Para esto, Wiesler instalará micrófonos en el departamento
de Dreyman y hará largas guardias para así espiarlo a él, a su pareja y a sus
colegas, y así saber si ellos también son enemigos del socialismo de la Alemania oriental. Ubicados
en el país que divide al mundo en dos, todos estos personajes se verán
involucrados en un sucio juego de censura y dominación, donde sus convicciones,
sus ambiciones y sus instintos de supervivencia definirán el destino de sus
vidas.
Viendo los primeros cinco minutos del film ya se plantea el
tema principal: lo humano. Y quién llevará esta carga emocional será Wiesler. Una actuación memorable de Mühe, fallecido un año después del estreno de
la cinta, por un cáncer de estómago. Todos los actores están bien, pero el
nacido en Grimma alcanza un nivel de excelencia en un papel taciturno,
demostrando la tristeza y soledad de Wiesler, quien empieza a vivir la vida de
los otros de manera omnisciente, para luego marcar el curso de las mismas.
Cada acción, cada decisión trae consecuencias que, en este
tenso clima de sometimiento y desconfianza, son fatales. La fidelidad o la traición,
la pasividad o la necesidad de expresarse; cualquiera de ellas desembocan en
resultados drásticos y eso se ve reflejado en los sobresalientes giros que
tiene este largometraje. Salvador o verdugo, Wiesler debatirá qué es
lo correcto: si sus ideales a favor del régimen o sus sentimientos a favor de
la vida. Lo que está claro es que uno no puede ser una persona y jugar a ser
Dios, sin esperar ningún efecto irremediable. Uno es lo que es: un ser humano;
y el personaje principal lo deja muy en claro.
Brillante dirección de Florian Henckel von Donnersmarck que,
luego de este éxito, se vendió rápido a la industria cultural hollywoodense y
realizó la olvidable The Tourist. Además del montaje y sus planos secuencias,
no puedo dejar de lado la preciosa música de Gabriel Yared, que tiene un rol
fundamental dentro de la evolución dramática de los intérpretes. Desde La Conversación que no
veía varios de estos elementos que mencioné, plasmados de manera tan
interesante y coherente en una película de suspenso.
Seguramente, en ese mismo momento que terminamos de verla,
nos sentiremos satisfechos, habiendo disfrutado de una magnífica película. Pero
es durante las horas posteriores donde, analizando el contexto histórico y los
dilemas de sus protagonistas, nos damos cuenta del verdadero peso de la obra y
comprendemos su valor superlativo. No es que el argumento esté centrado en la
cuestión histórica, pero es algo que no podemos dejar de lado porque, al
tenerla en cuenta, la angustia y el dilema de los protagonistas se hacen más profundos.
Atractiva, apasionante e intrigante por donde se la mire. Desde
Argo que no veía un largometraje tan completo. Ganadora del Oscar a mejor
película extranjera de 2006 (entre tantos otros premios), podríamos catalogarlo
como “un clásico moderno”. De lo mejor que brindó el cine en la última década:
totalmente recomendable.
Ficha Técnica
Reparto: Ulrich Mühe – Sebastian Koch – Martina Gedeck.
Director: Florian Henckel von Donnersmarck
Año: 2006.
Duración: 135 minutos.
Calificación El Guionista: 9.
Películas por catálogo: incluida.
Tráiler para Cine
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