martes, 12 de febrero de 2013

The Hangover: Part II


“La comedia”. Si citamos al gran maestro Aristóteles y a su Poética sabremos que la comedia, así como la tragedia, proviene del drama. La diferencia principal es que, en la primera, el desenlace suele ser feliz y la finalidad es provocar la risa en el espectador. Ahora, si hablamos del cine y de tiempos más contemporáneos, con tal de conseguir ese objetivo se han producido las atrocidades más gigantescas, haciendo de la comedia el género más bastardeado y ridiculizado (después del de terror) en los últimos años. Enfocándonos en el film de hoy, la saga The Hangover ha logrado sentimientos encontrados en cuanto a lo que acabo de mencionar.


Pasaron dos años desde la última e inolvidable despedida de solteros, en Las Vegas: ahora es el turno de Stu (Ed Helms), quien se casará en Tailanda, dado a que los padres de su futura mujer son de allí. Pese a algunas idas y vueltas, Stu, Phil (Bradley Cooper), Doug (Justin Bartha) y Alan (Zach Galifianakis) volverán a unirse. “The Wolfpack” está de regreso, pero esta vez no será Doug a quien pierdan…

Antes, debo recomendarles que, para leer este artículo, lo más prudente sería que hayan visto ¿Qué pasó ayer?, previamente. De hecho, la razón que me motivó a comentar la cinta de la fecha fue haber visto varias veces su precuela, en el último tiempo.

Lo que me sucede con la primera parte de esta franquicia es curioso: cada vez que la veo me resulta más entretenida y destacable como comedia, ya que trajo nuevos aires al género. Quizás, al manejarme con la primera impresión, pude haber sido algo injusto con su crítica (aclaro que tampoco es una obra maestra) pero, con el tiempo, la he sabido apreciar.

Ahora, si hablamos de The Hangover: Part II, estoy seguro que no voy a necesitar volver a verla para cambiar mi opinión. Así como Taken 2, se forjó copiando el mismo esqueleto de Taken, ¿Qué Pasó ayer? 2 calcó el mismo procedimiento. A causa de esto y para reemplazar la falta de sorpresa, el director, Todd Phillips, y los guionistas decidieron subir el tono del humor, con bromas y situaciones mucho más pesadas, más violentas, más desagradables y más denigrantes.

El libreto es muy flojo (y eso que los guionistas fueron cinco…), en especial durante los monólogos. No es que espere algo como El Padrino, pero realmente estos carecían de cualquier lógica o sentido, además de no tener ningún remate firme ni coherente (claro ejemplo, los del arroz blanco). Si seguimos con la comparación, prefería a Heather Graham que a Jamie Chung, la banda de sonido de la primera es mucho mejor que la de la secuela, entre otros aspectos.

¿Lo mejor? Zach Galifianakis. Él puede decir “hola” que, por lo menos a mí, ya basta para hacerme reír. Nunca me despertó pasión (es más, me resultaba ingrato), pero su papel de Alan, ese niño barbudo algo demente, logra vencerme y convencerme de que está hecho a su medida. También podríamos destacar la escena de persecución y la espléndida fotografía de Bangkok y los paisajes naturales de Tailandia.

Aquí me llamo a la reflexión. Dado a que la cultura dominante proviene de Estados Unidos; Sudamérica y, seguramente, gran parte del mundo se ha acostumbrando al humor yankee, a sus actores de siempre, a sus sitcoms, a sus chistes o gags repetidos, como también a la duración promedio de sus obras. Mi consejo: rompan esas estructuras, incursionen en otras culturas. Una fantástica opción sería Bollywood (el cine de India), cuyo mercado para la comedia es amplio y de muy buena calidad.

Sin embargo, hay que reconocer que la saga de The Hangover ha renovado el género y estaré expectante al estreno de la tercera parte en este año. Vean la primera; luego, será inevitable ver la segunda.

Ficha Técnica

Reparto: Bradley Cooper – Ed Helms – Zach Galifianakis.
Director: Todd Phillips.
Año: 2011.
Duración: 100 minutos.
Calificación El Guionista: 6.
Películas por catálogo: incluida.

Tráiler para Cine


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