Como todo estudiante de periodismo, tuve, hace varios años ya, la obligación de leer el clásico A Sangre Fría, del magnífico escritor y periodista estadounidense que hoy comparte nombre con la recomendación cinematográfica de El Guionista, Truman Capote. Antes que nada, déjenme decirles que, lejos de tomar esta lectura como una carga o como un simple obstáculo más dentro de la vida académica, disfruté enormemente con esta obra maestra de la literatura contemporánea que debería convertirse en una obligación para cualquier lector que se jacte de tal.
Si bien existe cierta controversia al respecto, el mayor mérito que se le atribuye a Capote es la invención de un género narrativo que, desde mi óptica, es como un híbrido entre la literatura ficcional clásica y el relato o crónica periodística detallada. Algunos sostienen que hubo otros autores -Rodolfo Walsh entre ellos- que, simultánea o anteriormente a la publicación de A Sangre Fría, ya habían incursionado en esta nueva manera de hacer periodismo o de escribir una obra literaria, depende desde dónde se lo mire. Personalmente, me resulta intrascendente este debate. Al margen de quién lo hizo primero y con qué resultados, considero que la obra de Capote es tan magnífica como inspiradora para lo que vino después en relación a este género y ese legado sí que no se puede negar o cuestionar.
A Sangre Fría es la obra por excelencia del género de la no-ficción porque cuenta de manera novelada y con un minucioso rigor periodístico los hechos ocurridos en una casa de campo de Kansas City la madrugada del 14 de noviembre de 1959. Esa noche específicamente, dos ladrones entraron a robar a la casa de una familia rural de la mencionada ciudad estadounidense, obteniendo como resultado el asesinato de la familia entera y un botín que esperaban fuera de diez mil dólares y que terminó siendo de poco más de cuarenta. Conmovido por esta noticia que salió en todos los diarios del país, Truman Capote decidió investigar no solo los hechos de la noche del crimen, sino también la historia personal de Dick y Perry, los autores del atraco y los asesinatos.
A partir de acá es donde la película difiere del libro y, como siempre hago en estos casos, les recomiendo insistentemente que primero lean el libro para después disfrutar mejor de la película que, igualmente, se puede ver perfectamente sin haber pasado por la obra literaria previamente. Pero bueno, tengo el deber de hacer esa aclaración.
El film fue bautizado como Capote y no como A Sangre Fría porque esta versión cinematográfica (ha habido otras anteriormente que sí son 100% fieles al libro) no solo cuenta la historia de Dick y Perry y los asesinatos de Kansas; también hace foco en la figura de Capote y todo su proceso creativo y de investigación que dio como resultado su libro. En la versión cinematográfica, las actuaciones de Clifton Collins Jr. y Mark Pellegrino resultan muy creíbles y reveladoras al encarnar a Perry y Dick, mientras que el papel de Nelle Harper Lee (amiga y confidente de Truman) es brillantemente llevado a cabo por Catherine Keener, a lo que se suma otra formidable intervención del genial Chris Cooper. Pero lo de Philip Seymour Hoffman como Truman Capote simplemente carece de todo calificativo. De más está decir que ganó el premio de la Academia como Mejor Actor por este papel y lo único que yo puedo agregar al respecto es que, si no los convencí de ver la película con la trama o con la revolucionaria figura de Capote y su invención de la no-ficción, la sola actuación de Hoffman justifica que ustedes tomen la copia de Capote de su videoclub amigo.
Ficha Técnica
Reparto: Philip Seymour Hoffman - Catherine Keener - Chris Cooper.
Directora: Bennett Miller.
Año: 2005.
Duración: 114 minutos.
Calificación El Guionista: 8.
Películas por catálogo: incluida.
Tráiler para Cine
Tráiler para Cine
No hay comentarios:
Publicar un comentario