martes, 13 de agosto de 2013

Luminaris

Dado a que todavía están frescos los resultados de las recientes elecciones legislativas que se llevaron a cabo en nuestro país (Argentina), preparé para hoy el posteo más político de la historia de El Guionista. Pero lejos estoy de ubicarme en el rol de analista, sino más bien de crítico en cuanto a las recientes leyes y medidas que han involucrado al cine nacional y a toda la industria artística. Para ello, tomaré como escudo a un bello cortometraje llamado Luminaris.

En un mundo regido y controlado por la luz, donde los habitantes son arrastrados por el sol a mantener monótonas rutinas diarias, un hombre tiene otros planes para su vida.

Criticar un corto no es tan simple como uno puede pensar. Creo que lo que uno se debe preguntar primero es “¿me gustó o no?”. A mí, Luminaris, me gustó muchísimo. ¿Cómo llegué a conocer este maravilloso trabajo? De la forma más insólita: viendo discursos de nuestra presidenta (confesa cinéfila), encontré un fragmento donde recomienda ver abiertamente esta obra (aunque nunca supo cómo pronunciarlo correctamente).

Esto me lleva a “politizar” mi crítica de hoy. ¿Cómo puede ser que siendo argentino y amante del cine, llegue a conocer tan brillante cortometraje de esa manera? Mucho se ha criticado a las productoras “amigas” del oficialismo y los subsidios (elevados, para varios periodistas) del INCAA. Personalmente, creo que hay que apoyar y fomentar la cultura nacional, siempre. Después, no tengo idea cuánto es mucho y cuánto es poco. Pero quiero ir al hueso, a lo más pequeño, y que lo macro lo analicen otros. ¿Cuesta mucho poner cortos como este, en las salas de los cines, entre los avances y la película por la que se ha pagado para ver?

Si tanto se invierte en la industria, ¿cómo es posible que no se haga un mayor esfuerzo para que se conozca, al menos, por sus mismos ciudadanos? ¡Contando los títulos finales, Luminaris dura 6 minutos! ¿Quién podría quejarse y no disfrutar de esta bella historia? ¿Cuántos cortos nacionales excepcionales más habrá por allí, penando en el ostracismo, con ansias de ser descubiertos y elogiados como merecen, por espectadores compatriotas?

Otras leyes recientemente afirmadas fueron la de todas las películas dobladas por actores argentinos, hecho que me alegra por darle más trabajo a la gente, pero que rechazo porque, como buen cinéfilo, yo añoro ver cualquier película en su idioma original (sea inglés, danés o surcoreano). Esto quizás ya sea más ambicioso, pero ¿por qué no movilizar un poco más la industria nacional y hacer televisores que vengan con la opción de SAP para todos los canales y que además uno pueda optar si quiere leer los subtítulos o hacer opcional el recuadro con lenguaje sordomudo para quien lo necesite? Muchas veces me pregunto si es tan difícil profundizar, en vez de hacer las cosas a medias.

Volviendo a Luminaris, la técnica utilizada es la pixilación: consiste en la animación stop motion, donde los personajes se van moviendo entre fotograma y fotograma, dando la sensación de que avanzan pero, justamente, sin dar un paso (quienes no estén familiarizados con esta técnica, es la misma que utilizó The White Stripes en esta canción –y que luego parodiaron los Simpson-). Para explotar al máximo esta veta es necesario el compromiso total de sus actores y, fundamentalmente, su expresividad. Gustavo Cornillón cumple con todo lo requerido y su compañera, María Alche, embelesa a todos los espectadores con su mirada.

El director es el extraordinario Juan Pablo Zaramella, no tan afamado como debería, más conocido por sus animaciones de plastilina (las cuales, aliento a que miren, en su página web). Aquí monta una historia, bien romántica, de liberación contra un sistema represivo bastante peculiar. Elegancia, comedia, art-decó y algo de surrealismo para llevar adelante el viaje que todos siempre quisimos hacer y que, muchas veces, nos faltó el coraje para poder realizarlo. ¿Quién dijo que en 6 minutos no se puede apreciar de las metáforas e ironías de la vida? A Zaramella está claro que nadie se lo dijo.

Precandidata para los premios Oscar 2012, quedó entre las 10 mejores, pero no llegó a pasar a la última etapa. No es tan grave cuando uno comprueba que, a nivel mundial, ganó más de 200 premios, entre ellos, el del Público y el Fipresci de la Crítica Internacional en el Festival de Animación Annecy.

Bajo la hermosa dirección fotográfica de Sergio Piñeyro y al compás del formidable tango, Lluvia de Estrellas, compuesto por Osmar Maderna (artista que conocí gracias a este estupendo corto), no tienen más que ver el video de aquí abajo y hacerse los mismos interrogantes que yo hice en los primeros párrafos.

Ficha Técnica

Reparto: Gustavo Cornillón – María Alche – Luis Rial.
Director: Juan Pablo Zaramella.
Año: 2011.
Duración: 6 minutos.
Calificación El Guionista: 9.
Películas por catálogo: ver abajo.

Cortometraje


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