Motivado por la
gratísima impresión que había causado en mí Zombieland
(acertada recomendación de mi colega Daniel Castaño), cuando leí la sinopsis de
Warm Bodies, enseguida pensé en
aquella cinta protagonizada por Jesse Eisenberg y Woody Harrelson en la que los
zombies son el tema principal de un largometraje que busca hacer reír o
emocionar a su público con un mensaje medianamente provisto de contenido,
diferenciándose así de las clásicas películas de muertos vivientes cuyo único
mensaje es: no te acerques a los zombies ya que estos se dedican a comer gente.
En primer lugar,
hay que decir que esta película rompe el molde de las de su tipo ya que su
protagonista no es un justiciero que se dedica a matar zombies con armas de
alta tecnología ni un adolescente cobarde que solo trata de sobrevivir en un
mundo post apocalíptico donde los muertos en vida copan la Tierra. El protagonista de Warm Bodies es un zombie, lo que
constituye un gran acierto a priori.
Primero porque esto
es algo que no se ve a menudo y segundo porque, al ser estos seres criaturas
que no recuerdan nada de su etapa como “vivos”, nos ahorramos muchísimo tiempo
en explicaciones de contexto que se encargan de contar por qué el mundo está
lleno de zombies, cosa por demás tediosa. Warm
Bodies arranca con un pibe que es zombie, vive entre zombies y nos cuenta
cómo es ser un zombie. Punto. A otra cosa.
Sin embargo,
ineludible resulta el elemento humano así que la película pronto nos presentará
al pequeño grupo de personas que debe enfrentarse a diario con estos engendros
devoradores de gente. Nuevamente las presentaciones son rápidas y rápidamente
estos muchachos son atacados por una horda de zombies, nuestro protagonista
incluido, que se encargan de matar a unos cuantos y de secuestrar a una hermosa
joven que formaba parte de la resistencia humana.
Y acá viene el quid
de la cuestión. Parece que nuestro héroe fue el encargado de matar al novio de
esta joven para luego proceder a comerse su cerebro, proceso por el que los
zombies pueden acceder a los recuerdos y a las emociones de la víctima en
cuestión. Y como todos los recuerdos de este muchacho tienen que ver con su
novia, llamada Julie, el querido zombie tendrá acceso a ellos con lo que
experimentará algo similar a un enamoramiento, siempre hablando en clave
zombie, claro. Planteado esto, el film se encargará de relatar el subsiguiente
proceso de transformación que el protagonista sufre, dejando bien en claro que
el amor es capaz de transformar a las personas, incluso si estas cuentan con la
desventaja de estar muertas.
Divertida,
interesante y hasta emocionante resulta esta propuesta del director Jonathan Levine (50/50) que encuentra también
muy buenas actuaciones de la mano de John Malkovich (Con Air, Changeling)
haciendo del jefe de la resistencia humana que quiere liquidar a todos los
zombies de un plumazo, Teresa Palmer (December Boys) en su rol de novia de un zombie y Nicholas Hoult (X-Men: First Class y el recordado
protagonista de Un Gran Chico junto
al crack de Hugh Grant) trayendo a la vida al simpático zombie enamorado a
quien solo conoceremos con el nombre de R.
Ficha Técnica
Reparto: Nicholas Hoult - Teresa Palmer - John Malkovich.
Directora: Jonathan Levine.
Año: 2013.
Duración: 98 minutos.
Calificación El Guionista: 7.
Películas por catálogo: incluida.
Tráiler para Cine
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