Pese a que aún no critiqué ninguna, los que son fieles
lectores de El Guionista sabrán el buen efecto que la trilogía de Bourne,
protagonizada por Matt Damon, causó en mí. Este motivo, más la vuelta de Edward Norton (uno de mis actores favoritos) a la pantalla grande y una buena dosis de
acción y thriller fueron suficientes para convencerme de ir a verla a mi sala
predilecta.
Las tres novelas de Bourne son obras del escritor, ya fallecido, Robert Ludlum. Aunque Eric Van Lustbader, colega suyo, decidió continuar su saga con siete capítulos más, siendo El Legado de Bourne uno de este septeto. Sobre los trabajos literarios no puedo emitir opinión alguna porque no los he leído. Lo que sí puedo hacer es informarme y comprobar que este film, supuestamente adaptado del libro, no coincide básicamente en nada: ni en su protagonista, ni la trama, ni su locación. Nada.
El argumento es el siguiente: Aaron Cross (Jeremy Renner) es
creado por el programa Outcome. Los agentes de este programa no han sido diseñados
para asesinar, sino para funcionar en solitario en misiones altamente
arriesgadas, sin embargo el programa Outcome se convierte en un peligro cuando
la historia de Bourne pasa al dominio público. Es por esto, que todos los
agentes y otros miembros de Outcome, deben ser eliminados.
Al salir de la sala me sentí decepcionado, y esa decepción
tiene nombre y apellido: Tony Gilroy. La misma persona que había adaptado de
brillante manera la trilogía del superagente sin identidad, es el máximo
culpable de haber montado y dirigido de forma tan desequilibrada, desacertada y
somnolienta, un nuevo capítulo, totalmente sobrante, de un héroe ausente.
¿Qué le faltó? Menos romance y más búsqueda de la verdad. Tener una criteriosa estructura en cuanto al
reparto de acción y trama, como sus antecesoras, y no dividirse entre una muy
confusa primera hora, un nudo temeroso y un histéricamente excitado tercer
acto. También un digno combate cuerpo a cuerpo contra otro agente (no una
persecución de motos medio pelo, con una pésima muerte del enemigo). Además de
carecer de algo fundamental que se dio en toda la saga: un duelo verbal o
físico contra uno de los directivos (un tenso encuentro entre Renner y Norton
hubiera levantado bastante a la obra, no el flashback sin sentido que se
muestra).
Bajo un libreto y una realización tan floja, hablar de las
actuaciones no tiene mucho sentido. Jeremy Renner, aprovechando su gigantesca
ola de popularidad luego de ser nominado dos veces al Oscar consecutivamente,
ha decidido convertirse en un héroe de acción, como un verdadero “hacedor de
viudas”, apoderándose de muchas de las franquicias más recientes y más exitosas
(Bourne, Los Vengadores, Misión: Imposible).
Edward Norton sigue con su pésimo gusto, característico de
los últimos años, para elegir papeles; mientras que Rachel Weisz, en su rol, no
pincha ni corta: apenas patea. El elenco se completa con algunos viejos
conocidos y otros debutantes como Scott Glenn, Stacy Keach, Zeljko Ivanek,
Albert Finney, Oscar Isaac, David Strathairn y Joan Allen, con efímeras participaciones.
¿Había necesidad de hacer otro episodio de la saga Bourne?
No, en absoluto. Pero si, igualmente, seguían obstinados en crear uno, podrían
haberlo hecho bien. Una producción sin encanto ni gracia. Sin misterio, más dedicado al thriller político que a la acción y al suspenso. Indudablemente, extrañamos a Matt Damon. Pero, más que al
oriundo de Massachusetts, echamos mucho de menos a Paul Greengrass (sí, su
apellido es así), anterior director.
Así como el neoperonismo de la Unión Popular de Argentina,
predicaba la idea de un “peronismo sin Perón”, esta película pregona un “bournismo
sin Bourne”. Esto quiere decir que, si esperan ver una película de Jason Bourne,
lamentablemente no la van a encontrar: ni a la película, ni a Bourne.
Ficha Técnica
Reparto: Jeremy Renner – Rachel Weisz – Edward Norton.
Director: Tony Gilroy.
Año: 2012.
Duración: 132 minutos.
Calificación El Guionista: 5.
Películas por catálogo: no.
Tráiler para Cine
Se nombra al peronismo dentro de una crítica de Bourne. No sé ustedes, pero yo me puse a aplaudir frente al monitor
ResponderEliminarGracias compañero. Esto de tirarnos flores en nuestro blog es algo un poco extraño. Pero vos sabés que El General es fuente de inspiración constante en mí (podrás chequearlo en una de las etiquetas de ¡Atraco!)
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