martes, 7 de junio de 2011

Dead Man Walking

Hoy me voy a permitir criticar esta película que claramente es un drama; pero como la escena central es un crimen, la publicaré en este Martes de crimen. Anteriormente, en este humilde pero brillante espacio recomendamos una película que como tema principal tiene a la pena de muerte. Esta será la segunda crítica con respecto a esta temática.


Dead man walking (Mientras estés conmigo en Argentina) es una historia real, basada en la novela homónima escrita por la hermana Helen Prejean, donde cuenta cómo fueron los últimos días de Patrick Sonnier, condenado a la pena de muerte por ser acusado de atroces crímenes. En la adaptación cinematográfica, la hermana Helen Prejean (Susan Sarandon) es una monja compasiva y solidaria, dedicada a su vida de servir a los demás en un barrio pobre de Nueva Orleáns. En su hogar, ella recibirá correspondencia de Matthew Poncelet (Sean Penn), sentenciado a la pena de muerte por violación y asesinato de dos jóvenes; crímenes que él asegura no haber cometido. La hermana Helen visitará a Poncelet a la prisión y se convertirá en la responsable de evitar que el criminal sea ejecutado con la máquina de inyección letal.

La hermana Helen pedirá ayuda a un abogado (Robert Prosky) para poder apelar este fallo y lograr cambiar la pena de muerte por cadena perpetua; pero esta tarea será muy difícil y hasta último momento no sabremos si lo logrará. La hermana Helen, se verá en la incómoda situación de defender y compartir su tiempo con alguien a quien todos consideran culpables; escuchando todas las campanas (tanto de la familia del reo como las familias de las víctimas). Sus dudas sobre Poncelet la obligarán a indagar para llegar a la verdad de una historia totalmente oscura, llena de maldad y tristeza.

La situación del criminal empeorará al pasar los días y su sentencia final estará cada día más cerca. En manera de flashbacks, las escenas del crimen nos serán ofrecidas como parpadeos y descubriremos qué fue lo que realmente pasó. Finalmente, Poncelet decidirá que la hermana Prejean sea su consejera espiritual para poder compartir sus últimos días con ella; y esto hará surgir una profunda relación entre él y la hermana Helen, buscando la verdad sobre el trágico crimen, para que Poncelet pueda alcanzar la salvación y libertad espiritual.

Susan Sarandon interpreta a una monja que se encuentra en una situación completamente nueva, sin experiencia y sin saber cómo manejarla. Sintiendo mucho miedo y dudas sobre Poncelet, estará siempre cerca de quebrarse y desbordarse; pero es algo que deberá evitar para poder ser el pilar del criminal. Además, este accionar noble de defender a una persona considerada popularmente como malvada, le generará consecuencias en su barrio humilde, donde hay gran población de raza negra, ya que Poncelet tiene cierta inclinación por el nazismo. No obstante, la hermana Helen piensa que toda persona tiene su lado bueno y que nadie tiene por qué ser ejecutado por muy atroz que haya sido su pasado.

Esta cinta supone un provocador examen sobre el sistema judicial norteamericano; sobre el crimen y el castigo. La película pondrá en tela de juicio la pena de muerte, mostrándonos las dos posturas posibles: tanto los que están a favor, como los que están en contra; aunque la cinta tendrá cierta tendencia marcada sobre cuál optar. Lejos de ser jueza, la hermana Helen será el punto medio entre ambas posturas: a las charlas íntimas con Poncelet, habrá que sumar los desgarradores testimonios que obtiene de las familias perjudicadas que perdieron a sus hijos. Seguramente muchos crean que les conté más de lo que debía pero créanme que esto no es nada. Los diálogos, los relatos, las expresiones; todo es brillante y harán que mis palabras se vuelvan muy pequeñas, en comparación, y sólo sirvan para seducirlos con esta maravillosa obra de enorme reflexión, de denuncia social y del sistema político.

El trabajo de Tim Robbins, en su faceta como director, nos ofrecerá este debate de temas tan complejos y significativos como la muerte, la salvación, el perdón, la libertad y el arrepentimiento. Insisto, la película tiene una tendencia, que no está burdamente marcada, pero aún así se presta a la diversidad de opiniones y, finalmente, seremos los espectadores quienes tomemos una postura. Ya conocemos los grandes dotes actorales de Robbins, pero su talento como director también quedará demostrado en cómo logra hacernos quebrar cuando los protagonistas así lo desean, y no antes: esto demuestra la calidad de las actuaciones y la dirección, además de un guión fuerte. Ambas interpretaciones son magistrales: Susan Sarandon consiguió con esta enorme actuación su primer Oscar a mejor actriz protagónica, mientras que Sean Penn fue nominado como mejor Actor. Además debemos destacar la excelente banda sonora que ayudan a generar el clima dramático y de tensión que la obra amerita; con vocalistas como Bruce Springsteen y Eddie Vedder, entre otros.

Dead man walking (con cuatro nominaciones al Oscar) no dejará indiferente a nadie. A diferencia de The life of David Gale, el controversial y difícil tema de la pena de muerte está tratado de una manera mucho más profunda y posiblemente, sea la película que mejor lo ha abordado. Es cierto que es un relato muy lineal, que carece de escenas de suspenso y de acción en comparación con la película protagonizada por Kevin Spacey. Pero, como punto a favor, estas características la hacen más realista y sensata, con altos grados de veracidad en cuanto a los sucesos y procedimientos que anteceden a la pena de muerte. Una obra conmovedora y absorbente con un relato dramático, crudo y a su vez cautivador que nos mantendrá en vilo desde el principio hasta el final. Una película totalmente recomendable.

Ficha Técnica

Reparto: Susan Sarandon – Sean Penn – Robert Prosky.
Director: Tim Robbins.
Año: 1995.
Duración: 122 minutos.
Calificación El Guionista: 7.
Películas por catálogo: incluida.

Tráiler para Cine

2 comentarios:

  1. Ufff que tema difícil. Me costaría mucho ver esta película ya que no podría entender ni respetar los motivos ni las creencias que lleven a alguien a acompañar a quien merece morir. Sinceramente no creo ni acepto los derechos humanos para quienes quitaron la vida a otras personas. Tampoco creo que la cadena perpetua sea peor castigo que la pena de muerte, ya que como contribuyente no deseo que mis impuestos se usen para dar de comer a un homicida, violador, etc.
    Me la complicaron hoy.

    Saludos!

    ResponderEliminar
  2. La idea es complicarla; generar debate. La película lo hace y de una manera profunda. Estoy seguro de que te va a gustar.

    Gracias Marxe, como siempre.

    ResponderEliminar