En lo personal, siendo Casablanca el mayor clásico entre los clásicos del cine, no podía ser que yo, un amante del séptimo arte, no hubiera visto tamaña película. Así, un día recurrí a la vasta oferta de películas que hay subidas a la internet y me hice con la versión en DVD de la obra de Michael Curtiz. Debo confesar que no duré ni veinte minutos y terminé apagando la TV, despreciando esta obra maestra con total injusticia. Pero la semana pasada, gracias a un gran amigo que ama los clásicos, me encontré en el Cinemark de enfrente de casa para ver, en la gran pantalla, Casablanca. Una de las mejores decisiones de mi vida.
Para los
desprevenidos, debemos aclarar que Casablanca es una ciudad de África que
oficia como la capital de Marruecos y será en este exótico punto del globo
donde se desarrolle una de las más épicas historias de amor que se hayan
registrado en un rollo fílmico. Rick (Humphrey Bogart) es un estadounidense
radicado en la capital marroquí en tiempos de la segunda guerra mundial. La
situación político-bélica que vive la época no le permite a Rick regresar a
casa, por lo que actualmente es dueño del bar más popular de la ciudad.
Estrellas de cine, deportistas famosos, políticos locales y extranjeros son
solo una pequeña parte de la selecta clientela que todas las noches se reúne en
el bar de Rick, pero será la visita de una mujer la que revolucione la vida de
este cínico y melancólico empresario de la noche.
Acompañando a
su esposo, un prófugo de la ley que es buscado mundialmente por el nazismo
debido a sus ideas comunistas, llegará a Casablanca la atractiva Ilsa Lund
(Ingrid Bergman) quien no tiene mejor idea que asistir, como ya es obligación
para la alta sociedad, al bar de Rick Blaine. “De todos los bares en el mundo,
tenías que entrar al mío”, es el famoso parlamento con el que Rick recibe a
Ilsa para retomar así una historia de amor que estos dos personajes habían
iniciado unos años antes en París y que se había interrumpido violentamente y
sin explicación alguna luego de que Ilsa dejara plantado a Rick en la estación
de metro de la Ciudad Luz.
No voy a
extenderme sobre las bondades de esta película porque muchos, y mucho mejor que
yo, ya lo han hecho a lo largo de la historia, así que solamente voy a decir
que si bien ver Casablanca resulta
una obligación para todos, verla en la gran pantalla es una experiencia tan
mágica que logra hacernos creer que, al abandonar la sala de cine, nos vamos a
encontrar en una típica calle de la década del cuarenta, esperando ver en la
próxima esquina a Rick Blaine caminando bajo la lluvia con su impermeable gris.
Ficha Técnica
Reparto: Humphrey Bogart - Ingrid Bergman - Paul Henreid.
Director: Michael Curtiz.
Año: 1942.
Duración: 102 minutos.
Calificación El Guionista: 8.
Películas por catálogo: incluida.
Tráiler para Cine
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