viernes, 3 de febrero de 2012

The Girl With The Dragon Tattoo


Para todos aquellos, que en este momento están pensando si sufro de Alzheimer o de problemas con mi memoria, déjenme aclararles, queridos amigos despistados, que The Girl with the Dragon Tattoo (La chica del dragón tatuado) es la adaptación hollywoodense de la primera novela de la trilogía Millennium de Steig Larsson y no la adaptación nativa, Män Som Hatar Kvinnor (Los hombres que no amaban a las mujeres). Por ende, podemos afirmar que éste es un remake. Así que prepárense para una crítica extensa.


En Hedestad, un pueblo del norte sueco, vive Henrik Vanger (Christopher Plummer), un anciano multimillonario, dueño de una de las empresas suecas más importantes que llevan el nombre de la familia. Actualmente está retirado de la actividad hace décadas. Pero lo trágico para Henrik sucedió hace cuarenta años, cuando su sobrina nieta, Harriet, desapareció sin dejar rastros, para siempre. Para Henrik no caben dudas de que ella ha sido asesinada, por un miembro del clan Vanger. Lo peor y más morboso es que él, en cada cumpleaños, recibe una flor por parte de un anónimo; algo que acostumbraba a hacer Harriet.

En Estocolmo, el periodista Mikael Blomkvist (Daniel Craig) no atraviesa su mejor momento. Durante la época navideña, es sentenciado por cargos de libelo contra el magnate Hans-Erik Wennerström. La credibilidad de su revista, Millennium, se ve en crisis y es por eso que se ve obligado a dejar el cargo de co-director y editor. Sorpresivamente, y como regalo de año nuevo, Henrik Vanger decide ponerse en contacto con él y pedirle que resuelva el misterio que lo ha desvelado toda su vida: descubrir quién es el asesino de Harriet. Blomkvist, atónito por el carácter del ofrecimiento y por el momento en que se la acerca, no tiene más remedio que aceptar la oferta ya que es imposible de rechazar: Henrik le promete una abultada suma de dinero (resuelva el caso o no) y la cabeza de Wennerströn, el hombre que puso en juego su prestigio.

Ahora Mikael deberá mudarse a Hedestad, donde conocerá la historia y los integrantes de la familia Vanger, un clan compuesto por personas desagradables, codiciosas e incluso filonazis. La tarea encomendada no será fácil y para ello, nuestro héroe necesitará contar con la ayuda de otra persona para resolver el caso. Gracias a esta petición Mikael descubre que él fue investigado antes de ser elegido para este encargo. Quien realizó ese trabajo fue Lisbeth Salander (Rooney Mara), una joven con aspecto muy particular, antisocial, pero con inteligencia y otros dotes excepcionales. Lisbeth es considerada sumamente peligrosa para la sociedad e incluso para ella misma, y es por eso que desde su adolescencia debe responder a su tutor. Lo que Mikael no comprende es cómo ella pudo hacerse de los secretos más íntimos de su persona. Luego de un primer encuentro algo forzoso, nuestros héroes deberán unir fuerzas para resolver un misterio que todavía hoy guarda un peligro inminente para sus vidas.

Primero debo concentrarme en el trabajo de nuestros protagonistas. Brillante la actuación de Rooney Mara (Red Social) como Lisbeth Salander y excelente la transformación que han realizado con ella. Mara tuvo la gran oportunidad de interpretar a un personaje que, de hacerlo bien, sería consagratorio, y no lo desperdició obteniendo su primera nominación al Oscar. En lo que falla es en ser algo más abierta en expresar emociones y contar sus experiencias pasadas con tanta soltura (algo que el personaje literario jamás haría); aunque esto ya no va sólo por cuenta de ella, sino por el guionista y el director.

No podría afirmar cuál de las dos me parece mejor. La de Noomi Rapace es algo más oscura e introvertida y en ese aspecto se parece más a la Lisbeth original, pero físicamente, siempre me la imaginé más parecida a Mara. Las dos realizan tan buen papel, que seguramente hará que las opiniones estén bien divididas.

Jamás pensé decir esto, pero debo admitir que la interpretación de Daniel Craig como el gran Mikael Blomqvist es bastante buena y, en mi opinión, mejor que la de Michael Nyqvist. Craig logra darle el toque de ingenuidad, característico de nuestro héroe; estableciendo una muy equilibrada química con Mara, ya que su personaje destaca por ser todo lo contrario. Igualmente no es una actuación maravillosa (no podían faltar algunas de sus escenas sobreactuadas) y no está al nivel de la de Lisbeth; pero por tratarse de Craig, está más que bien.

En cuanto a los desempeños de Christopher Plummer y Stellan Skarsgård no descubro nada nuevo al decir que, pese a no contar con gran exposición en la pantalla, ambos se adueñan muy bien de sus personajes, brindando sus cuotas de talento. Los roles de Goran Visnjic y Robin Wright (¿con un acento que pretende ser inglés?) son aún más pequeños, pero sirven para renovar las caras y no desentonan.

