El Guionista no se detiene; jamás (bueno, sí, salvo en períodos de finales). Seguimos compenetrados con las cintas que tienen alguna nominación para los premios Oscar que ya son inminentes. En este caso, el film que hoy nos reúne es uno del cual poco escuché en la previa y fue mi más grata sorpresa. Hoy es el turno de Warrior (La última pelea), un K.O. a los sentimientos de los espectadores.
Paddy Conlon (Nick Nolte) es un veterano ex marine que vive sus días en una pequeña casa solo, trabajando en fundición de acero y luchando contra el alcoholismo. Su ritmo de vida se mantenía tranquilo y rutinario hasta que, durante una noche, recibe la visita de un joven muchacho: su hijo. Tommy (Tom Hardy) ha vuelto a su ciudad, Pittsburgh. Lejos de ser un encuentro afectuoso entre padre e hijo, la conversación se vuelve un agresivo pase de factura. Sin más, Tommy Riordan (apellido de su madre) abandona el lugar que hacía 15 años era su casa. La de él y la de su hermano.
Brendan Conlon (Joel Edgerton) es un profesor de física que sufre problemas financieros y podría perder su vivienda. Para impedirlo debe hacerse de un segundo empleo: las artes marciales mixtas. Por las noches se someterá a violentos combates en estacionamientos o clubes nudistas. Brendan volverá a entrenarse de manera profesional ya que es la mejor manera de obtener dinero. Pero su vida no sólo cambia por su necesidad de no perder su casa, sino también cuando inesperadamente su padre aparece frente a su hogar.
En este encuentro tampoco abundará el cariño ya que Brendan también está enemistado con su progenitor desde la juventud. La enfermedad de Paddy, su exigencia y rigidez para con sus hijos y su constante maltrato a su madre disolvió la familia muchos años atrás. Mientras Tommy siempre fue el favorito por su habilidad en las luchas desde niño, Brendan era un deportista estándar, a la sombra de su hermano. Pero, para sorpresa de Brendan, la noticia que su padre le comunica es que su hermano menor ha vuelto.
Por su parte, el objetivo de Tommy también es el de obtener dinero mediante las peleas y Sparta se presenta como su oportunidad ideal. Sparta es un torneo mundial donde 16 participantes se batirán a duelos de eliminación directa para ver quién es el hombre más fuerte y quién obtendrá el premio de 5 millones de dólares. Para ello necesitará contar con el riguroso entrenamiento de su padre, como en los viejos tiempos; pero aclarando que no quiere nada personal ni sentimental en su relación. Asimismo y por cuestiones del destino, Brendan también tendrá la chance de participar en el millonario torneo de artes marciales mixtas. Sparta unirá el camino de nuestros personajes donde tendrán que enfrentar su fuerza y su pasado.
Comenzando por las actuaciones, puedo afirmar que tanto Joel Edgerton como Tom Hardy realizan buenos trabajos. Mientras que Edgerton (quien ganó fama con obras como Rey Arturo o Animal Kingdom) interpreta al padre desesperado que busca mantener su familia unida y adopta una actitud conciliado, Hardy (quien ya lució su condición atlética en Bronson y ganó popularidad por su papel en Inception), realiza el papel de chico malo y sufrido por los duros golpes de la vida. Podemos afirmar que ambos actores están haciendo muy buenas carreras en la industria cinematográfica y empiezan a consolidarse, pero todavía les falta ese papel que rompa con las estructuras y nos obligue a recordarlos.
No hay dudas de que los dos protagonistas son los hemanitos Conlon, que lucen sus esculturales físicos en las peleas. Pero quien realmente se devora la pantalla y se hace amo y señor de la cinta, durante las escenas dramáticas, es Nick Nolte. El oriundo de Nebraska brinda una actuación superlativa cuya consecuencia es su tercera nominación al Oscar, totalmente merecida y que, si no fuera por la extraordinaria entrega que realiza Christopher Plummer en Beginners, deberían entregarle el premio. Sus apariciones son movilizadoras y logran conmover al espectador. Un personaje que nos aporta del mundo de la lucha y representa a una generación. Una gran performance de este experimentado actor que ya nos maravilló en otros papeles como Hotel Rwanda o Aflicción.
Sin dudas es el mejor trabajo del director Gavin O'Connor y para decir algo negativo debo ponerme en detallista. Puedo empezar señalando que ambos protagonistas tienen pocos rasgos en común para parecer hermanos, pero entiendo que el físico de Hardy es una tentación para un film que se centra en el mundo de las artes marciales mixtas. Además los dos protagonistas tuvieron que cambiar su tonada ya que uno es australiano y el otro, inglés (y su padre en la ficción es claramente estadounidense). Pero esto tiene poca relevancia cuando uno termina de apreciar el producto final.
Warrior te parte la cara y te parte el corazón. ¿La mejor película de 2011? Hasta el momento, para mí lo es; incluso superando a Drive. Warrior es un film que lo tiene todo: Es entretenida, tiene acción, tiene drama familiar, las escenas de combates son excelentes y las actuaciones de los protagonistas están a la altura. Es probable que esta historia difícilmente pueda pasar en la realidad, pero está tan bien narrada, editada e interpretada que nos hace creer que de verdad pasó y es así. Un film que no sólo te destruye por sus potentes golpes, sino también por sus crudas historias.
Ficha Técnica
Reparto: Joel Edgerton – Tom Hardy – Nick Nolte.
Director: Gavin O’Connor
Duración: 140 minutos.
Año: 2011.
Calificación El Guionista: 9.
Películas por catálogo: incluida.
Tráiler para Cine
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