The Mentalist

Ya es conocido por todos que los días viernes deben ser jornadas especiales, dedicadas a salir de la rutina y dejar volar la imaginación… no, mentira. La verdad es que, por lo menos en mi caso, yo llego casi destruido al viernes, con horas de sueño acumuladas y con la esperanza (muchas veces insatisfecha) de realizar la menor cantidad de actividades posibles, a tal punto de que mis desplazamientos máximos durante el fin de semana se producen cuando recorro el trayecto que me lleva de mi cuarto al living, con esporádicas excursiones a la cocina y el baño. Por consiguiente, hemos ideado con esa mentalidad nuestros ya célebres Anything Can Happen Fridays, aunque hoy me dejé llevar demasiado por la parte del “anything”. Claro está que esto lo digo porque la crítica de hoy tiene como protagonista a una serie y no a una película, pero seamos sinceros, la única diferencia entre ambas es el formato en que nos intentan contar una historia, en lo demás no difieren demasiado.

The Mentalist, dentro de las distintas estructuras narrativas que pueden darle forma a una serie, cuenta con un estilo clásico si tenemos en cuenta que su género dominante es el policial. Por lo tanto, en cada episodio de 40, 43 minutos aproximadamente, encontramos una trama completa que en todos los casos tiene como centro un asesinato a resolver; mientras que la continuidad de los distintos capítulos le va dando forma a la historia central que se desarrolla a lo largo de sus diversas temporadas, que hasta el momento son tres.

La historia gira en torno a un personaje principal (justamente “El Mentalista”, aunque no era necesario ser muy vivo para deducirlo) llamado Patrick Jane (Simon Baker) quien carece de cualquier tipo de habilidad psíquica o sobrenatural. De todas formas, el título de la serie es absolutamente pertinente ya que el método de deducción y observación de este personaje para resolver casos de asesinato rosa con lo paranormal.

Durante su juventud, Patrick se ganaba la vida a costa de su gran inteligencia para “leer” a las personas montando pequeños espectáculos en circos o ferias ambulantes. Alcanzada la edad adulta, decide formar una familia que está integrada por su esposa, a quien ama profundamente, y su pequeña hija. Al mismo tiempo, Patrick continúa ganándose la vida a través de sus dones, pero en este caso de manera más estridente, participando en shows televisivos y espectáculos afines. Es de esta forma que nuestro protagonista cruzará el límite.

Durante uno de tantos programas de TV emitidos en el llamado prime time, Patrick se jactará de sus habilidades psíquicas (a pesar de tener plena conciencia de que carece de esta capacidad), tratando de analizar y predecir la forma de actuar de uno de los más atroces y despiadados asesinos seriales que California jamás haya conocido: Red John. Debido a esta parodia montada en televisión, Patrick despertará la ira de este asesino, a tal punto de que una noche al volver a su casa después de trabajar encontrará a su esposa e hija brutalmente asesinadas bajo la marca característica de Red John: una cara sonriente pintada en la pared con la sangre de sus víctimas.

Así, Patrick Jane abandonará toda actividad que tenga que ver con el mundo del espectáculo para dedicarse a resolver asesinatos como consultor del Buró de Inteligencia de California, sin molestarse por esconder el verdadero motivo de este cambio de trabajo: encontrar y matar a Red John con sus propias manos.

Ficha Técnica

Reparto: Simon Baker - Robin Tunney - Tim Kang - Owain Yeoman - Amanda Righetti.

Director: Bruno Heller.

Año: 2008.

Duración: 43 minutos.

Temporadas estrenadas: 3.

Episodios: 70.

Calificación El Guionista: 9.

Películas por catálogo: incluida.

Tráiler para Cine