martes, 23 de octubre de 2012

Papurika


El género animación es, sencillamente, magnífico. En él se puede retratar todo lo que a uno se le ocurra y tiene la gran ductilidad de abarcar todas las edades. Usualmente, el gran público, si de “dibujitos” se trata, es más asiduo a consumir obras de Disney o Pixar, como Valiente o Enredados (para citar las más recientes). Pero en la categoría de animación japonesa, se esconde un mundo lleno de matices. Ya que todos desde pequeños nos hemos criado con varios de sus principales exponentes, al crecer, podemos etiquetar de inmaduros o infantiles a aquellos que los siguen viendo. Sin embargo, existe todo un cine, sumamente galardonado y reconocido, cuyas propuestas y planteos son mucho más adultos de lo que podemos pensar, previamente: tal es el caso de Papurika (Paprika, detective de los sueños).


En un futuro próximo, la psiquiatría ha dado un paso enorme para poder detectar y resolver los traumas psicológicos, gracias a un método revolucionario: los mini DC (o PT). Estos dispositivos, creados por la doctora Atsuko Chiba y su inventor, el doctor Kōsaku Tokita, permiten al terapeuta ingresar en los sueños lúcidos de sus pacientes. Pese a ya haber sido probados con personas fuera del centro de investigación, este objeto y su utilización no han sido aprobados ni reglamentados.

Todo empeora cuando tres prototipos experimentales de los mini DC son robados del laboratorio. Al no tener sus restricciones de seguridad, aquel que los posea puede reproducir en la realidad todo lo que se han imaginado, mientras dormían, aquellos que se han expuesto a estos aparatos, como si estuviesen soñando despiertos. La única que puede poner fin a este desastre es la doctora Chiba, mediante una investigación onírica, y utilizando a su alter-ego: Paprika.

Dirigida por Satoshi Kon, baluarte del animé, esta pieza exhibe conceptos que me resultan más que interesantes como “el sueño lúcido” (cuando el soñador es consciente de que está soñando), “el sueño tecnológico” (la posibilidad de compartir las imágenes mentales con otra persona, en el preciso instante en el que se producen -tópico tomado años después por El Origen-), o el de comparar nuestras proyecciones subconscientes con el mundo en red, sintetizado en la frase “¿No crees que los sueños e internet son similares? Ambos son espacios donde la conciencia reprimida se libera”.

La dualidad estará presente en todo momento: bueno y malo, realidad y sueños, luz y oscuridad, vida y muerte, hombre y mujer; como también lo hará la incesante disociación entre todas ellas, confundiendo al mismo espectador que no sabe si lo que sus ojos atestiguan está pasando de verdad o es sólo producto de la imaginación.

La máxima aspiración es llevar adelante una vida sin límites, sin autoridades y sin restricciones legales o morales; un estado de libertinaje extremo, que sólo es posible en el mundo de los sueños de cada uno. La contradicción se produce cuando el ambicioso deseo de libertad total tiene la necesidad de ser llevado a cabo, dependiendo de las máquinas.

Para disfrutar de esta obra hay que estar bien predispuesto y conocer previamente de qué se trata el cyberpunk, caracterizado por un futuro distópico donde los avances en el reino de los máquinas se dan de manera inversamente proporcional a lo que lo hace la sociedad, permitiendo la alienación total del ser humano. En cuanto a animación, el máximo exponente es Akira. Sin embargo, es muy probable que muchos de ustedes ya se hayan interiorizado con este subgénero, sin saberlo. De las obras que aquí mencionamos, lo abarcan clásicos como Blade Runner, V de Venganza, u otras cintas no tan sobresalientes como Repo Men o eXistenZ.

¿Por qué me fascina este tema? Tomando un ejemplo muy puntual, como el avance de las redes sociales, me asusta ver cuanta gente tiene la necesidad de publicar su vida como si fuese un diario no-íntimo. No quiero ser exagerado ni ubicarme dentro de los apocalípticos, pero a veces me pregunto si, como sociedad, nos dirigimos a ese lugar (tan expuesto por esta clase de filmes) donde lo humano pasa a ser prescindible y totalmente degradado al nivel de ser reemplazando por el uso de la tecnología, como fuente principal de todo tipo de goce.

Ficha Técnica

Director: Satoshi Kon.
Año: 2006.
Duración: 90 minutos.
Calificación El Guionista: 8.
Películas por catálogo: incluida (también en YouTube, con español de España).

Tráiler para Cine

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