La intención de El Guionista siempre será las de acercarlos al cine y dejen de lado ciertos prejuicios o estereotipos. También la de interiorizarlos con los géneros menos populares u obras de procedencia lejana y casi ignotas para el gran público. En este caso, su lugar de origen es la principal usina del séptimo arte; pero sus costos, como su reconocimiento, han sido escasos. Producción sumamente sencilla, sí; pero con un contenido rico en cuanto a sus diversos componentes, que dan para un largo debate, y el resultado final. Con ustedes, Dark City (tan poco divulgada que no tiene ninguna traducción oficial al castellano).
Sumergido en un baño de inmersión, John Murdoch (Rufus Sewell) despierta completamente alterado, sin saber dónde está. Para peor, él no sabe quién es. Una llamada misteriosa: su doctor. Este le comenta que su memoria ha sido borrada y que debe huir de prisa, porque lo irán a buscar. Cuatros extraños seres vestidos de negro se dirigen a la habitación. Allí afuera, en una oscura y tétrica ciudad, John es el máximo sospechoso de haber asesinado a seis prostitutas.
El subgénero cyberpunk (Akira, Blade Runner, Ghost In The Shell) me fascina. En varios portales (incluso IMDb) han categorizado a esta cinta como tal. Calculo que el argumento viene por el lado de la invasión de la maquinaria tecnológica en la vida humana. Igualmente me falta el factor social, el de la revolución. Otros también hablan de que es un exponente del nuevo cine negro. Sin embargo, si Se7en y Los Sospechosos de Siempre integran ese grupo, no estamos acertando del todo.
Creo que la mejor categorización para Dark City es neo-noir futurista; o sea, un paso más allá en la escala evolutiva del film-noir y del neo-noir. Cumple con la mayoría de requisitos del cine negro y agrega algunos propios relacionados a la ciencia ficción y, por supuesto, del cyberpunk.
Cuenta con un elenco de figuras bastante reconocidas. El protagonista es Rufus Sewell, más relacionado a filmes de épocas como Corazón de Caballero o El Ilusionista. Aquí el inglés deja su acento de lado para meterle mucho corazón a su interpretación. En este tipo de obras, filmadas de esta manera, es imposible que los actores no parezcan más bien amateurs. Su trabajo no es consagratorio, pero le mete mucho espíritu como para no ser menos que correcto.
Desde mis sensaciones personales, creo que puedo establecer un paralelismo entre la belleza y la carrera de Jennifer Connelly. En los trabajos que protagonizó, principalmente, en los ’90 y principios del nuevo siglo, creo que estaba bárbara. Muy sensual y provocativa, en Dark City cumple con lo necesario para ser la femme fatale, rodeada de tanta testosterona. Lamentablemente, ahora vemos su versión mucho más convencional e insulsa. Ya no me provoca nada y sus roles, mucho menos. Claramente, una actriz aburguesada.
En sus primeras apariciones, sentís el fuerte impulso de trompear a Kiefer Sutherland (A Few Good Men, Phoone Booth). Luego su papel te empieza a agradar un poco más. Frágil, perturbado, el doctor Schreber vaga en el maniqueísmo, entre querer ayudar a nuestro perdido héroe o seguir avanzando en sus investigaciones con los alienígenas. Por su parte, William Hurt (Mr. Brooks, Into The Wild), como siempre, sólido y sobrio. Sin fisuras para un papel que no tiene mucho vuelo propio pero goza de participaciones bastante esclarecedoras.
La representación de “los extraños” es lo mejor de la cinta. Excepcionalmente lograda, estos seres sombríos, que se expresan como si fuera un eco unísono, comparten una inteligencia colectiva. En su afán de supervivencia, buscan en la raza humana lo que nos hace distintos, únicos. Es por eso que disponen de los nuestros como si fuésemos ratas dentro de su laberinto, experimentando a prueba y error. Su preocupación por no extinguirse va en aumento cuando comienzan a creer que John puede “sintonizar”. La importancia de nuestros recuerdos y experiencias para la formación de nuestro propio ser; también es otro de los planteos principales del film.
Mi primera reacción fue, más que indagar de dónde surgieron estos seres, preguntarme cosas referidas a la comunidad. ¿Qué pasó con la sociedad? ¿Acaso la decadencia los narcotizó y se dejaron consumir? ¿Cómo puede ser que se hayan olvidado del día, de un lugar, de memorias importantes; sin darse cuenta?
Es evidente el esfuerzo que denoto a Alex Proyas (director de la fantástica, polémica y trágica El Cuervo) poder encarar y finalizar este proyecto. La falta de recursos se puede ver claramente en las escenas de acción. Es notoria su principal fuente de inspiración: la expresionista e híper adelanta Metrópolis de Fritz Lang. Apenas recuperó 200.316 dólares de lo invertido y ha recibido muchísimo menos de lo que mereció.
También su escasa difusión fue aún menor al estrenarse Matrix, un año después, película cuyo presupuesto fue 11 veces mayor y que tenía la ventaja (indiscutible) de que, cuando el argumento se volvía algo complejo de entender y de desanudar, rápidamente aparecían esas escenas de acción vanguardistas que a todos nos dejaron boquiabiertos, creyendo que estábamos siendo testigos del futuro mismo. Hablando de Matrix, no tengo dudas que también se ha inspirado demasiado en Dark City (especialmente, en su estética de penumbras y claustrofóbica).
Dark City debe ser de las obras de culto más desconocidas hasta por los cinéfilos más empedernidos. Quizás resuene más en las reuniones o ámbitos dedicados a la ciencia ficción. No puedo comprender como SyFy (el peor canal de la grilla, superando a Space) no suele transmitir películas como esta o como Gattaca. No dejen de ver Dark City.
Ficha Técnica
Reparto: Rufus Sewell – Jennifer Connelly – Kiefer Sutherland – William Hurt.
Director: Alex Proyas.
Año: 1998.
Duración: 111 minutos.
Calificación El Guionista: 8.
Películas por catálogo: incluida.
Tráiler para Cine
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