Phone Booth

Muchas veces me han preguntado, a mí y a mi querido amigo, colega y co-creador de este espacio, el señor Daniel Castaño, por qué decidimos que “El Guionista” fuera el nombre del que será el blog y sitio de referencia para el séptimo arte en su totalidad, si no es que ya lo es.

Bueno, para derribar algunos mitos debo decirles que, por lo menos en mi caso, tengo una doble respuesta. En caso de que quien me pregunte sea alguna persona que quiero impresionar -llámese señorita, chica, mina, MILF y otras variantes menos felices-, les digo que siempre consideramos que el rol del guionista dentro de la industria del cine es clave y vital, ya que aporta un elemento esencial para toda película y/o serie como es la trama misma de la historia. A este argumento le agrego varios ejemplos, citas, casos y demás elementos distractivos para lograr, en última instancia, que piensen que sobre cine la tengo re clara y, por consiguiente, en muchos otros ámbitos de la vida también.

Ahora bien, de más está decir que no la tengo para nada clara, dado que la respuesta sincera al interrogante con el que inauguré este nuevo viernes de cine es que, luego de tomar la decisión de abrir un blog conjuntamente, con míster Castagno empezamos, indiscriminadamente,  a probar nombres que tuvieran algo que ver con el cine y que los amigos de Blogger fueron rechazando uno a uno debido a que alguien más ya los había registrado. “preparamelospochoclos.blogspot.com”, “quégrandetengoelproyector.blogspot.com” o “teclavoeltrípode.blogspot.com” fueron algunas de las opciones que barajamos pero que no pudimos concretar. Una pena.

Pero ahora en serio. Al margen de cualquier comentario jocoso, el rol del guionista y, sobre todo, los diálogos que este idea, son elementos fundamentales dentro de una película, a tal punto que pueden llegar a ser casi los únicos componentes de un film, prescindiendo de recursos visuales, desplazamientos, cambios de locación, etc. y lograr de todas formas una excelente película. Con todo este preámbulo, claro está que Phone Booth o Enlace Mortal, como se la conoce en territorios hispanoparlantes, es un claro ejemplo de que, con solo un diálogo bien llevado y alguna que otra escena de acción, se puede lograr un film del más puro suspenso hollywoodense.

Antes de pasar a la trama, quiero aclarar que el 90% (por no decir la totalidad) de esta película transcurre dentro de una cabina telefónica en la que se encuentra uno de los mejores personajes que he conocido: Stu Shepard, interpretado por Colin Farrell. Stu es un despreocupado hombre de negocios de la gran ciudad que no tiene ningún tipo de escrúpulo: engaña a su mujer, estafa a la gente y, en líneas generales, vive tratando de buscar solo beneficios personales a costa de quien se cruce en su camino.

Pero como todo tiene un límite, un buen día Stu pasará cerca de una de esas cabinas telefónicas que, en la actualidad, casi se han extinguido gracias a la llegada de los teléfonos celulares pero que, en el 2002 (cuando se filmó la película), todavía eran bastante usadas. El teléfono suena, nadie lo atiende, hasta que Stu decide hacerlo, tomando así la peor decisión de su vida ya que del otro lado de la línea está un asesino psicótico que, sin rodeos, le dice que si se le ocurre salir de ese pequeño cubículo le va a disparar con su rifle de francotirador. Creyéndose víctima de una broma, Stu le sigue la corriente a este hombre y se burla de él, hasta que una persona a pocos metros de su cabina muere de un disparo en el pecho, justo como el misterioso hombre del teléfono le había anticipado segundos antes.

Ficha Técnica

Reparto: Colin Farrell - Forest Whitaker - Katie Holmes.

Director: Joel Schumacher.

Año: 2002.

Duración: 81 minutos.

Calificación El Guionista: 8.

Películas por catálogo: incluida.

Tráiler para Cine