martes, 4 de junio de 2013

The Hangover: Part III

En esta lucha sin cuartel que establecí con mis trilogías, tenía que dar por finalizada la que hoy nos atañe. Por esas cosas de la vida, mi grupo más férreo de amigos, está compuesta por cuatro personas (una de ellas, su servidor). Dado a la representatividad que sus personajes generan en nosotros (y también por una clara falta de originalidad) decidimos llamarnos "The Wolfpack". ¿Cómo resistirnos a ver el desenlace de esta gran historia de amistad, liberación y excesos? En una sala ocupada básicamente por escandalosos adolescentes y en un contexto de exaltación y algarabía, es en la que disfruté de The Hangover: Part III (¿Qué Pasó Ayer? Parte 3).


Luego de que su padre falleciera por un paro cardíaco, parece que, finalmente, familiares y amigos se dieron cuenta de que Alan (Zach Galifianakis) debía ser enviado a una institución psiquiátrica. Es por eso que su cuñado, Doug (Justin Bartha), junto a los inseparables Phil (Bradley Cooper) y Stu (Ed Helms), decidirán acompañarlo en su viaje, previo a la intervención. Pero, como todos sabemos, nada puede salir bien cuando "The Wolfpack" se reúne.

Con un humilde tributo a The Shawshank Redemption, comienza este deslucido episodio final de una trilogía a la que le sobraron dos partes. Algunos esperaban ver el renacer de esta saga con su epílogo; mientras que otros sólo pretendíamos algunas carcajadas más.

El primer capítulo sigue generando en mí el mismo efecto: cada vez que la veo, me gusta más. En cambio, denigro cada vez más a la versión de Tailandia, un refrito violento y desagradable de su predecesora. ¿Qué hizo el director, Todd Phillips, para no repetirse y cometer el mismo error? Transformó lo que era comedia en un thriller de humor negro.

Se apoyó más en Mr. Chow (Ken Jeong), personaje que defiendo con uñas y dientes ante cualquier detractor, pero que hay que admitir que su impacto era producto de escasas y brillantes apariciones; no de ostentar un rol protagónico. Zach Galifianakis es el único que le sigue el tren, porque lo de Bradley Cooper (Silver Linings Playbook, Limitless) es decepcionante. Totalmente avejentado y amargado, creo que su desempeño dejó en claro lo podrido que estaba de esta historia. Ed Helms, absolutamente ninguneado, ya no tuvo lugar ni para su canción.

¿Entonces, es peor que la paupérrima segunda parte? En mi opinión, no, no lo es. Me reí y pasé un buen rato; lejos está de ser un bostezo. Además cierra varios círculos, lo que implica que no haya tanta repetición.

Innecesarias, forzadas y absurdas resultaron las secuelas (en cuanto al argumento; lo económico es otra cuestión), pero aún así me generaron cierto cariño. Seguramente, no hubiera sido lo mismo sino hubiese ido a un cine con mis amigos ni tampoco hubiese estado en un ambiente tan juvenil (y con la presencia estelar de Hernán Grana, el 4 de All Boys). Sin embargo, es con la escena final, después de los títulos, que nos devuelven esa sensación de frescura y picardía que el primer capítulo de la saga nos supo brindar.

Ficha Técnica

Reparto: Bradley Cooper - Ed Helms - Zach Galifianakis - Ken Jeong.
Director: Todd Phillips.
Año: 2013.
Duración: 100 minutos.
Calificación El Guionista: 6.
Películas por catálogo: incluida.

Tráiler para Cine


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