A pesar de
que el título hace referencia solo a un personaje, La Vieja de Atrás es una película con doble protagonista. En
primera instancia, conoceremos a la vieja propiamente dicha, que no es otra que
Rosa (Adriana Aizemberg), una jubilada nacida en España
pero que vive en Buenos Aires desde que tiene uso de razón y que ha enviudado
de muy joven, a causa de la gran diferencia de edad con su marido Luis. Rosa
nunca tuvo hijos, perdió todo contacto con su familia desde que emigró a Sudamérica
y siempre fue demasiado tradicionalista para si quiera plantearse la posibilidad
de volverse a casar. Así, se comporta como la típica señora que no tiene nada
que hacer: va a hacer las compras todos los días, mira una poco saludable
cantidad de noticieros por televisión, sabe los pormenores de todos sus vecinos
y entabla pequeños diálogos con un loro que mantiene dentro de su jaula.
Por otra
parte, conoceremos al segundo protagonista de la historia que, en este caso,
viene a ser Marcelo (Martín Piroyansky), un joven de veintipocos años que ha
decidido abandonar su tierra natal (un pueblo perdido en la provincia de La
Pampa) para venirse a Buenos Aires a estudiar medicina en la UBA. A pocos meses
de instalarse en la capital, Marcelo ocupa su tiempo entre la facultad y sus
dos trabajos que lo ayudan a subsistir: a la mañana reparte volantes y a la
tarde atiende un locutorio. Si con estos dos empleos a Marcelo apenas le
alcanza para comer y fotocopiar algún que otro apunte que necesite, su
situación se vuelve crítica cuando es despedido del locutorio. Habiendo
decidido que no le queda otra que volverse a La Pampa para trabajar en el campo
donde también lo hace su familia, un día el ascensor del edificio donde Marcelo
alquila un departamento se traba, encerrándolo dentro con su vecina del noveno
piso.
Creo que, a
esta altura, quedó bastante claro que la vecina que se queda encerrada con
Marcelo en el ascensor no es otra que Rosa, la vieja de atrás. Luego de hacerle
unas cuantas preguntas personales y de tratar de inmiscuirse en la vida del
joven a quien acaba de conocer, Rosa tiene una idea: si Marcelo no tiene a
dónde ir y no le alcanza ni para comer, la única solución es que se vaya a
vivir con ella. Así tendría casa y comida y podría seguir estudiando sin
inconvenientes.
Por supuesto
que a Marcelo esto le parece una locura al principio, pero una mezcla de sus
ganas de seguir estudiando y el engorro que le produce tener que volver a La
Pampa lo terminan convenciendo de que la idea de Rosa no es tan descabellada, por lo que
toma sus pocas pertenencias del noveno A y se muda a la parte de atrás de su
mismo edificio, el noveno B, donde vive Rosa.
La Vieja de Atrás empieza
como una clásica historia a partir de dos personajes bastante estereotipados
pero, a partir del detonante del ascensor, se convierte en un profundo relato
sobre la soledad más extrema que una persona (y, en este caso, dos) puede
experimentar, ya que más tarde nos enteraremos de que lo único que Rosa pretende
de su acuerdo con Marcelo es tener a alguien con quien hablar un rato antes de
irse a dormir.
Ficha Técnica
Reparto: Adriana Aizemberg - Martín Piroyanksky.
Director: Pablo José Meza
Año: 2011.
Duración: 115 minutos.
Calificación El Guionista: 7.
Películas por catálogo: incluida.
Tráiler para Cine
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