“Una historia que te hará creer en Dios”: Así es catalogada la aventura que debió afrontar Pi Patel (Irrfan Khan) cuando tenía 16 años. Un novelista (Rafe Spall) decide entrevistar a este hombre hindú, radicado en Canadá, para que le narre con lujos y detalles cómo fue aquella experiencia en la que Pi tuvo que ingeniárselas para sobrevivir 227 días, naufragando en las aguas del Océano Pacífico, junto a un tigre de bengala.
No tenía grandes expectativas. Las historias de naufragios
no me enloquecen (tampoco conozco muchas). Sólo sabía que en esta había un
muchacho de la India
que viajaba en un bote junto a un tigre. ¿Entonces, por qué fui al cine? Porque
estaba seguro de que el verdadero espíritu de esta obra sólo se podía apreciar
en una sala y la posibilidad de verla en 3D resultaba aún más seductora.
Esta es la tercera vez que concurro a una proyección con los
lentes tridimensionales (las anteriores fueron para Prometeo y El sorprendente Hombre Araña) pero fue la primera vez en la que sentí que este avance tecnológico
fue aprovechado al máximo, sin la necesidad del impacto constante.
Basada en el bestseller homónimo de Yann Martel, La vida de Pi es una película bellísima en cuanto a lo artístico,
y una prueba de ello es que casi no nos damos cuenta de que el tigre es un
personaje virtual. Ang Lee (Brokeback Mountain), desde su dirección, hace un dúo
fantástico con el chileno Claudio Miranda (Benjamin Button, Se7en), desde su
fotografía, para ofrecernos no planos asombrosos, sino directamente postales de
un viaje increíble y de las maravillas naturales del mar, convirtiendo al espectador
en testigo preferencial.
Es firme candidata para adjudicarse cualquiera de las premiaciones por los aspectos técnicos. Ang Lee y todo su equipo de realizadores le podrían dar una clase a Terrence Malick (The Tree of Life) sobre cómo emplear fantásticas fotografías de paisajes, dignas de cualquier documental de National Geographic, y saber unirlas a la narración, dándoles un propósito.
Es firme candidata para adjudicarse cualquiera de las premiaciones por los aspectos técnicos. Ang Lee y todo su equipo de realizadores le podrían dar una clase a Terrence Malick (The Tree of Life) sobre cómo emplear fantásticas fotografías de paisajes, dignas de cualquier documental de National Geographic, y saber unirlas a la narración, dándoles un propósito.
No obstante, es en el tronco del largometraje donde no me haya tan absorto.
Debe ser un problema mío al no tener la sensibilidad del público en general o
quizás no me dejo influenciar por las opiniones más respetadas en la materia. La
verdad es que en ningún momento sentí la emoción que tantos críticos o medios
describieron, ni que tuviera ese agregado que rompe con el promedio y convierte
a una buena película en una muy buena.
El hecho de que ya supiéramos que el protagonista iba a
sobrevivir o el de desconocer cómo fue que rehizo su vida, pueden que hayan
conspirado. También que se toquen temas como la fe y la voluntad, sin demasiada profundidad. Sin embargo, no creo que ninguna haya sido la causa principal. Cuando dejé de
admirar los efectos visuales, me di cuenta de que la trama se volvía algo
tediosa y carente de ritmo. Nunca llegué a sufrirla, pero era en esos momentos
donde esperaba un giro que rompiera con la medianía. Es al final cuando el
relato bastante lineal pretende una vuelta de tuerca y, en mi opinión, fue algo
inesperado, sí; pero también brusco y hasta forzado.
Estoy completamente seguro de que es en ese momento puntual
donde las aguas se dividen entre los que se emocionan y los que no. Decididamente, integro
el segundo grupo.
Por último, quisiera destacar las grandes actuaciones de
Suraj Sharma que, sin descollar, tiene el durísimo trabajo de mantener en pie
la obra él solo (consiguiéndolo) y de Adil Hussain que, con breves pero muy
valiosos aportes, encarna al padre de Pi en una tarea para seguir su carrera
pasada como venidera.
Mi conclusión es que recibí mucho más de lo que esperaba
ver, pero algo menos de lo que me dijeron. No la creo extraordinaria, pero sí considero
a Life Of Pi una gran aventura de la cual nos podemos sentir parte, gracias a
un manejo maestro de la realización y la complementación del 3D.
Ficha Técnica
Reparto: Suraj Sharma – Irrfan Khan – Adil Hussain.
Director: Ang Lee.
Año: 2012.
Duración: 125 minutos.
Calificación El Guionista: 7.
Películas por catálogo: ¡vayan al cine a verla en 3D!
Tráiler para Cine
No hay comentarios:
Publicar un comentario