Anteriormente, en El Guionista ya había publicado el primer
y el segundo capítulo de esta intrigante saga: como sucedió con la trilogía del Caballero de la Noche,
hoy decidimos concluir con el último episodio de Infernal Affairs (tarea que
pronto llevaremos a cabo con otras, como El Padrino o Millennium).
Infernal Affairs 3: End Inferno es narrada en forma paralela a través de dos momentos específicos: 6 meses antes de lo acontecido en Juego Sucio y 10 meses después (así que si no vieron las predecesoras, por si les quedaba alguna duda, deberían optar por no ver este epílogo).
6 meses antes: el agente encubierto Yan (Tony Leung) vive
uno de sus momentos más críticos bajo los órdenes del líder de las triadas, Sam
(Eric Tsang). Por este motivo, el inspector Wong (Anthony Wong) lo obliga a
asistir a terapia y la doctora Lee (Kelly Chen) será su terapeuta, mientras una
relación algo más intensa empieza a despertar entre ellos.
10 meses después: el inspector Ming (Andy Lau) salió airoso
de la complicada situación que debió enfrentar hace casi un año atrás. Él creía
tener la situación bajo control; sin embargo, su colega en el área de
seguridad, Yeung Kam Wing (Leon Lai) es el encargado de erradicar a los
infiltrados de Sam, al comprobarse que no fue un único caso. A su vez, Yeung,
es sospechoso de ser uno de esos topos. Ming deberá seguir atando los cabos
sueltos y, para esto, intentará atrapar a Yeung; cueste lo que cueste.
Con cierta decepción, debo confesarles que esta producción
es la más floja de las tres. Muy lejos de su primer capítulo, sin la acción ni
la sorpresa que nos había encandilado. Tampoco goza de los múltiples giros y
retorcidas conexiones de la precuela. En la primera hora y media la cinta se
divide en un aburrido juego del gato y el ratón entre Ming y Yeung y un drama
psicológico que comienza con los problemas de violencia de Yan para terminar en
la esquizofrenia de Ming.
Su nudo parece imposible de desatar hasta que llegamos a los
quince minutos finales donde el trío Lau – Mak – Chong finalmente deciden
aparecer, con pequeños destellos de su brillantez, entre tanta monotonía y
confusión, para dar prueba de que esta sí es una de sus realizaciones, pese a al
duda del espectador durante todo el largometraje.
En cuanto a las actuaciones, ninguno sobresale, e incluso
hay historias que no me cierran para nada como el romance entre Yan y su
terapeuta o el arrepentimiento de Ming, bordeando la locura. Algo podemos
vislumbrar en el primer episodio (la visita de despedida de Yan o la respuesta
final de Ming) pero no se compara al extremismo con que fueron llevadas en este
cierre. Sé que esta clase de falencia es mayor responsabilidad de los
guionistas, pero los actores también deben aportar lo suyo y, en este film, yo
los sentí en deuda. No obstante, fue una interesante oportunidad para conocer
mejor a otros intérpretes como Leon Lai, Kelly Chen, Chapman To y Chen Dao Ming.
Para aquellos interesados, debe saber que se lanzó una
versión cronológica definitiva para DVD, de todas estas producciones, que se
organiza de la siguiente manera: MGD 2, MGD 3 (6 meses antes), MGD 1 y,
finalmente, MGD 3 (10 meses después). Espero que les sirva como guía, aunque
estoy seguro que la mejor manera de verlas es la clásica, o sea, según la fecha
de estreno de cada una.
Por lo que podrán deducir, claramente esta trilogía, en lo
que a mí respecta, fue de mayor a menor. Pero debo reconocer que dejó un muy
agradable sabor en mi paladar cinéfilo, tanto esta saga en sí, como la
posibilidad de seguir explorando nuevas visiones de hacer cine y no arroparme
entre la costumbre y los prejuicios.
Ficha Técnica
Reparto: Andy Lau – Tony Leung – Leon Lai – Kelly Chen.
Director: Andrew Lau – Alan Mak.
Año: 2003.
Duración: 110 minutos.
Calificación El Guionista: 6.
Películas por catálogo: incluida.
Trailer para Cine
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