¿Cuántas veces hemos leído o nos han dicho que existen
películas que uno no puede dejar de ver? Ahora, ¿cuántas veces fueron las que
hemos hecho caso y cuántas las que, por algún motivo u otro, hicimos oídos
sordos y preferimos ver algo más actual o pasatista? Llega un momento en que la
curiosidad se adueña de nuestro ser y dejamos de lado cualquier pretexto. Eso
es lo que me sucedió con The Third Man, cuyos realizadores como pergaminos me
convencieron más pronto que tarde. Así es, señores: volvieron los clásicos a El Guionista.
1947; en Viena, sitiada y divida en cuatro por los
estadounidenses, británicos, franceses y rusos, luego de la Segunda Guerra Mundial.
El escritor de westerns, Holly Martins (Joseph Cotten) no atraviesa su mejor
momento personal. Por este motivo, su amigo Harry Lime le ofrece trabajo en la
capital de Austria. La propuesta es muy tentadora y el novelista, proveniente
de Estados Unidos, viaja hacia la ciudad europea. Pese al alienado clima de
posguerra, todo parece ir bien hasta que, al llegar al lugar de encuentro con
su amigo, él descubre que Harry ha muerto.
Luego de asistir a su entierro, Holly es interrogado por la
policía inglesa, a cargo del mayor Calloway (Trevor Howard), sobre su relación
con el recientemente difunto. Para su sorpresa, Harry era investigado por
negocios en el mercado negro y la industria de medicamentos, especialmente.
Holly, no puede creer los cargos que se le imputan a su amigo, una persona
honesta y pulcra. Sin tener adonde ir ni con que sustentarse, nuestro héroe
decidirá permanecer en Viena para limpiar el nombre de Harry Lime, e ir hasta
el fondo del asunto, aunque sin saber hasta qué punto pondrá en riesgo su vida.
Es difícil juzgar o poder criticar una película de hace más
de 60 años con los ojos de hoy. Además, ¿quién soy yo o qué autoridad creo poseer
para poder hacerlo? Si me preguntan, debo responderles que sí: considero que
esta película ha envejecido; pero ni por casualidad fueron los años de
diferencia entre su estreno y nuestro presente. Sinceramente, iba a calificarla
con un puntaje menor pero luego consideré la cantidad de veces que he visto, a
lo largo de mis días, largometrajes con la misma temática, los mismos giros o
persecuciones, y cómo lograba mantenerme en vilo durante sus 100 minutos.
Con mucha insolencia (y algo de vergüenza) me atrevo a decir
que esta producción referente del cine negro tiene dos puntos negativos: su
banda sonora y las transiciones. La musicalización me pareció completamente
insoportable y anticlimática. Sacaría esas guitarras acústicas (instrumento que
no aporta suspenso) y pondría tantos violines como giros dramáticos hay en esta
apasionante historia. En cuanto a los cambios de escenas, se hacían demasiado rápido,
como si hubiera prisa. También sentí la necesidad de una mayor cantidad de
planos cortos o sobre el hombro.
Ni bien terminé de verla, me imaginé a mí mismo dentro de la
piel de un director y de un guionista, pensando en todos los retoques y
pequeños detalles que le agregaría a este film para producir una gran remake,
acorde a nuestros tiempos y a la trascendencia de esta magnífica obra. Incluso,
me animé a pensar en un posible casting.
Ahora, si tengo que hablar de lo positivo, esta palabra
queda corta. Es poseedora de elementos magistrales, como sus planos reveladores
(en particular, la toma que sale por la ventana hacia la calle o el de
presentación de El Tercer Hombre). La persecución final, filmada de manera
soberbia por Carol Reed, es de las mejores secuencias que he visto. La representación de cada
personaje, dentro de ese contexto belicista y de asfixiante tensión, nos
demuestra las miserias que cada uno de ellos debía afrontar, destacándose la
labor de la bella, Alida Valli.
Mención aparte para el adelantado, Orson Welles. Todo un
pionero, un vanguardista, que luego de algunos problemas en su país natal,
debió irse a Europa y allí comenzó a hacer escuela. Su gran aporte queda
expresado en los arreglos que hizo al guión de Graham Greene, específicamente
en la estupenda y elocuente frase sobre el Renacimiento y los suizos.
No soy nada fanático de las readaptaciones, pero por dos
sólidos motivos creo que, este caso, lo ameritaría: por la importancia que
tiene en la historia del séptimo arte y por los prejuicios de muchas personas
que escapan del blanco y negro y de las películas que tienen más de 15 años de
vida.
Ojalá supiera cuántos de ustedes toman en serio nuestras
recomendaciones y deciden ver algunas de las películas que venimos criticando
hace más de un año. Lo único que puedo agregarles es que, si realmente les
interesa la historia del cine, The Third Man es una importantísima pieza de
ella, que debería ser vista por todos los que nos consideramos cinéfilos.
Ficha Técnica
Reparto: Joseph
Cotten – Alida Valli – Trevor Howard – Orson Welles.
Director: Carol Reed.
Año: 1949.
Duración: 100 minutos.
Calificación El Guionista: 9.
Películas por catálogo: incluida.
Tráiler para Cine
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