Primero y principal, en caso
de que haya algún ignaro en la sala, aclaro que la película que hoy nos convoca
viene a darle cierre (o no, nunca podemos estar seguros cuando de secuelas se
trata) a la trilogía de films que comenzó hace ya dieciocho años con el
largometraje titulado Antes del Amanecer
y que vio su segunda parte nueve años más tarde con la llegada de Antes del Atardecer. Ahora bien, como no
quiero aburrir a nadie con recapitulaciones innecesarias, invito a todo aquel
que quiera saber más sobre estas dos primeras entregas a que lea mis
impresiones sobre las mismas en ESTA doble crítica que hice hace unos
meses.
En este punto, entonces, todos
(tanto si vieron las partes predecesoras a Antes
de la Medianoche como si leyeron lo que yo escribí sobre ellas) sabemos que
en esta trilogía toda la acción gira en torno a Céline (Julie Delpy) y Jesse
(Ethan Hawke) y a los deliciosos diálogos entablados entre ambos. Aclarado todo
esto, lo único que me queda antes de darles esos detalles sobre la trama que
solo El Guionista sabe dar y que no se pueden encontrar en las secas y
aburridas sinopsis escritas telegráficamente que pululan por todos lados es
aclarar que me resulta ineludible mencionar las circunstancias en las que
Céline y Jesse vuelven a encontrarse (cosa que sucede antes de los diez minutos
de película). Ergo, si no quieren enterarse de esto (aunque aclaro que este no
es un spoiler de proporciones apocalípticas ni mucho menos), hagan el favor de
retomar la lectura de estas líneas una vez vista la película.
A diferencia de las dos
primeras partes, en las que la pareja protagonista se reúne de manera fortuita
–una vez en Viena, la otra en París– en esta tercera entrega arrancamos con un
encuentro preestablecido que se produce en territorio griego. Resulta que el
final abierto (o, por lo menos, inconcluso) de Antes del Atardecer se resuelve rápidamente aquí cuando nos
enteramos de que Céline y Jesse no solo llevan casados una buena cantidad de
años sino que además son padres de dos adorables gemelas, situación familiar a
la que se suma algo que en la segunda entrega se menciona de pasada pero que
ahora constituye un elemento de gran peso en la trama: el hijo adolescente que
Jesse tuvo en su matrimonio previo y que ahora vive con su madre en Estados
Unidos. De esta manera, la acción encuentra su inicio cuando Jesse está
despidiéndose de su hijo en el aeropuerto de Atenas luego de que este pasara
sus vacaciones con su padre, Céline y sus dos medias hermanas.
Planteado todo el contexto,
solo me queda agregar que el resto de la historia girará alrededor de este
conflicto (Jesse que se quiere ir a vivir cerca de su hijo y Céline que ni
siquiera quiere oír hablar de ello) y las culpas que esto genera en cada
personaje, a lo que se suman esos maravillosos e interminables diálogos en clave
filosófica sobre la vida, la felicidad, el amor y demás elementos
trascendentales.
Obviamente, el guion es
magistral, los protagonistas lo llevan adelante con su enorme capacidad –a lo
que ya le suman el valor de la experiencia previa–, los actores secundarios
toman una relevancia algo más marcada en esta parte (cosa que, lejos de restar,
aporta y mucho) y en el final tanto Céline como Jesse vuelven a tomar la batuta
para adueñarse de un epílogo que, depende cómo se vea, puede dejar la puerta
abierta para una cuarta parte que, de no mediar ningún tipo de ansiedad,
tendremos dentro de otros nueve años. Cuarta parte que, si me pregunta a mí,
ojalá pase del deseo y la incertidumbre para ser una realidad.
Ficha Técnica
Reparto: Julie Delpy - Ethan Hawke.
Reparto: Julie Delpy - Ethan Hawke.
Director: Richard Linklater.
Duración: 109 minutos.
Año: 2013.
Calificación El Guionista: 9.
Películas por catálogo: incluida.
Tráiler para Cine
Películas por catálogo: incluida.
Tráiler para Cine
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