
La película empieza con una picaresca
escena con un contestador automático como protagonista. Resulta que Ivana
Cornejo (Julieta Díaz) tuvo un día terrible. Problemas en el trabajo, problemas
fuera del trabajo y una acalorada discusión con su ex marido por celular en
plena vía pública terminaron con esta simpática mujer arrojando su teléfono móvil
por los aires como consecuencia de la irritación e instintos asesinos que su
antiguo marido despierta en ella. Así, una vez que llega a su casa después de
esta tremenda jornada, se encuentra con que en su contestador hay un mensaje de
un desconocido que, según lo que dice, ha encontrado el celular de Ivana tirado
por la calle. Parece que este hombre, seductor y carismático ya desde su forma
de hablar, buscó en la lista de contactos del celular encontrado el número que
figuraba con el nombre “casa” y, asumiendo que el dueño o dueña del aparato vivía
en el domicilio al que correspondía ese número, llamó con intenciones de devolver
el telefonito en cuestión.
Este fortuito guiño del destino,
con el subsiguiente encuentro entre las partes involucradas, es el disparador
de la historia que se desarrolla durante toda la película. Historia que tiene
que ver con el hombre que encontró el celular.
Encantada con el simpático y
gracioso personaje que tiene la amabilidad de devolverle su celular extraviado,
Ivana acude al encuentro ataviada con su mejor vestido y su mejor sonrisa, solo
para encontrarse con que León, el hombre que encontró su teléfono, es un tanto
peculiar. O muy peculiar. Resulta que León (Guillermo Francella) mide 136 centímetros de
altura, unos cuarenta centímetros menos que el promedio de la gente.
En este punto debo decirles que
cualquier detalle adicional que agregue respecto a la trama es bastante prescindible
dado que resulta previsible el hecho de que Ivana, a pesar del prejuicio social
que ronda alrededor de particularidades como la de León, se vaya enamorando de
a poco de este adorable hombrecito, con todas las incomodidades y situaciones
jocosas que vienen de la mano de relaciones como esta.
Por esto, solo me queda decir que
los primeros tres cuartos de película son tremendamente divertidos, con
hilarantes situaciones protagonizadas por el maestro de la comedia argentina
como es Francella y con enormes aportes de los actores secundarios de la
historia como es el caso de Jorgelina Aruzzi, Mauricio Dayub y Nicolás Francella, hijo del propio Guillermo que acá hace su debut en el cine de interés
masivo con un muy buen nivel actoral.
Ahora bien, el último elemento
que debo destacar, que no es menor en lo absoluto, es la lenta pero progresiva transformación
que la trama va experimentando para pasar de una historia predominantemente cómica
a un drama bastante profundo y sentimental conforme se va profundizando la
relación entre Ivana y León. Lo que el espectador experimenta en este punto es
un dinámico ejercicio empático ya que pasa de identificarse mucho con León y la
discriminación y los prejuicios que lo acompañaron durante toda su vida, para pasar
a ponerse también en los zapatos de Ivana y darse cuenta de que decir “no me
importa lo que digan los demás, yo amo a este hombre y quiero ser feliz con él”
es tremendamente más fácil que verdaderamente poner este mantra en práctica y
lidiar con todo lo que esto trae aparejado.
Una película tremendamente
graciosa y entretenida, que se torna profunda y emotiva no sin justificativos y
que cuenta con un final que, si bien le hace justicia al resto de la trama, casi
que resulta prescindible ya que el planteamiento del conflicto invita a la
reflexión de una forma tan natural que el desenlace, en última instancia, lo
pondrá cada uno luego de ver esta recomendable obra del cine nacional.
Ficha Técnica
Reparto: Guillermo Francella - Julieta Díaz - Jorgelina Aruzzi - Mauricio Dayub - Nicolás Francella- Claudia Fontán.
Director: Marcos Carnevale.
Año: 2013.
Duración: 109 minutos.
Calificación El Guionista: 8.
Películas por catálogo: incluida.
Tráiler para Cine
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