Muchas veces se ha
dicho que el cine es una de las tantas vías que las personas tienen de expresar
cualquier tipo de emoción, sentimiento o idea que se les cruce por la cabeza y,
si bien esto es cierto, el séptimo arte -como la música, la pintura y otras tantas
vetas artísticas- ha sabido ir más allá y hoy podemos decir que también
funciona como un documento, como un registro de ciertos fenómenos culturales,
sociales, políticos, etc. que son parte de la realidad y que perfectamente
pueden ser abordados a partir de un guión, una cámara y un par de muchachos que
actúen. Hace no mucho tiempo, con la llegada de Internet, uno de esos fenómenos
al que nadie puede darle la espalda se hizo presente y, todavía más acá en el
tiempo, las redes sociales hicieron su propia revolución comunicacional. Y el
cine estuvo allí. Trust no es solo un
thriller con buenos personajes, una trama atrapante y un buen final, también es
una recopilación de datos, situaciones, advertencias, realidades y detalles de
un mundo virtual que resulta casi tan complejo y peligroso como el real.
La historia, como
no podía ser de otra manera, comienza con una adolescente de clase media cuyo
mejor amigo es su Blackberry. Annie (Liana Liberato) es tan normal como
cualquier otra chica de su escuela secundaria en uno de esos típicos pueblos de
los suburbios de Estados Unidos. Tiene su grupo de amigas, forma parte de uno
de los equipos deportivos de su colegio, asiste a fiestas y encuentros
similares y cuenta con todas las inseguridades propias de ese mundo pre-adulto.
Respondiendo a los mandatos naturales de una joven de esta época, Annie no
puede vivir sin su celular, sin su computadora y sin todas esas maravillas que
Facebook, Twitter y los mensajes instantáneos ofrecen. Y ahí es donde empiezan
los problemas.
Hace unas semanas
que su celular no para de sonar a partir de los mensajes que Annie intercambia
con un “amigo” que conoció a través de Internet. La típica: dos chicos de la
misma edad, que viven en lugares opuestos del país, que tienen varias cosas en
común y que empiezan una conversación amistosa por chat que después deriva en
el intercambio de números de celular. Nada más. Pero cuando este chico da el
siguiente paso y le propone a Annie encontrarse, empiezan los problemas. Lo que
empezó como una relación amistosa e inocente terminará en un desastre
irreversible.
Como dije al
principio, la historia resulta muy entretenida y vale la pena verla por eso
solo, pero, además del entretenimiento que propone, consigue retratar muy bien
el fenómeno de las redes sociales y las relaciones que derivan de ellas, los
peligros que se esconden detrás de un inocente emoticón y las precauciones que
se deben tener aunque, como deja en claro este film, a veces es imposible
controlar todo. Y este es, en mi opinión, el mensaje fundamental de la película
justamente porque el caso que la trama aborda es el de una chica normal, sin
nada de particular, con padres responsables y atentos. Todos elementos que
hacen que la frase “le puede pasar a cualquiera” esté a la orden del día.
Una buena propuesta
de cine de suspenso, con toques cómicos al principio, un claro viraje al drama
en el final y grandes actuaciones, como la de la mencionada protagonista de la
película y también las de los actores que interpretan a sus padres, nada menos
que Clive Owen y Catherine Keener.
Ficha Técnica
Reparto: Liana Liberato - Clive Owen - Catherine Keener - Viola Davis.
Director: David Schimmer.
Año: 2010.
Duración: 106 minutos.
Calificación El Guionista: 7.
Películas por catálogo: incluida.
Tráiler para Cine
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