lunes, 6 de junio de 2011

Kramer Vs. Kramer

Históricamente, dentro de mi querido núcleo familiar se produce siempre el mismo debate cuando de cine se trata y este tiene que ver con el “realismo de las películas”. Por un lado (y sin dar nombres), están los que creen que una película es buena o puede llegar a serlo si, y solo si, no cuenta con elementos fantásticos o inverosímiles, es decir, que su contenido deber ser coherente con la realidad y con situaciones que en ella puedan producirse. Por otro lado, está el grupo de los que creen (que creemos) que toda película puede ser buena a priori, sin importar que en ella haya elementos poco creíbles o que nunca puedan ocurrir (como es el caso de los films de ciencia ficción); de hecho yo creo que todas las películas cuentan una historia o se refieren a situaciones que a cualquiera le pueden ocurrir, la diferencia está en que unas elijen contar eso de forma literal y otras recurren a elementos imaginarios que actúan como una metáfora de lo real.


Sin embargo, y a pesar de esta última apreciación personal, creo que es mucho más difícil hacer una buena película y que esta además sea simple y que cuente su historia en un formato casi fabulesco o de “cuentito”, que producir una cinta de la misma calidad pero recurriendo a otro tipo de recursos que la complejicen. Por esta razón, películas como Kramer vs Kramer, para mí, tienen un valor agregado.

La película cuenta la historia de Ted Kramer (Dustin Hoffman) y su disfuncional familia y lo hace en tres bloques perfectamente diferenciables. En primer lugar, accedemos a un conocimiento casi de contexto de la familia Kramer, que está compuesta por el mencionado Ted, a quien no le cabe mejor adjetivo que el de workaholic (un adicto, casi enfermo del trabajo), su esposa Joanna (Meryl Streep) y su hijo Billy (Justin Henry). Este primer gran momento de la película finaliza cuando Joanna, cansada de casi ni ver a su esposo durante todo el día y de la poca atención que este le presta, decide abandonar a su familia para buscar otro tipo de vida, uno que la haga feliz.

Así nos introducimos en la segunda parte de la película en la que los problemas de Ted se multiplicarán a raíz del abandono de su mujer. Además de tener que sobrellevar la ida de Joanna, este reciente padre soltero deberá aprender lo que verdaderamente es la paternidad ya que su pequeño hijo Billy ahora depende de él para todo y, para colmo de males, su rendimiento en el trabajo también está en baja por lo que su jefe decide despedirlo. En este contexto, resulta altamente interesante y emocionante a la vez ver cómo se va desarrollando la relación entre padre e hijo y lo que el uno aprende del otro durante el proceso.

Paradójicamente, cuando Ted y Billy logran que sus vidas recuperen el equilibrio, Joanna decide que haberlos abandonado fue la peor decisión que pudo tomar y ahora quiere redimirse, lo que implica que pedirá la custodia de su hijo. Este es el inicio del tercer gran momento de la película que coincide además con su punto máximo de emoción ya que veremos la lucha de estos dos padres por la custodia y el amor de su hijo.


Ficha Técnica

Reparto: Dustin Hoffman - Meryl Strep - Justin Henry.
Director: Robert Benton.
Año: 1979.
Duración: 105 minutos.
Calificación El Guionista: 8.
Películas por Catálogo: incluida.

Tráiler para Cine

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