Esta trilogía ha despertado mi espíritu literario y me declaro abiertamente fanático de la saga Millennium y soldado fundamentalista del “Kalle Blomkvist de los Cojones”. Quien haya leído la novela, comprenderá mis ansias de ver un film lo más leal posible al argumento del texto y la obsesión por los detalles. Detalles como el título, pésimamente traducido. Si, textualmente, significa “Los hombres que odian a las mujeres”, ¿por qué había que ponerle “The Girl with the Dragon Tattoo” y no “The Men who Hate Women”, o algo similar?

Ahora quiero dejar algo bien en claro: Esta producción tuvo un presupuesto de U$S 90.000.000, mientras que la sueca ni siquiera llegó a los 20 millones verdes. Habiendo remarcado esta diferencia, la realidad es que esta adaptación me resultó mucho más fiel al libro que la realizada por los guionistas nórdicos, Rasmus Heisterberg y Nikolaj Arciel. Igualmente, tiene errores o, mejor dicho, desprolijidades que uno no entiende por qué un reconocido “adaptador” como Steven Zaillian (nominado al Oscar por su gran trabajo en Moneyball) no hizo un mayor esfuerzo por corregirlas.

¡Spoiler Alert! A partir de aquí voy a empezar a desmenuzar las tramas tanto del libro, como la de las dos cintas; por eso me veo obligado a decirles, a quienes no lo leyeron, ni tampoco las vieron y tiene intención de verla; que se salteen hasta el último párrafo y la ficha técnica, porque no tendré piedad con las obras fílmicas.

Como puntos positivos de la obra de David Fincher, destaco que la narración se va desentramando en un ritmo acorde y constante, sin dar grandes saltos (como la sueca), que nos permite ir conociendo con más detalles a nuestros héroes. En ningún momento se hace pesado y difícilmente nos demos cuenta que casi dos horas y media. Además, en los momentos que hay que hacer mayor hincapié, este film los hace. Luego, han adaptado de manera mucho más fidedigna escenas tan importantes, como el final (el sueco me irritó bastante), que es clave para el comienzo de la segunda parte; o el prólogo del climax (el encuentro de Mikael con Martin, en su casa), mucho mejor logrado que la versión de 2009 (que resultaba bastante ridículo).

Ahora bien, en todo el libro, Lisbeth jamás habla de su pasado con nadie, y aquí lo suelta como si nada. ¡Y pensar que yo me había enfadado con el flashback de la versión sueca! Si querían hacer una referencia a su relación paternal, deberían haber fundido las imágenes de la explosión del auto y poner la imagen de su niñez (como lo hicieron los escandinavos). Tampoco puedo obviar el hecho de que han tomado muchas más cosas del libro (por ejemplo, el aporte de la hija de Mikael), pero que han alterado su orden y que han suprimido varios hechos (como la prisión de nuestro héroe). Esto no es tan grave.

Lo que sí es grave en mi opinión, es lo que sucede con los personajes secundarios, aquí se interpreta a Holger Palgrem, el tutor de Lisbeth, aunque no llega a profundizar del todo el vínculo que los une. En la versión sueca se hace caso omiso a este personaje, pero sí se le da gran atención a la madre de Lisbeth; caso contrario en la versión de Fincher. Graso error de ambos, ya que estos dos personajes no debieron faltar nunca, pero creo que tendré que resignarme, ya que todos los guionistas entendieron que debe haber un solo confidente, y no dos. Otra cosa en la que todos también coincidieron fue en matar a Anita Vanger. ¿Era necesario? ¿Tanto estorbaba en el tramo final? Además del hecho de que Harald pasó de ser el ermitaño y patotero tío “facho” (léase, fascista), al amable y atento fotógrafo tío “facho”.

Volviendo a los aspectos positivos, uno no puede obviar la espectacular edición de sonido, la banda sonora (a cargo de Trent Reznor y Atticus Ross) y el montaje. El clip inicial con los títulos, al ritmo de Immigrant Song de Led Zeppelin (superior que la versión del tráiler que filtraron) es brillante, haciendo vibrar toda la sala. El uso de sonidos muy agudos y distorsionados es fundamental para el ambiente del film. Bien merecidas las nominaciones al Oscar en las categorías de edición y demás aspectos técnicos.

Para finalizar, La chica del dragón tatuado es un thiller de asesinatos en serie mucho más convencional que retorcido. Conociendo a David Fincher, tenía la ilusión de que él pudiera imprimir mucho mejor su toque turbio y oscuro de los 90’s, tal como lo hizo en sus obras maestras como Se7en o Fight Club. Temo afirmar que haya perdido esa cualidad tan suya, por ende no lo voy a hacer; pero no tengo la menor duda que, de haberlo hecho, estaríamos hablando de otra producción que integraría este selecto grupo de excelencia.

Ficha Técnica

Reparto: Daniel Craig – Rooney Mara – Stellan Skarsgård – Christopher Plummer.
Director: David Fincher.
Duración: 150 minutos.
Año: 2011.
Calificación El Guionista: 8.
Películas por catálogo: not yet.

Tráiler para Cine

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