The Butterfly Effect

Cuando faltan pocas horas para nuestro post número 100 (que tendrá lugar mañana y estará a cargo del magnífico Daniel Eduardo Castaño Codebó), creo estar en condiciones de afirmar que medianamente ustedes ya van conociendo mis gustos, preferencias y hasta mi lista negra en lo que al cine se refiere. Sin embargo, la mayoría de ustedes está a oscuras en lo que a otros aspectos de mi vida se refiere y sinceramente sé que no puedo privar al mundo de una personalidad tan interesante y profunda, como la mía (risas).

El motivo por el que señalo esto es porque, en lo que a la música se refiere por ejemplo, soy igualito al Edu Feinman y su relación con la no discriminación: no sé nada al respecto, ni me interesa aprender. Pero esperen, antes de ser conocido para siempre como el Feinman del mundo musical, debo aclararles que, por lo menos en un aspecto, soy distinto al facho conductor de C5N y esto es porque, si escucho (o alguien me hace escuchar) lo que en la jerga se denomina “un buen tema”, no tengo problemas en añadirlo a mi escasa lista de favoritos musicales.

Y les digo esto porque con las películas me pasa exactamente eso que mencionaba al final del último párrafo, cuando estas me introducen a alguna buena canción que desconocía, inmediatamente la descargo a mi ordenador, como me ocurrió tras ver The Butterfly Effect, cuyo tema de cierre es Stop crying your heart out, de Oasis.

Ahora sí, además de la música, aspecto destacable por demás en esta película, nuestra protagonista de este Lunes de Drama se destaca por muchas otras cosas, entre las que me gustaría destacar la originalidad del tema principal de su trama y la forma que se eligió para tratarlo.

El tema en cuestión es el denominado efecto mariposa, que se refiere básicamente a las consecuencias de nuestro obrar. De esta manera, todo lo que nosotros hagamos, por más minúscula que esa acción sea (como el aleteo de una mariposa), tendrá múltiples y variadas ramificaciones que afectarán nuestra vida y la de aquellos que nos rodean. Ahora bien, lo que The Butterfly Effect aporta en este sentido es el gran tratamiento que de este tema se hace ya que, en nuestra existencia real, todos podemos ver las consecuencias de nuestras acciones, pero lo que no podemos experimentar es aquello que hubiera pasado si nuestro accionar hubiera sido distinto en una u otra circunstancia.

Evan (Ashton Kutcher) es un joven estudiante de psicología que ha vivido una dura infancia, llena de traumáticos episodios que lo han marcado de por vida. Entre ellos se cuenta el día en que, con solo siete años, Evan conoció a su padre en el hospital psiquiátrico donde estaba internado. Después de ser atacado por este, quien se abalanzó sobre su indefenso hijo con intenciones de matarlo, Evan, siguiendo el consejo de su psiquiatra, comenzó a documentar su vida en una especie de diario personal. A través de esta práctica, este peculiar personaje empezará a notar que hay algunos episodios de su vida que no recuerda, ciertas lagunas mentales a las que no puede acceder.

El desencadenante de la película se produce cuando, 13 años después de empezar a escribir su diario, a Evan se le ocurre leer uno de sus tomos, lo que le permite trasladarse físicamente a cualquier período de su vida pasada que esté documentado entre sus páginas, e incluso modificar el rumbo de esos acontecimientos… y de su vida futura.

Ficha Técnica 

Reparto: Ashton Kutcher - Amy Smart - Melora Walters.

Director: Eric Bress - J. Mackye Gruber.

Duración: 113 minutos.

Año: 2004.

Calificación El Guionista: 8. 
Películas por catálogo: incluida. 

Tráiler para Cine