jueves, 4 de abril de 2013

Compliance

Cuando uno ve que algún personaje de una película experimenta ciertas situaciones extraordinarias (siempre dentro del plano del realismo), en la mayoría de los casos, la primera reacción es más bien escéptica, tomando como poco posible que algo así pueda suceder. Pero claro, la ficción supera a la realidad y esta no es solo una frase hecha. Porque ni bien uno termina de desestimar ciertos acontecimientos por el hecho de que estén sucediendo en una pantalla, puede bien enterarse de que lo que acaba de ver está basado en hechos reales. En este punto, la sorpresa y un renovado respeto hacia los realizadores del film y hacia los verdaderos protagonistas de la historia constituyen las reacciones lógicas del espectador para, finalmente, recaer en la etapa de la empatía, esto es ponerse en el lugar de los afectados por los hechos y tratar de dilucidar lo que uno habría hecho en circunstancias semejantes. Más o menos así defino yo lo que la película que hoy recomendamos produce al terminar de verla.


La historia tiene lugar en uno de esos típicos pueblos suburbanos de Estados Unidos, en cuyo pequeño centro comercial se pueden encontrar diversas tiendas y negocios donde sus habitantes hacen las compras diarias sin verse obligados a enfrentar el engorro que supone trasladarse a la ciudad grande más próxima. En este contexto es donde trabaja la joven Becky (Dreama Walker), una adolescente que divide su tiempo entre la escuela secundaria, su ajetreada vida social como adolescente y su trabajo de medio tiempo en una tienda de comida rápida.

Y este último dato no es menor, por lo que me permito un cierto análisis al respecto. Becky trabaja en un local de hamburguesas (no el más conocido de ellos, pero parecido) que funciona bajo la modalidad de las franquicias. Así, cualquiera que quiera invertir en esta industria, compra los derechos de usar la marca de una cadena de alimentos conocida y puede montar una sucursal de la misma donde quiera, siempre teniendo en cuenta requisitos y condiciones establecidas por la empresa. Una vez establecido el comercio, el encargado del mismo debe tener en cuenta las periódicas visitas de los empleados de la multinacional en cuestión que harán diversos controles de calidad para asegurarse que esa sucursal cumpla con las normas de la empresa y no la desprestigie.

Soportando esta presión más unos cuantos problemas más de tipo personal, Sandra (Ann Dowd) se dispone a abrir su hamburguesería como todas las mañanas. Pero los problemas no se hacen esperar. En medio del ajetreado horario del almuerzo, Sandra recibe el llamado de un agente de policía que le comunica que una de sus empleadas, la mencionada Becky, ha sido denunciada por una cliente de su local por haberle robado su cartera y empieza a darle una serie de instrucciones, siempre por teléfono, para proceder en una situación como esa. Sandra, temerosa de cualquier cosa que amenace la calma de su local, obedecerá a rajatabla todo lo que este oficial le ordene, cometiendo así el error más garrafal de su vida.

Una trama de extremo suspenso psicológico que se va incrementando conforme avanza la historia para desembocar en un final verdaderamente impactante que dejará al espectador con esa maravillosa sensación que solo el cine puede provocar de creer que la película todavía no termina hasta que uno logre establecer todas sus conclusiones y reflexiones personales sobre una situación en particular que nos puede afectar a todos.

Ficha Técnica

Reparto: Dreama Walker - Ann Dowd - Pat Healey.
Director: Craig Zobel.
Año: 2012.
Duración: 90 minutos.
Calificación El Guionista: 7.
Películas por catálogo: incluida.

Tráiler para Cine


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