martes, 31 de mayo de 2011

The French Connection

Cuando definimos a una película como “policial” tenemos que tener en cuenta que este género suele incluir variadas características de otros como el de suspenso, crimen, acción, drama y misterio. Uno piensa que al tener todos estos elementos una obra jamás puede ser mala, pero la realidad es que hay de todo tipo y bastante repartido. Es muy difícil poder compactar todas esas variedades y poder generar un film digno de ver: este es claramente uno de esos casos.


The French Connection (Contacto en Francia) toma lugar en dos ciudades: Marsella y Nueva York. Los primeros cinco minutos serán en la localidad francesa, donde ya tendremos una persecución y un asesinato. Luego iremos a la ciudad estadounidense donde conoceremos a Jimmy “Popeye” Doyle (Gene Hackman), un policía encubierto (con un disfraz muy particular) y a su compañero Buddy Russo (Roy Scheider) que tienen la exhaustiva tarea de limpiar las calles de la droga y combatir a las distintas mafias de la zona. Recorriendo bares y calles bastante poco amigables encarcelaran a todo aquel al que consideren sospechoso; pero, contrariamente a lo que pensamos, los resultados serán negativos porque siempre realizan arrestos menores y nadie confía ya en la capacidad de intuición de “Popeye” para llegar a los “capos”.

Sin importarle en lo más mínimo lo que sus superiores y colegas piensen de él, Jimmy Doyle seguirá sus corazonadas y, en un cabaret, conocerá a Salvatore Boca (Tony Lo Bianco), un modesto panadero italiano que finge ser un importante narcotraficante, en los altos círculos de la mafia neoyorquina. Doyle y Russo, empezarán a seguirle el rastro y descubrirán que los negociados de los malvivientes no sólo se desenvuelven en el ámbito local, sino que esto involucra a franceses. El líder de la organización criminal del país europeo es Alain Charnier (Fernando Rey), un tipo muy astuto y escurridizo que se la pondrá muy difícil a nuestro héroe. Los enemigos ya no serán simples rateros, negros o hippies que fuman marihuana; sino poderosos empresarios con una extensa red de contactos, inmunidad y custodios dispuestos a todo.

Con magníficas actuaciones se destaca por encima del resto la del gran Gene Hackman (nominado al Oscar como mejor actor protagónico), un referente de la ficción, interpretando a un policía de narcóticos que su única meta es limpiar las calles de los maleantes, y no cesará en ningún momento hasta cumplir con su objetivo. Doyle es personificado como un tipo duro, pasional, violento y hasta discriminatorio que con sus métodos poco convencionales y fuera de libreto enfrentará en una lucha sin cuartel al crimen y a la mafia organizada. Será imposible quedarse indiferente frente a las expresiones de “Popeye”, su forma de proceder y su obsesión para acabar con “los malos”. El altísimo nivel de Hackman, en uno de sus mejores 5 papeles, también está potenciado por la labor que desempeñan Roy Scheider (nominado como mejor reparto) y Fernando Rey (de origen español, interpretando a un francés). El duelo que entablan Hackman y Rey será uno de los más interesantes y atractivos de policía-criminal o bueno-malo, de la historia del séptimo arte.

Lo que hace magnífica a esta película y casi insuperable es la cantidad de planos perfectos y las secuencias de acción. Con imágenes de calidad superlativa, encuadres y tomas vanguardistas, esta obra se convirtió en videografía obligatoria para todos aquellos que quieran rodar películas policiales. El montaje, la fotografía, el sonido; estéticamente esta cinta no tiene fallas.

Se destacan dos persecuciones que darán cátedra para toda la historia de la industria cinematográfica. Primero la del subterráneo, donde estaremos expectantes esperando poder ver si “Popeye” atrapará a Charnier o no; suspenso hasta el último instante, con planos magistrales de la estación, y de dentro y fuera de los vagones. La segunda es la del auto y el tren; y, créanme, que esta es una de las mejores escenas que he visto y sentido en mi vida. “Popeye” deberá perseguir a un custodio de Charnier. Con la cámara en primera persona, como si fuéramos nosotros mismos los conductores, la tensión aumentará y será la mejor forma de hacernos partes de la película; nuestra vida correrá peligro al no respetar las leyes de tránsito y al ir en máxima velocidad. Para que se den una idea, es idéntica a las cámaras que utilizan la policía de Tigre (sólo que 40 años adelantados).

Debo aclarar que la media hora inicial puede volverse algo tediosa y parece no tener rumbo definido; pero luego de que los franceses desembarquen en el país norteamericano todo será acción, intriga y violencia. El final, totalmente inesperado, también nos mantendrá en vilo, siendo el climax de la película: el punto de tensión más alto de esta magnífica cinta.

Hace mucho que no repasaba clásicos y, en especial, mi década favorita de cine y música. Basada en hechos reales y del libro The French Connection de Robin Moore, este enorme film de referencia, obtuvo 8 nominaciones al Oscar y se adjudicó 5 de ellos, alzándose como la mejor película del año, en una elección muy reñida. Uno de los más grandes clásicos que haya dado el cine policial norteamericano; altamente recomendable.

Ficha Técnica

Reparto: Gene Hackman - Roy Scheider – Fernando Rey – Tony Lo Bianco.
Director: William Friedkin.
Año: 1971.
Duración: 104 minutos.
Calificación El Guionista: 8.
Películas por catálogo: incluida.

Tráiler para Cine

2 comentarios:

  1. Hola chicos, cómo están? Estos días estuve ausente así que tengo que ponerme al día con todos los informes que fueron publicando! Me va a llevar tiempo pero siempre es un placer leerlos.

    Saludos!

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  2. Y para nosotros es un placer que nos sigas fielmente y comentes. Tomate el tiempo que quieras.

    Abrazo grande Marxe.

    PD: sé que sos enemigo de los clásicos... pero si querés acción; deberías darle una oportunidad.

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