Mientras me voy enterando de las producciones fílmicas que se estrenarán en este año (ya detallaré a cuáles habrá que prestarles atención), El Guionista continúa repasando las obras de 2011. Este es el caso de un thriller judicial, si se quiere el término, titulado The Lincoln Lawyer (Culpable o inocente o directamente El inocente).
Mick Haller (Matthew McConaughey) es un sagaz abogado criminalista de la ciudad de Los Ángeles. Su amplio abanico de clientes difiere entre traficantes, motoqueros, conductores alcohólicos o drogadictos. Su labor se basa en sacarlos a todos de la cárcel, mientras viaja cómodamente en el asiento trasero de su Lincoln. Según su filosofía y ética, todos estos malhechores deben considerarse inocentes hasta la última instancia y es por eso que su matrimonio con su ex mujer, Maggie McPherson (Marisa Tomei), fracasó dado a que ella es una fiscal.
Gozando de buena fama, una gran oportunidad se le presenta en su puerta. Un adinerado joven es acusado de intentar asesinar a una señorita que conoció en un bar (sumado a los atenuantes de que la joven quedó desfigurada y al sospechoso le encontraron una navaja). Él es Louis Roulet (Ryan Phillippe), una especie de playboy que reside en Beverly Hills y que perjura ser inocente de todos los cargos. Uno de los allegados de Mick le desliza el nombre de Roulet para que lo defienda, ya que el beneficio económico sería muy significante.
Con la ayuda de su amigo e investigador Frank Levin (William H. Macy) intentarán buscar todas las pruebas para demostrar la inocencia de Roulet. Lo que parecía algo sencillo se complicará cuando haya ciertas incoherencias en el testimonio del muchacho. Pero todo se pondrá aún peor cuando nuestro héroe descubra que hay una oscura relación entre su pasado y el de Roulet.
La verdad es que ni McConaughey ni Phillippe son actores de mi predilección ni mucho menos de los que me llegan a emocionar; así que desde un principio puse un cierto manto de duda. He visto mejores trabajos de Ryan Phillippe, pero fue McConaughey el que me dejó una buena impresión. Pese a no contar con muchas expresiones faciales, pone todo su carisma en la pantalla y resulta convincente en este papel hecho a su medida. El resto del reparto tiene mínima participación, salvo Tomei que el 2011 la tomo algo más pudorosa, tanto aquí como en Crazy, Stupid, Love y The Ides of March, y no se desnudó (actitud que desde aquí alentamos a que retome) como suele hacerlo.
Tampoco conocía a su director Brad Furman (este es su segundo largometraje) y la cinta, pese a tener puntos previsibles, resulta ser una entretenida y eficiente puesta en escena, carente de distinciones o innovaciones, pero con un sólido propósito que se encarga de cumplir.
Como sucede en todos los ámbitos laborales, esta cinta nos revela algunas picardías y trampas del sucio mundillo de los juzgados, y no es que vayamos a asustarnos, pero es un componente atractivo para la trama. Otro punto a favor es la musicalización de Cliff Martinez (antiguo baterista de Red Hot Chili Peppers), quien también se encargó de la banda sonora del peliculón Drive.
Basado en la novela homónima de Michael Conelly, recomiendo ver este interesante film. Puede que mi crítica sea algo escueta pero es que no tengo mucho más para agregar. No esperen que les vuele sus cabezas, pero sí que llame su atención hacia la pantalla.
Ficha Técnica
Reparto. Matthew McCounaghey – Ryan Phillippe – Marisa Tomei – William H. Macy.
Director: Brad Furman.
Duración: 120 minutos.
Año: 2011.
Calificación El Guionista: 7.
Películas por catálogo: incluida.
Tráiler para Cine
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