me pueden decir esta respuesta : si estuviera en la asamlea ¿ que hubiese votado ? porq? en que valores fundamentaria tu postura

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  3. contesten por favorrr

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    Respuestas
    1. Y, se te guiás por la película es imposible no identificarse con el personajes de Darín y votar a favor del club y no del casino. Por una cuestión de principios, de nostalgia, de amor a ese tipo de tradiciones. Al margen de que tanto la propuesta como el personaje en sí de Fanego tienen una pinta de corruptos importantes, otro motivo para votar por el club. Tendrían que hacer la secuela para que nos enteremos cómo cagaron a los vecinos y cómo Darín y Eduardo Blanco triunfan con el nuevo club que fundaron jeje Abrazo amigo anónimo y gracias por comentar ;)

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