No hace falta decir que el especialista en cine nacional, de
este humilde pero maravilloso espacio dedicado al séptimo arte llamado El Guionista, es Facundo Franco. Sin embargo, a veces me sucede que necesito algo
bien argentino con que distraerme o que, directamente, necesito cuotas
actorales de Darín. Además, creo que es una excelente oportunidad de hacer
conocer nuestro cine a ustedes, queridos seguidores, ya que tenemos la suerte
de haber superado las 40.000 visitas y de ser leídos por muchos cinéfilos de distintas partes del mundo (Estados
Unidos, España, México, Chile, entre otros países).
Empezando por su título, el carancho es un ave carroñera que
habita en América del Sur y a lo largo de toda Argentina; pero su nombre también
es utilizado para tildar a personas que son viles o se aprovechan de la
desgracia ajena. Aquí el “carancho” es Sosa (Ricardo Darín), un abogado especializado
en accidentes automovilísticos que, mientras espera por recuperar su matrícula,
trabaja para “La Fundación ”,
un turbio estudio jurídico que consigue sus clientes gracias a contactos con médicos,
policías y aseguradoras.
Nuestro (anti)héroe conocerá a Luján (Martina Gusmán), una médica recién
llegada a la ciudad que trabaja en las ambulancias nocturnas, entre otras
tareas. A partir de aquí, comenzará una historia de amor entre estos seres
marginales, teñida de ilegalidad y peligro, y que cada vez que haya un
malherido por choques, ella verá una persona a la que debe salvar y él verá un
potencial cliente.
No sé si Ricardo Darín es uno de los mejores actores del
mundo, pero sí es un profesional que, a mí por lo menos, nunca me decepcionó. Además
lleva el gen de la argentinidad tan arraigado que sea cual sea el papel que él
interpreta (vasta comprobar su filmografía -XXY, El hijo de la novia, El Aura, Un cuento chino- como para darnos cuenta de la gran
diversidad de sus trabajos) siempre resulta creíble. No creo que el de Sosa sea
uno de sus más maravillosos desempeños, pero sigue dando pruebas de su talento y
dedicación.
Hablando de su compañera, es la primera vez que veo actuar a
Martina Gusmán y debo decir que no me convenció para nada, en especial por su
falta de modulación que muchas veces me hicieron elevar demasiado el volumen de
la televisión (si hubo doblaje, fue pésimo). Además, no noté un total
compromiso a un papel que requería mucho más que hacer de sonámbula
anestesiada.
Pasando al detrás de cámara, para destacar la dirección de Pablo Trapero en cuanto a lo técnico, ya sea por su fotografía (filmada siempre de
noche) o por las escenas de colisiones y por su narración sobre una realidad urbana, como el enorme número de muertes por accidentes y de aquellos que son ventajistas de la desgracia. No es un trabajo impecable, pero cuenta
con chispazos como las secuencias de acción. Además, otro de los guionistas es
Santiago Mitre, realizador de El Estudiante, cinta que cambió las reglas de la Academia para brindarle más
oportunidades a las producciones de precario presupuesto.
A Carancho no le jugó a favor el hecho de haber sido
estrenada justo el año siguiente de El Secreto de sus Ojos y unos meses más
tarde a que la obra de Campanella obtuviese el Oscar a mejor película de habla
no inglesa. La expectativa fue grande, especialmente por la participación de
Ricardo Darín y por la temática que tocaba. Sin llegar a ese nivel de
excelencia, no deja de ser una interesante propuesta.
Hiperrealista, crudísima y coherente, el film comienza como
un drama social, desnudando mafias y perversiones del sistema, para luego navegar
algo en la deriva de lo romántico y sentimental, pero para reencausarse en su
epílogo, con suspenso e intriga, característico del cine negro, que vuelve a
atrapar al espectador.
Ficha Técnica
Reparto: Ricardo Darín – Martina Gusmán – José Luis Arias –
Carlos Weber.
Director: Pablo Trapero.
Año: 2010.
Duración: 105 minutos.
Calificación El Guionista: 7.
Películas por catálogo: incluida.
Tráiler para Cine
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