lunes, 13 de febrero de 2012

The Ides Of March


Seguimos con el repaso de las obras cinematográficas de 2011 y hoy es el turno de The Ides of March (Secreto de Estado o Los idus de marzo). Previamente, en lo que podríamos llamar “El Guionista Ilustrado”, quiero aclarar que la palabra “idus” tiene un significado que se remonta al Imperio Romano, y que hace mención de los días 15 de algunos meses del año (uno de ellos, marzo) que eran considerados días de buen augurio. Ahora sí, vamos con la crítica de la jornada.


Stephen Meyers (Ryan Gosling) es un novato pero talentoso asesor de campaña que trabaja para el senador de Pensilvania, Mike Morris (George Clooney). Este es un gran desafío para el joven ya que debe elevar, en las internas, a su empleador como el candidato del Partido Demócrata para luego llevarlo directo a la Casa Blanca; tarea para nada sencilla. Sus destrezas quedan claramente demostradas, especialmente en el campo de la comunicación (discursos, debates), en definir los targets a los cuales deben apuntar y en el desarrollo de la estrategia más adecuada que deben emplear para seducirlos y así sumar votos.

Por supuesto que nuestro héroe no estará solo en su misión. Paul Zara (Philip Seymour Hoffman), el director de campaña, además de ser jefe de Meyers, cumple la función de guía. Zara es el encargado del hilado más fino y “el trabajo sucio”. Su objetivo principal es tratar de conseguir el apoyo del estado de Ohio para Morris, lo cual garantizaría su nominación, y por ese motivo viaja hasta ese lugar. Durante su ausencia, nuestro héroe tiene un encuentro con el jefe de la campaña republicana, Tom Duffy (Paul Giamatti). Desde ya esta reunión tiene un peligro inherente por el hecho de que dos asesores opositores se reúnan; pero ante la insistencia de Duffy, Meyers acudió a la cita.

El motivo del encuentro es tentar a Meyers con un importante puesto en la campaña del bando contrario, pero éste se niega, ya que su lealtad está con Paul Zara y con Morris, a quien nuestro héroe considera como el restaurador del país, pese a los intentos de Duffy de hacer decaer su imagen. Pecando de juventud e inocencia, Meyers se verá involucrado en un universo tramposo, cruel y asquerosamente interesado. Como si esto fuera poco, comienza a liarse con una atractiva compañera de trabajo. ¿Hasta cuándo podrá mantener sus ideales firmes? ¿Logrará llevar a su candidato al triunfo? ¿Logrará permanecer en su puesto hasta el final?

Esta es la cuarta película dirigida por Clooney (Good night, and Good luck) y, en lo que parece ser un gran año para él, debo admitir que realmente esperaba un poco más. Pese a haber sido nominado al Oscar, estoy convencido que la adaptación del guión falla; y si un guión tiene falencias difícilmente el resultado final sea consagratorio.

Lo que comienza como un relato del trabajo que implica una campaña electoral adquiere mayor interés cuando conocemos la intimidad de este universo, compuesta por el candidato, su manager de campaña, consultores, colaboradores y cómo se relacionan con los agentes externos, llámense electores, colegas, contrincantes y, por supuesto, periodistas. Al correr los minutos adquiere la forma de un thriller político, con picos altos de tensión que, inentendiblemente, se deja caer en una laguna que no sabemos de dónde salió. Un argumento melodramático surge como si nada, perdiendo el hilo conductor de lo que comenzaba a desarrollarse, para recuperarlo en los minutos finales, cuando toda la intriga provocada anteriormente, ya se había desvanecido.

Luego de haber visto Drive y Crazy, Stupid, Love, esta cinta se presentaba como una tentación para seguir de cerca el desempeño de quien considero, a largas cuentas y junto a Michael Fassbender, como el mejor actor del año 2011: Ryan Gosling. El oriundo de Canadá hace un muy buen trabajo interpretando a este joven idealista que confía ciegamente en su candidato hasta que la realidad del sucio mundillo político empieza a desbordarlo, transformándolo en lo que, al parecer, todo su entorno quería que fuera: un maquiavélico y cínico profesional, dejando atrás cualquier resabio de ingenuidad y honestidad.

Pero Gosling no está solo. Otro atractivo natural para dedicarle tiempo a esta obra era su elenco estelar. Además de George Clooney, Philip Seymour Hoffman y Paul Giamatti, está integrado por Evan Rachel Wood, Jeffrey Wright, Marisa Tomei y Max Minghella (hijo del famoso director Anthony Minghella, ya fallecido). A priori, este atenuante indicaba la presencia de un film de categoría, pero el amontonamiento de figuras relevantes es otro gran punto negativo. Dije que Gosling hace un buen trabajo, y es cierto, pero solo eso; y sus compañeros también. Ninguno logra destacarse y una de las causas puede ser el poco protagonismo que cada figura obtiene por el hecho de dividirse los minutos frente a la pantalla entre ellos.

Gosling es el protagonista y quien se hace cargo de la película, no hay dudas; pero el resto del reparto jamás se acerca para “hacerle la segunda” o “devolverle la pared”. Todos cumplen roles correctos. No desentonan, pero jamás rompen el libreto para cautivar al espectador con sus interpretaciones. Clooney está presente en el prólogo y en el epílogo, pero por una hora completa le perdemos el rastro. Si en algo se han destacado las carreras de Seymour Hoffman y Giamatti es en ser grandísimos actores secundarios; de esos que sus papeles logran quedar en la memoria del espectador, pese a no ser principales. Este no fue el caso.

Por parte de las dos mujeres, esperaba que aportaran algo de pimienta y sensualidad a tanto traje, corbata y papeles para leer: tampoco lo hicieron. Las apariciones de Evan Rachel Wood desdibujan el entramado político y de suspenso, diluyéndolo en una incipiente historia romántica y dramática. No es culpa de ella, porque su trabajo es acertado. Los principales responsables aquí son los guionistas. La presencia de Tomei pasa totalmente desaperciba, y su posible carga sexual sólo se deja apreciar en un diálogo de 10 segundos con Seymour Hoffman. Volviendo a Gosling, de sus tres perfomances de 2011, creo conveniente decir que esta fue la más deslucida.

Por esta crítica pueden pensar que tengo una valoración negativa de ella, pero no es así. Solo respondo de acuerdo a las expectativas que había generado en mí y que no llegó a satisfacer; pero tampoco llegó al punto de defraudarme. La película no es mala, para nada. Pero no es excelente (como uno podría llegar a ilusionarse) y lejos está de otras obras del mismo género como All The President’s Men, por ejemplo. Es amena, por momentos adquiere intensidad y es atractiva en su estética (podemos verlo en sus afiches, al mejor estilo Obama). No me desharía en halagos para recomendárselas, pero menos los desalentaría a verla. Una buena cinta; sin más.

Ficha Técnica

Reparto: Ryan Gosling – George Clooney – Philip Seymour Hoffman – Paul Giamatti.
Director: George Clooney.
Año: 2011.
Duración: 102 minutos.
Calificación El Guionista: 7.
Películas por catálogo: incluida.

Tráiler para Cine

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