Antes que nada quisiera aclarar que, si ustedes dirigen su mirada a la derecha de la página (y de paso observan la nueva sección: Top 5 de la semana), podrán encontrarse con que éste es el centésimo archivo de El Guionista. Aunque eso no significa que sea la crítica número 100. La crítica número 100 sucederá este viernes a cargo de mi amigo Facu Franco y como estamos en vísperas de ella, hoy recomendaré una excelente película que marcó mi vida cinéfila.
Se7en (Seven o Pecados Capitales) narra la historia de dos detectives con personalidades y situaciones totalmente distintas. William Somerset (Morgan Freeman) es un policía al que le restan siete días para jubilarse. Él es sereno, reflexivo, culto. En cambio, David Mills (Brad Pitt) es un detective recién llegado a la tenebrosa ciudad: un joven impulsivo, engreído e impaciente. Ellos se conocerán en la escena del crimen donde una persona obesa fue hallada sin vida. La relación entre estos personajes no comienza con el pie derecho y esas pocas horas de convivencia serán suficientes para tensar el ambiente; sin saber lo que realmente les espera.
El terrible y desagradable asesinato del hombre con sobrepeso no parece indicar ningún móvil que justifique la causa de tanta crueldad. Igualmente, esto será suficiente para que Somerset se convenza a sí mismo de querer abandonar dado a que está a días del retiro y tiene la sensación de que esto no tendrá un final a corto plazo. Además él le expresará a su capitán que tampoco cree conveniente que ese sea el primer caso del novato Mills.
Al joven detective le importará muy poco la opinión del veterano y exigirá que el caso se le sea designado. Algunas cuantas horas después se consumará otro asesinato; esta vez un abogado. En su despacho (precisamente en el suelo) se podrá ver algo escrito con sangre: “avaricia”. Al volver a la escena del primer crimen, con una inspección más minuciosa Somerset (quien finalmente decide ayudar a Mills) descubrirá otra palabra escrita con grasa: “gula”. Estaban frente a un asesino en serie y aún faltaban cinco víctimas más correspondientes a los restantes pecados capitales: pereza, lujuria, soberbia, envidia e ira.
En altísimo nivel, Pitt y Freeman interpretan a nuestros héroes, Mills y Somerset respectivamente, formando una dupla que difícilmente se pueda olvidar. Ambos son grandes profesionales apasionados por la lucha contra el mal y el conocimiento de la verdad, pero abordan este siniestro caso de modos diversos: mientras que el primero repasa una y otra vez las pruebas y escenas del crimen; el segundo recurre a la biblioteca para encontrar alguna conexión entre los textos y el asesino. Mientras el segundo estudia los efectos causa-consecuencia; el primero prefiere patear puertas e ir hacia al frente a los tumbos. La relación entre ellos, que no había comenzado de la mejor manera, comienza a estabilizarse mediante el respeto y la confianza.
También participará la bellísima Gwyneth Paltrow, interpretando a Tracy, la esposa de Mills (quienes viven en un departamento bastante particular). Este será uno de los primeros importantes papeles de esta gran actriz. Además, como mencioné en The Usual Suspects, aquí conocí a Kevin Spacey. A este genio de la dramatización le es suficiente el lapso de veinte minutos para demostrar toda su calidad. Acercándose al epílogo de esta pieza de arte protagonizará junto a Brad Pitt uno de los mejores duelos actorales que recuerdo haber visto. Este enfrentamiento nos llenará de emociones, todas negativas: bronca, impotencia, desesperación, odio.
David Fincher alcanza la perfección con este film de culto y, según mi parecer, la convierte en su obra cumbre sin ser superada ni por Fight Club, The Social Network o The Curious Case of Benjamín Button (muchísimo menos por el bodrio de Zodiac). Irónicamente (pero como nos tiene acostumbrados), a la Academia nuevamente se le escapó la tortuga y sólo la nominó a mejor edición. No dudo ni por un segundo que este film es netamente superior a los cinco que compitieron por el Oscar a mejor película de 1995 (sí, incluso mejor que Braveheart).
Siempre les menciono cuál es mi predilección con los títulos que critico. La realidad es que Se7en integra mi top 5 de películas favoritas de todos los tiempos. Al verla en mi preadolescencia realmente entendí cuál era el género de cine que me apasionaba y me generaba placer al verlo: el film-noir. Además, su plus de thriller psicológico me resulta irresistible. Aquellos que se quejan de que los clásicos son muy añejos, aquí tienen la oportunidad de redimir su irrespetuosidad en contra del cine y disfrutar esta excelentísima obra de arte, otra de las maravillosas piezas de la década de los 90’s.
Ficha Técnica
Reparto: Morgan Freeman – Brad Pitt - Gwyneth Paltrow – Kevin Spacey.
Director: David Fincher.
Año: 1995.
Duración: 120 minutos.
Calificación El Guionista: 10.
Películas por catálogo: incluida.
Tráiler para Cine
Llevo varios días leyendo tu portal,,,Te felicito... Yo no sirvo para criticar el cine, en realidad siempre busco algo bueno en todas las peliculas que veo, por muy mala que sea..ja ja ja... Pero, casualmente en mi Top 10 de todos los tiempos estan incluidas 4 obras analizadas en tu blog..
ResponderEliminar-Sueños en fuga(Cadena perpetua)
-El padrino
-La chica del millon de dolares(Golpes del destino)
-Seven.
Lo seguiré leyendo... Saludos de Venezuela...(Juan)
Muchas gracias amigo Juan, todavía no hemos posteado la crítica de El Padrino, pero creeme que me voy a encargar personalmente de ello muy pronto.
ResponderEliminar¡Espero por más comentarios tuyos cuando volvamos con nuestro ritmo habitual!