Fight Club (El club de la pelea) tiene como actor principal a Edward Norton, quien será nuestro narrador y se referirá a sí mismo como Jack. Él es un empleado de una empresa automovilísitca, que atraviesa una gran crisis existencial, además de sufrir de insomnio. Para solucionar este problema, acude a su médico que se niega a recetarle medicación y le recomienda que asista a un grupo de víctimas de cáncer testicular para ver lo que “realmente es dolor”. En este grupo consigue soltarse emocionalmente y finalmente logra conciliar el sueño, lo que lo convertirá en un adicto a este tipo de grupos, haciéndose pasar por víctima: “cuando la gente cree que te estás muriendo es cuando en verdad te escuchan, en lugar de estar esperando su turno para hablar”. Todo era felicidad hasta que Marla Singer (Helena Bonham Carter), “la gran turista”, comienza a asistir a esos grupos, reflejando en su mentira la mentira de nuestro narrador.
Ambos deciden repartirse distintos grupos para no coincidir en ninguno y evitar esa tensa relación que se había creado entre ellos. En un vuelo de regreso a casa, nuestro héroe conoce a Tyler Durden (Brad Pitt), un vendedor de jabón con quien entabla rápidamente una buena relación y considera el tipo más interesante que conoció en un avión. Lamentablemente para nuestro narrador, cuando regresa a su casa encontrará que todo su departamento ha explotado en mil pedazos por una fuga de gas. Con el humo y las cenizas se evaporan todos los muebles, electrodomésticos y pertenencias que eran como su vida. Ante esta desesperación, decide llamar a Tyler y pedirle asilo. Se reúnen en un bar y, luego de una conversación sobre consumismo, Tyler le pide que lo golpee. Esto trae como consecuencia una pelea entre estos dos hombres (la primera de muchas). Pronto, las peleas atraerán a muchos curiosos y dejarán de ser callejeras para mudarse al sótano del bar, donde finalmente se dará origen a “el club de la pelea”.
El club cada vez se hará más masivo y, además de respetar sus reglas, deberán realizar distintas tareas que involucran conductas delictivas. Tyler y el narrador forjan una excelente relación de amistad y compañerismo, viendo que sus experiencias tienen mucho en común con las del otro; hasta que nuevamente aparece Marla, quien rompe con este extraño tipo de paz. Lentamente, la relación entre nuestro protagonista y Tyler atravesará momentos tensos, donde habrán muchos planteos y diferencias, mientras que el fenómeno de los clubes se va a extendiendo a un importante número de ciudades.
Como alguna vez definió mi maestro Aristóteles: “el hombre es un animal político (social)”, y esta película muestra a la perfección ambos lados: el social y el animal, inherente en todas las personas. Nuestro héroe no sólo deberá pelear contra otras personas, sino también contra sí mismo y contra la sociedad. Luchará contra otros hombres para demostrar su fortaleza, su valía y su superioridad. Se batirá a duelo contra su propio “yo”, donde pondrá en juego sus valores e intentará buscar el sentido de su existencia. Finalmente, deberá enfrentarse contra la sociedad consumista y egoísta, en una lucha desigual pero con el apoyo de sus seguidores, quienes lo considerarán como una especie de Mesías del nuevo siglo entrante.
En cuanto las actuaciones, todos conocen mi debilidad por Edu Norton; y en esta película sus gestos faciales y su manera de exteriorizar el sufrimiento interno de no estar a gusto consigo mismo me resultan geniales. No sólo son graciosas, sino muy creíbles: la desesperación está inmersa en él y busca algo, una revelación divina que pueda salvarlo y extirparle ese tumor. Brad Pitt, en un rol más canchero (bien representativo), muy seguro de quién es y cuál es su propósito, siendo una especie de guía para Norton, mostrándole cuál es el camino que debe tomar. Brad aprovecha todo su sex-appeal para captar la atención del público pero también para realizar un enorme trabajo (uno de sus tres mejores en mi opinión), demostrando que no es sólo una cara bonita. Helena Bonham Carter, gran actriz, queda más relegada, pero es fundamental para generar los quiebres emocionales de nuestro protagonista.
Personalmente, creo que el guión es lo que más sobresale dentro de esta gran película. Con una cantidad enorme de frases reflexivas y críticas que hoy, después de 12 años, todavía tienen el mismo significado, mostrando que poco (o nada) ha cambiado. El monólogo que realiza Edward Norton, en los primeros minutos de la cinta, es una gran fotografía de este mundo capitalista. En cuanto a la dirección, Fincher demuestra por qué es uno de los mejores directores de las últimas dos décadas y su gran capacidad para adaptar obras literarias y llevarlas a la pantalla grande.
Es una vergüenza que sólo haya recibido una sola nominación al Oscar. Claramente debía haber estado en la terna por mejor película, mejor director, mejor adaptación de guión y no hubiera estado nada mal otra nominación para Norton como mejor actor principal y para Pitt como mejor actor de reparto: pero la Academia… es la Academia y basta. Violencia, nihilismo, anticapitalismo, introspección, vandalismo; todo forma un gran cocktail explosivo que le impide pasar desapercibida. Otra gran película de los 90, otra gran película enormemente recomendada.
Ficha Técnica
Reparto: Edward Norton - Brad Pitt - Helena Bonham Carter.
Director: David Fincher.
Año: 1999.
Duración: 139 minutos.
Calificación El Guionista: 10.
Películas por catálogo: incluida.
Tráiler para Cine
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