viernes, 30 de noviembre de 2012

Das Leben Der Anderen

Actualmente, mi tiempo disponible para el ocio es menor de lo que me gustaría. Se aproximan mis últimos finales y los largometrajes más comentados para llevarse las distintas premiaciones, aún están lejos de nuestro país. Es por eso que, de ponerme a ver una película, imploro que sea alguna que me deje algo. Muchas veces me han recomendado Das Leben Der Anderen (La vida de los otros, The Lives of Others) y hacía tiempo que no disfrutaba del cine alemán. Con sólo ver el inicio me di cuenta de que realmente iba a ser una jornada cinéfila muy placentera y de que todos aquellos que me insistían para que la viese, tenían razón.

Año 1984, en la República Democrática Alemana, la Stasi (órgano de inteligencia) sigue de cerca de todos los enemigos del socialismo. El capitán Gerd Wiesler (Ulrich Mühe), es un destacado agente de esta policía política y su misión ahora es vigilar al reconocido dramaturgo Georg Dreyman (Sebastian Koch). En una época sumamente difícil para los artistas, donde el gobierno decide quién avanza con su carrera y a quienes se les baja el pulgar para sumergirlos en el olvido, una de las rehenes de este sistema es la famosa actriz, Christa-Maria Seiland (Martina Gedeck), novia de Dreyman.

Para esto, Wiesler instalará micrófonos en el departamento de Dreyman y hará largas guardias para así espiarlo a él, a su pareja y a sus colegas, y así saber si ellos también son enemigos del socialismo de la Alemania oriental. Ubicados en el país que divide al mundo en dos, todos estos personajes se verán involucrados en un sucio juego de censura y dominación, donde sus convicciones, sus ambiciones y sus instintos de supervivencia definirán el destino de sus vidas.

Viendo los primeros cinco minutos del film ya se plantea el tema principal: lo humano. Y quién llevará esta carga emocional será Wiesler. Una actuación memorable de Mühe, fallecido un año después del estreno de la cinta, por un cáncer de estómago. Todos los actores están bien, pero el nacido en Grimma alcanza un nivel de excelencia en un papel taciturno, demostrando la tristeza y soledad de Wiesler, quien empieza a vivir la vida de los otros de manera omnisciente, para luego marcar el curso de las mismas.

Cada acción, cada decisión trae consecuencias que, en este tenso clima de sometimiento y desconfianza, son fatales. La fidelidad o la traición, la pasividad o la necesidad de expresarse; cualquiera de ellas desembocan en resultados drásticos y eso se ve reflejado en los sobresalientes giros que tiene este largometraje. Salvador o verdugo, Wiesler debatirá qué es lo correcto: si sus ideales a favor del régimen o sus sentimientos a favor de la vida. Lo que está claro es que uno no puede ser una persona y jugar a ser Dios, sin esperar ningún efecto irremediable. Uno es lo que es: un ser humano; y el personaje principal lo deja muy en claro.

Brillante dirección de Florian Henckel von Donnersmarck que, luego de este éxito, se vendió rápido a la industria cultural hollywoodense y realizó la olvidable The Tourist. Además del montaje y sus planos secuencias, no puedo dejar de lado la preciosa música de Gabriel Yared, que tiene un rol fundamental dentro de la evolución dramática de los intérpretes. Desde La Conversación que no veía varios de estos elementos que mencioné, plasmados de manera tan interesante y coherente en una película de suspenso.

Seguramente, en ese mismo momento que terminamos de verla, nos sentiremos satisfechos, habiendo disfrutado de una magnífica película. Pero es durante las horas posteriores donde, analizando el contexto histórico y los dilemas de sus protagonistas, nos damos cuenta del verdadero peso de la obra y comprendemos su valor superlativo. No es que el argumento esté centrado en la cuestión histórica, pero es algo que no podemos dejar de lado porque, al tenerla en cuenta, la angustia y el dilema de los protagonistas se hacen más profundos.

Atractiva, apasionante e intrigante por donde se la mire. Desde Argo que no veía un largometraje tan completo. Ganadora del Oscar a mejor película extranjera de 2006 (entre tantos otros premios), podríamos catalogarlo como “un clásico moderno”. De lo mejor que brindó el cine en la última década: totalmente recomendable.

Ficha Técnica

Reparto: Ulrich Mühe – Sebastian Koch – Martina Gedeck.
Director: Florian Henckel von Donnersmarck
Año: 2006.
Duración: 135 minutos.
Calificación El Guionista: 9.
Películas por catálogo: incluida.

Tráiler para Cine



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