jueves, 27 de junio de 2013

Cemetery Junction

Luego de algunas deliberaciones y negociaciones entre mi persona y el co-autor de este espacio, señor Daniel Castaño, hemos decidido tomarnos un breve receso invernal y suspender nuestras críticas cinematográficas por unas dos o tres semanas, dependiendo de nuestras obligaciones, ganas y demás elementos distractivos. Por consiguiente, no sé todavía si el lunes que viene haré mi última recomendación antes del mencionado recreo o si son estas líneas las que componen mi última publicación antes del mismo. Sea como sea, he decidido que, por las dudas, hoy debía elegir una película acorde al momento así que me incliné por Cemetery Junction, un film del estilo El Guionista por donde se lo mire, es decir, poco conocido por estas latitudes pero enormemente recomendable. Pasen y vean.

Inglaterra. 1973. Cemetery Junction es el nombre de un pequeño pueblo británico que, llegando al primer tercio de la década del setenta, puede ser definido a la perfección con la frase que uno de los personajes del film utiliza para ello: “es como si los sesenta nunca hubieran pasado por acá”. La brecha social entre la clase acomodada y los que menos tienen es brutal, el clima de represión policial está a la orden del día, las familias funcionan de una forma tan arcaica que es difícil saber si realmente estamos en la segunda mitad del siglo XX y la discriminación y segregación racial es propia del período pre abolicionista.

Es en este contexto donde un grupo de cuatro adolescentes protagoniza una comedia tan brillante como hace tiempo no veía, combinando la risa con el compromiso social en dosis que rozan la perfección.

En primer lugar tenemos a Freddie Taylor (Christian Cooke), un joven de clase media que apenas superando los veinte años de edad ya se dio cuenta de que su padre (obrero en una fábrica metalúrgica) es un perdedor de clase baja y que preferiría morir antes que terminar como él. Justamente por eso acepta un trabajo como vendedor modalidad puerta a puerta en una empresa que vende seguros de vida a personas que no los quieren, no los necesitan ni pueden pagarlos. Después tenemos al bueno de Bruce Pearson (Tom Hughes), un rebelde sin causa que trabaja en la misma empresa que el padre de Freddie y que tiene un nivel de respeto por las autoridades y las reglas en general que superan el vandalismo común. Todo esto probablemente a causa del abandono perpetrado por su madre cuando Bruce era un bebé y por su perdido padre que, en la actualidad, pasa más de veinte horas diarias frente al televisor del living con una cerveza en la mano. El trío protagónico masculino lo completa Snork (Jack Doolan) un gordito simpático que trabaja como anunciador en la estación de tren local y cuyo éxito con las mujeres parece faltarle de fábrica. Y finalmente tenemos a la bonita Julie (Felicity Jones), hija del millonario dueño de la mencionada empresa de seguros que está a punto de casarse con el mejor empleado de su padre, un pedante niño bien que no merece ni una décima parte de lo que tiene.


En resumen, para no profundizar más en una trama que vale la pena ser descubierta de manera individual, vale decir que la historia de por sí es muy interesante y entretenida, los personajes son una mezcla de estereotipos inamovibles y rompedores de normas compulsivos, las actuaciones protagónicas sustentan maravillosamente la trama, la crítica social es genial y a todo esto se suman las participaciones de grandes actores británicos como Ralph Fiennes, Emily Watson, Matthew Goode y Ricky Gervais, quien además escribió el guion y dirigió la película.

Ficha Técnica

Reparto: Christian Cooke - Tom Hughes - Jack Doolan - Felicity Jones - Ricky Gervais - Ralph Fiennes - Matthew Goode - Emily Watson.
Director: Ricky Gervais - Stephen Merchant.
Año: 2010.
Duración: 95 minutos.
Calificación El Guionista: 8.
Películas por catálogo: incluida.

Tráiler para Cine

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