La pobreza, la desocupación, la inseguridad: todas problemáticas de cualquier sociedad. Ellas están relacionadas entre sí y son consecuencia del abandono del Estado o de políticas insuficientes, como también de una dejadez del propio seno comunitario y de una decadencia cultural. Podría extenderme hasta con una tesis para seguir nombrando causas y responsables, pero mi intención es sólo recomendarles una cinta que realiza un análisis de estos temas. A través de tres pibes marginales a quienes acompañaremos, durante un día entero, para conocer sus hábitos e inquietudes, El Guionista tiene el agrado de presentarles La Haine (El Odio, Hate), multipremiado y reconocido largometraje francés.
Si ya es difícil vivir en un barrio marginal, en cualquier parte del mundo, imagínense lo duro que debe ser para un negro, un árabe y un judío, habitar los suburbios de París. Hubert (Hubert Koundé), Saïd (Saïd Taghmaoui) y Vinz (Vincent Cassel) son tres amigos, excluidos de la sociedad, que se la pasan deambulando por las calles, en malas juntas y consumiendo drogas. La cosa se pone peor cuando un amigo de ellos debe ser internado, luego de ser reprimido por la policía, y Vinz sólo piensa en llevarse la vida de un uniformado como recompensa.
Sin haberme interiorizado demasiado, no creo que el objetivo de Mathieu Kassovitz y su brillante guión haya sido predecir algo. Lo que quiso fue mostrarnos la cruda realidad de los jóvenes de los suburbios, de una manera bastante imparcial, sin ubicarlos en su totalidad en el papel de víctimas ni de victimarios. Vemos que son muchachos que sufren constantemente la discriminación, la marginalidad, las peleas entre bandas y el abuso de poder; como también llevan adelante conductas delictivas, van en contra del orden público, inician disturbios, se la pasan callejeando y, por sobre todas las cosas, no permiten que ningún agente externo los ayude (menos si es un “cerdo”).
Sin embargo, no es coincidencia ni tampoco sorpresa que 10 años después, tras la muerte de dos musulmanes de origen africano que escapaban de la policía, y que el, por aquel entonces, Ministro del Interior, Nicolas Zarkosy (años después, Presidente), calificara a los manifestantes como “escoria”, se produjeran una revuelta en las principales ciudades del país galo, que acabó con miles de autos quemados, motines, heridos y centenares de presos; además de obtener una repercusión mundial bastante negativa.
Otro punto a destacar son los tres personajes protagónicos. Hubert es un boxeador amateur que quiere salir del barrio y abrirse al mundo. Él podrá vender drogas, pero es el más razonable y conoce los límites. Saïd es el típico chico que se deja llevar por las juntas, sin mucho horizonte, aunque bastante cobarde para hacerse cargo de los líos en el que se mete. O en los que los mete Vinz, el irrespetuoso y buscapleito del grupo. Violento y desafiante, sus actitudes son siempre el detonante para que algo malo suceda.
No obstante, ellos coincidirán en dos certezas: será muy difícil poder escapar de ese ambiente tan putrefacto y será inevitable que, en algún momento, todo estalle viniéndose abajo. Fantástica actuación de Vincent Cassel (Lee mis labios, Cisne Negro, En trance, Los ríos de color púrpura), en el papel que lo consagró como uno de los actores más prometedores de su país (algo que terminó cumpliendo) e interesante y fundamental evolución de la línea dramática del personaje de Hubert.
Lo que se expone en El Odio, sucede en muchas partes del mundo y no hay que irse muy lejos; basta con mirar hacia adentro. Pese a las distintas políticas de prevención del delito y a las reformas realizadas en las fuerzas federales, esta rivalidad tan marcada, entre las fuerzas policiales y los jóvenes marginales, no puede detenerse. Es algo que parece hereditario y que, como un espiral, siempre da vueltas muy similares a las anteriores, alrededor del mismo punto.
Sin necesidad de convertirse en un drama lacrimógeno y con escenas que dan para el divague o la comedia, La Haine se consagra como una excelente radiografía de una realidad social, sumamente decadente y triste, que sería impreciso ubicarla sólo como un problema actual, sino que más bien es histórico. Una cinta sobresaliente cuyo final es el broche de oro necesario para que se gane el mote de imperdible.
Ficha Técnica
Reparto: Vincent Cassel – Hubert Koundé – Saïd Taghmaoui.
Director: Mathieu Kassovitz.
Año: 1995.
Duración: 94 minutos.
Calificación El Guionista: 8.
Películas por catálogo: incluida.
Tráiler para Cine
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