martes, 18 de septiembre de 2012

The Third Man


¿Cuántas veces hemos leído o nos han dicho que existen películas que uno no puede dejar de ver? Ahora, ¿cuántas veces fueron las que hemos hecho caso y cuántas las que, por algún motivo u otro, hicimos oídos sordos y preferimos ver algo más actual o pasatista? Llega un momento en que la curiosidad se adueña de nuestro ser y dejamos de lado cualquier pretexto. Eso es lo que me sucedió con The Third Man, cuyos realizadores como pergaminos me convencieron más pronto que tarde. Así es, señores: volvieron los clásicos a El Guionista.


1947; en Viena, sitiada y divida en cuatro por los estadounidenses, británicos, franceses y rusos, luego de la Segunda Guerra Mundial. El escritor de westerns, Holly Martins (Joseph Cotten) no atraviesa su mejor momento personal. Por este motivo, su amigo Harry Lime le ofrece trabajo en la capital de Austria. La propuesta es muy tentadora y el novelista, proveniente de Estados Unidos, viaja hacia la ciudad europea. Pese al alienado clima de posguerra, todo parece ir bien hasta que, al llegar al lugar de encuentro con su amigo, él descubre que Harry ha muerto.

Luego de asistir a su entierro, Holly es interrogado por la policía inglesa, a cargo del mayor Calloway (Trevor Howard), sobre su relación con el recientemente difunto. Para su sorpresa, Harry era investigado por negocios en el mercado negro y la industria de medicamentos, especialmente. Holly, no puede creer los cargos que se le imputan a su amigo, una persona honesta y pulcra. Sin tener adonde ir ni con que sustentarse, nuestro héroe decidirá permanecer en Viena para limpiar el nombre de Harry Lime, e ir hasta el fondo del asunto, aunque sin saber hasta qué punto pondrá en riesgo su vida.

Es difícil juzgar o poder criticar una película de hace más de 60 años con los ojos de hoy. Además, ¿quién soy yo o qué autoridad creo poseer para poder hacerlo? Si me preguntan, debo responderles que sí: considero que esta película ha envejecido; pero ni por casualidad fueron los años de diferencia entre su estreno y nuestro presente. Sinceramente, iba a calificarla con un puntaje menor pero luego consideré la cantidad de veces que he visto, a lo largo de mis días, largometrajes con la misma temática, los mismos giros o persecuciones, y cómo lograba mantenerme en vilo durante sus 100 minutos.

Con mucha insolencia (y algo de vergüenza) me atrevo a decir que esta producción referente del cine negro tiene dos puntos negativos: su banda sonora y las transiciones. La musicalización me pareció completamente insoportable y anticlimática. Sacaría esas guitarras acústicas (instrumento que no aporta suspenso) y pondría tantos violines como giros dramáticos hay en esta apasionante historia. En cuanto a los cambios de escenas, se hacían demasiado rápido, como si hubiera prisa. También sentí la necesidad de una mayor cantidad de planos cortos o sobre el hombro.

Ni bien terminé de verla, me imaginé a mí mismo dentro de la piel de un director y de un guionista, pensando en todos los retoques y pequeños detalles que le agregaría a este film para producir una gran remake, acorde a nuestros tiempos y a la trascendencia de esta magnífica obra. Incluso, me animé a pensar en un posible casting.

Ahora, si tengo que hablar de lo positivo, esta palabra queda corta. Es poseedora de elementos magistrales, como sus planos reveladores (en particular, la toma que sale por la ventana hacia la calle o el de presentación de El Tercer Hombre). La persecución final, filmada de manera soberbia por Carol Reed, es de las mejores secuencias que he visto. La representación de cada personaje, dentro de ese contexto belicista y de asfixiante tensión, nos demuestra las miserias que cada uno de ellos debía afrontar, destacándose la labor de la bella, Alida Valli.

Mención aparte para el adelantado, Orson Welles. Todo un pionero, un vanguardista, que luego de algunos problemas en su país natal, debió irse a Europa y allí comenzó a hacer escuela. Su gran aporte queda expresado en los arreglos que hizo al guión de Graham Greene, específicamente en la estupenda y elocuente frase sobre el Renacimiento y los suizos.

No soy nada fanático de las readaptaciones, pero por dos sólidos motivos creo que, este caso, lo ameritaría: por la importancia que tiene en la historia del séptimo arte y por los prejuicios de muchas personas que escapan del blanco y negro y de las películas que tienen más de 15 años de vida.

Ojalá supiera cuántos de ustedes toman en serio nuestras recomendaciones y deciden ver algunas de las películas que venimos criticando hace más de un año. Lo único que puedo agregarles es que, si realmente les interesa la historia del cine, The Third Man es una importantísima pieza de ella, que debería ser vista por todos los que nos consideramos cinéfilos.


Ficha Técnica

Reparto: Joseph Cotten – Alida Valli – Trevor Howard – Orson Welles.
Director: Carol Reed.
Año: 1949.
Duración: 100 minutos.
Calificación El Guionista: 9.
Películas por catálogo: incluida.

Tráiler para Cine


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