lunes, 5 de agosto de 2013

Vino para Robar

Hace unos días comentaba, en el contexto de un divertido programa de radio en el que tengo la suerte de participar, que las películas argentinas que no cuentan con demasiado marketing o apoyo económico o que no tienen a Campanella o Darín entre sus filas (personajes que venden entradas solo por portación de apellido) se alimentan básicamente de la cantidad de entradas que venden durante su primera semana en la taquilla. A partir de ese número se decide, en la mayoría de los casos, su continuidad en las salas, cosa que es crucial para la vida de una película en lo que respecta su recaudación total ya que menos semanas en cartel significa, indefectiblemente, menos entradas vendidas. Por esta razón, decidí posponer para el próximo jueves mi comentario sobre una cinta que he visto hace poco y que ardo en deseos de recomendar, cuyo título voy a mantener en reserva para generar ese suspenso inútil que muchas veces es necesario producir en espacios que no cuentan con una cantidad desmedida de lectores. Así, incitándolos a ir al cine antes de que se renueven los estrenos este día jueves, los invito a ir a ver Vino para Robar, otra linda propuesta de cine nacional.


Daniel Hendler (Mi Primera Boda, El Fondo del Mar) protagoniza este film de la mano de Sebastián, un parco pero carismático personaje que se dedica a lo que poéticamente se define como robo de guante blanco, profesión que consiste en sustraer objetos de gran valor valiéndose de recursos como la astucia, el talento y la inteligencia en vez de recurrir a otras prácticas en las que incurren los ladrones tradicionales y que se definen, para nada poéticamente, como ponerle un caño en la cabeza a alguno.

Así, Seba se ve involucrado en el robo de una valiosa y antigua máscara azteca hecha íntegramente de oro que se exhibe en un museo de Buenos Aires fuertemente protegido. Si bien el trabajo sale bien en primera instancia, nuestro héroe se verá involucrado con una simpática joven (la encargada de la seguridad del museo) que, en el contexto de la charla que ambos personajes mantienen antes del robo (y que le sirve a Sebastián para “tomar prestada” la tarjeta de seguridad que esta señorita usa en su trabajo sin que ella se entere), queda cautivada por el carisma de este misterioso hombre.

Lo que me queda por aclarar es que esta simpática joven es nada menos que Valeria Bertuccelli (Luna de Avellaneda, Un Novio para mi Mujer, XXY) en su papel de Natalia, gran personaje que acompañará a Sebastián como protagonista de lo que resta del film cuando ambos se vean involucrados con una especie de mafioso/gangster argentino (Juan Leyrado) que les encarga a ambos el robo de una valiosísima botella de vino que se encuentra ultra protegida en la bóveda de seguridad del Banco Hipotecario sede Mendoza. Esto explica, sutilmente, el título de la película, Vino para Robar, donde la palabra “vino” hace referencia a la bebida alcohólica hecha a base de uvas y no a la conjugación en pretérito perfecto simple del verbo venir.

Salvando las distancias, esta película me dejó la sensación de ser una combinación muy convincente entre Los Simuladores y algunas cosas de La Gran Estafa, que combina la intriga y el misterio con el humor típicamente argentino en dosis agradablemente equilibradas. Muy buenas actuaciones protagónicas y excelentes aportes de reparto gracias al talento del mencionado Juan Leyrado (Iluminados por el Fuego), el versátil Pablo Rago (El Secreto de sus Ojos, Metegol) y el enorme joven talento de Martín Piroyansky (Cara de Queso, La Vieja de Atrás, No me ama) hacen de Vino para Robar una excelente propuesta para no dejar pasar.

Ficha Técnica

Reparto: Daniel Hendler - Valeria Bertuccelli - Martín Piroyansky - Juan Leyrado - Pablo Rago.
Director: Ariel Winograd.
Año: 2013.
Duración: 103 minutos.
Calificación El Guionista: 7.
Películas por catálogo: incluida.

Tráiler para Cine

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