Michael Peterson (Hardy) siempre quiso ser famoso. Pero él no sabía actuar, ni cantar; así que decidió buscar su reconocimiento por otro lado. Sus actitudes violentas y su desmesurada resistencia a la autoridad lo llevaron a ir de cárcel en cárcel, y luego a un instituto psiquiátrico. De sus 34 años en prisión, paso 30 confinado en solitario y, hasta el día de hoy, sigue encerrado. Dominado por su alter-ego llamado Charlie Bronson (en honor al actor), Peterson se convirtió en el preso más famoso, más costoso y más violento de toda Inglaterra, logrando su objetivo en la vida.
Ustedes deben estar pensando que el loco soy yo: ¿Cómo voy a
hacer una sinopsis de un párrafo y encima contando el final? Déjenme decirles
que todo lo que narré no es nada que no se enteren en los primeros diez
minutos. ¿Entonces, cuál es el sentido de ver esta obra? Tres respuestas vienen
a mi cabeza automáticamente: La primera es que este largometraje está basado en
una historia real. La segunda, es la forma en cómo nos relatan esta historia.
La tercera es el brillante desempeño actoral de su protagonista.
Esta cinta biográfica más que cine independiente, es cine de
autor puro. Nicolas Winding Refn, director también de la Trilogía Pusher y
de Drive, es el realizador de este film, cuyo inicio es totalmente prometedor,
con una sensación de estar frente a una película que jamás vimos, con pinceladas de La Naranja Mecánica o Asesinos Natos. Como si fuera
una obra de teatro, donde sólo tenemos una estrella, Bronson cuenta desde
primera persona su vida y sus experiencias.
Con escenas que se balancean entre lo extraño y lo
fantástico (como la del loco y su caminata ida y vuelta, o el diálogo de las
dos caras), el problema llega al promediar la hora de rodaje, cuando no
encontramos un segundo punto de giro fuerte y tenemos la sensación de estar
viendo lo mismo hace 60 minutos. Aquí esta producción empieza a trastabillar,
manteniéndose gracias a su protagonista.
Lo que es innegable es la gran interpretación de Tom Hardy.
Él es el amo del show y se carga el film a sus hombros, defendiéndolo como
cuando enfrenta a policías, guardias u otros peleadores. Aquí no es sólo su
fibra muscular: su manera de relatar, sus caras y sus expresiones, son mucho
más relevantes, inspirando sonrisas cómplices en nosotros. Él brilla en su espectáculo
unipersonal, gracias a sus monólogos y al cambio de ritmo que les imprime a
ellos. Considero a Bronson como la mejor perfomance de Hardy, por ahora, donde
pudo explotar todas sus aristas como hombre de ficción.
Hardy es parte de esta nueva “invasión británica” a las
arcas hollywoodenses, cuyos otros integrantes son Michael Fassbender, Benedict Cumberbatch y Tom Hiddleston. Este grupo de actores treitañeros no tienen complejos ni
prejuicios, aceptando roles completamente distintos a los anteriores, incluso
animándose a desnudos integrales. En los últimos cinco años, ellos han marcado
un claro ascenso en popularidad y en ofertas laborales. Más que interesante
trayectoria para el oriundo de Londres que suma a su repertorio obras como
Layer Cake, Rock’n’Rolla, El Origen, Warrior, El Topo y The Dark Knight Rises.
Volviendo a la obra que hoy nos reúne, debo decirles que no
es recomendable para todos; sí para aquellos que aceptan el desafío del cine de
autor, aquellos que conocen a este director o los que son seguidores de Hardy y
su carrera ascendente.
Ficha Técnica
Reparto: Tom Hardy – Matt King – James Lance.
Director: Nicolas Winding Refn.
Año: 2008.
Duración: 84 minutos.
Calificación El Guionista: 7.
Películas por catálogo: incluida.
Tráiler para Cine
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