miércoles, 21 de marzo de 2012

A Dangerous Method

Como he mencionado en algunas de mis anteriores críticas, en cada inicio de año, durante mis tiempos libres, suelo visitar distintos sitios de internet buscando conocer las nuevas cintas que se realizarán en la temporada, según sus actores o su director, mayormente (aunque siempre me llevo gratas sorpresas con películas independientes).


Para este año 2012, mis expectativas están puestas en Django Unchained (de Tarantino) y The Dark Knight Rises (última entrega de la trilogía de Batman de Christopher Nolan). Recapitulando, el film de 2011 que más interés, a priori, me generó fue A Dangerous Method (Un Método Peligroso) tanto por su director, como por sus protagonistas y su temática.

1904; una joven mujer judía es enviada por sus padres al Hospital Psiquiátrico de Burghözlzli, en Zurich, al considerarla loca. Ella es Sabina Spielrein (Keira Knightley), de apenas 18 años. Allí estará bajos los cuidados del doctor Carl Jung (Michael Fassbender). Al ver los trastornos que sufre su paciente, el doctor Jung intentará curarla mediante las técnicas del recientemente desarrollado tratamiento psicoanalítico, creadas por Sigmund Freud. Los resultados son positivos y nuestro héroe sentirá la necesidad de comunicarse con su mentor, especialmente para discutir un punto (Jung se oponía a considerar que la única causa de la represión, como mecanismo de defensa, sea originado por la trama sexual).

Luego de un intercambio epistolar y un extensísimo primer encuentro, Jung y Freud (Viggo Mortensen) entablan una gran amistad. En cada interacción, cada uno irá sacando a la luz cuáles son sus intereses y posturas, como también sus personalidades. Mientras que Jung ve con gran admiración y respeto a Freud, el padre del psicoanálisis considera al joven suizo como su gran heredero intelectual. Mientras su relación progresa, también lo hará la que mantienen nuestro protagonista con Sabina, a quien ya no empezará a ver solo como una paciente.

Antes de que finalmente pudiera verla, en algunos portales recibía críticas no tan alentadoras (hecho que me desmotivó un poco). Previamente, ya había dejado en claro mi fanatismo por David Cronenberg, un director completamente transgresor, que no teme en caer en lo desagradable y lo repulsivo. Pero, de todos los trabajos que he visto, este digamos que es el más convencional.

Siento que le faltó algo más de autenticidad (siempre muy criticado por su extremismo). Las escenas de masoquismo son una muestra fiel de ello, ya que son muy suaves. Raro en Cronenberg, pero el film no llega a meterse bajo nuestra piel e invadir todos nuestros sentidos. Soy consciente de que el tema quizás no se prestaba, pero realmente me quedé esperando por pasajes mucho más sanguinarios o carnales, como los de Eastern Promises o A History of Violence.

Pero la realidad es que tiene muchos puntos positivos, y el más alto está en sus intérpretes. Sigo insistiendo en que Michael Fassbender fue el gran actor de 2011. La importancia de su rol protagónico reside en que vive en la disyuntiva de mantener su ética profesional y personal, por sobre sus deseos reprimidos. Es la figura que mayor evolución presenta con respecto a su línea dramática.

Viggo Mortensen interpreta a Freud como un apasionado por su trabajo y dispuesto al diálogo con su colegas, pero con una postura firme e innegociable. Sin embargo, también tiene sus momentos de delirios de grandeza y de actitudes de precaución constante frente a sus detractores; donde su personalidad ultra dogmática se apodera de su faz conciliadora.

Está claro que fue un año de grandes interpretaciones femeninas, pero me sorprende que no hayan nominado, ni siquiera en premiaciones menores, la labor de Keira Knightley. En un papel muy jugado y bastante difícil, ella demuestra todos sus dotes, además de valorizar la importancia que tiene su personaje en la trama y en la historia de la psicología. Y pensar que casi rechaza un papel por una escena que… mejor no les cuento (tampoco era tan grave ni denigrante). Es muy difícil elegir entre los tres, pero mi inclinaría por la magnífica labor que realiza la bella Keira.

Vincent Cassel también realiza una pequeña participación como Otto Gross, un libertino que es fundamental para alentar a nuestro héroe a dejar de lado la ética profesional, pero que queda bastante colgado en el argumento central compuesto por el triángulo Jung–Spielrein-Freud.

Siendo portadora de una bellísima fotografía, y fantásticos montajes y vestuario, esta intensa cinta no es lo que esperaba desde un primer momento (pensé que podía ser una de las mejores del año), sin embargo, me resultó bastante atrayente y despertó en mí la curiosidad de averiguar en la red cuánto había de verdad (la gran mayoría sucedió realmente) en la historia de estos tres personajes que cambiaron la dirección del pensamiento moderno.

Con una gran variedad de matices de índole profesional como sentimental, que enriquecen a la obra, creo que hay que darle una oportunidad, especialmente aquellos que puedan sentir interés en sus personajes y su contexto.

Ficha Técnica

Reparto: Michael Fassbender – Keira Knightley – Viggo Mortensen.
Director: David Cronenberg.
Año: 2011.
Duración: 95 minutos.
Calificación El Guionista: 6.
Películas por catálogo: incluida.

Tráiler para Cine

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