martes, 20 de noviembre de 2012

Borat

En el maravilloso mundo del séptimo arte, podemos encontrar esas películas que se imponen por la masiva aceptación del gran público. Es difícil saber cuántas de ellas pueden ser catalogadas como “clásicos” u “obras de culto” (muchas de ellas no llegan ni al calificativo de regular) pero su repercusión es innegable y suelen ser mencionadas entre amigos, familiares o compañeros. Así, corriendo gracias al boca a boca, es que me enteré de la existencia de Borat: Cultural Learnings of America for Make Benefit Glorious Nation of Kazakhstan, popularmente más conocida como Borat.

Como bien deja en claro su título, el periodista kazajo, Borat Sagdiyev (Sacha Baron Cohen) es enviado a “Los Estados Unidos y América” para nutrirse de sus costumbres y estilo de vida, y así poder utilizar los nuevos conocimientos en Kazajistán cuando regrese. Sin embargo, los planes de Borat cambian cuando, viendo la reconocida serie Baywatch, se enamora de Pamela Anderson y decide hacer todo lo posible para encontrarse con ella y proponerle matrimonio.

Sacha Baron Cohen (Hugo, El Dictador) es de esos personajes que lo amás o lo odiás. Es como El Gran Diegote (10); blanco o negro: con él, no hay grises. Personalmente, a mí me agrada su actitud políticamente incorrectísima y su manera ingenua para agredir y discriminar. No veo odio en sus manifestaciones o  necesidad de herir sentimientos (por más que lo logre) sino, más bien, veo un llamado de honestidad para la gran parte de la población que basa su humor en estereotipos  pero que, en público, exige mesura y una conducta intachable. Es imposible evitar que mucho de los espectadores y, en especial, las grandes esferas de los países o comunidades más atacadas por el humor del cómico, no se sientan e incluso humilladas; pero convengamos que alguien lo tenía que hacer.

Borat es una de las creaciones de Baron Cohen que integran Da Ali G Show y fueron llevados a la pantalla grande como el mismo Ali G o Bruno (algo así como que el brillante Diego Capusotto hiciera una película especial para Micky Vainilla o Pomelo). Este falso documental ronda entre lo ficcional y lo real; despertando la incertidumbre de saber qué está armado y qué no. Averiguando la cantidad de demandas por miles y millones de dólares que sufrieron la productora y los autores, me queda claro que salvo cuatro o cinco personajes, los demás no son actores y, mucho menos, tenían conocimiento del guión.

No creo que merezca ser calificada como brillante, especialmente por la cuestionable dirección desde el punto de vista artístico (aspecto al que no se le dio mucha importancia). Claramente, se apunta a lo grotesco y no repara en detalles, salvo en su banda de sonido, como única excepción, donde podemos disfrutar de una singular versión de Born To Be Wild que los fanáticos de Easy Rider recibiremos con una sonrisa o con algo de indignación (en mi caso, con la primera).

Las críticas y denuncias se dejan ver, evidenciando actitudes bastante reprochables de los norteamericanos, pero que están de fondo; lo importante es disfrutar de una sátira cómica poco convencional y muy directa. Humor simple y universal cuya meta es la de entretener y hacernos reír: objetivo que cumple con creces. Es de esas películas que volvería a ver varias veces.

Ficha Técnica

Reparto: Sacha Baron Cohen – Ken Davitian – Pamela Anderson.
Director: Larry Charles.
Año: 2006.
Duración: 84 minutos.
Calificación El Guionista: 7.
Películas por catálogo: incluida.

Tráiler para Cine


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