Snatch

No recuerdo exactamente cómo llegué a ver esta cinta, pero tengo tres hipótesis. La primera: al chequear títulos en una famosa página argentina donde uno puede descargar películas gratis (algo que jamás hice…) me llamó la atención su nombre. La segunda: al comprobar su elenco. La tercera y la que creo más posible: al descubrir que mi grupo de rock favorito aportaba uno de sus temas para la banda sonora.

Snatch (Cerdos y diamantes) es un film bastante difícil de explicar desde su punto de partida. Podría decirles que dentro de esta genial obra se entrelazan dos historias: la del boxeo clandestino y la de un precioso diamante. El protagonista principal es “El turco” (turkish, nada que ver con el que se robó todo en los 90’s y que acaba de quedar absuelto por el tráfico de armas) que toma parte de la primera historia, pero lentamente se adentrará el la otra.

Turco (Jason Statham) es una mezcla de promotor, manager o entrenador de boxeo, sin llegar a ser ninguna, que es presionado por un impetuoso mafioso apodado “El ladrillo” (Alan Ford) para que le consiga peleadores que se dejen vencer. Turco siempre estará acompañado de su socio y amigo Tommy (Stephen Graham), un muchacho demasiado ingenuo y con bastantes pocas luces.

Por otro lado podemos ver otros personajes como Frankie “cuatro dedos” (Benicio Del Toro) o Boris “el navaja” (Rade Serbedzija) que se lanzan en la búsqueda de la joya antes mencionada u otros como el gitano Mickey (Brad Pitt) o Tony “dientes de bala” (Vinnie Jones) que se van sumando a la historia a medida que la trama se desenvuelve. Los caminos de todos estos individuos se irán uniendo y desde su heterogeneidad darán inicio a una cadena de conflictos tan riesgosos como bizarros.

Jason Statham es un actor que me cae bien (por su simpatía más que por su talento) pero la mayoría de sus películas me parecen malas o del montón: ésta es una de las que destaco como positivas. También cabe destacar el trabajo de Brad Pitt, con su acento y manera de hablar tan peculiar (y, a veces, irritante). En lo que a mí respecta, Pitt, además de lucir su escultural físico para el agrado de todo el público femenino (y seguramente de varios del masculino) como lo hizo en Fight Club, es protagonista de las secuencias más chistosas. Aunque las mejores escenas que recalco son la de los tres autos y la de la pelea con música de Oasis de fondo (así es: Oasis, pero nada de Wonderwall ni Songbird).

Sinceramente, no se puede explicar; debe ser vista. Un film para entretenerse y distenderse, pero para seguir atentamente. Guy Ritchie (director de Sherlock Holmes y Lock, Stock and Two Smoking Barrels), al mejor estilo Tarantino, no nos cuenta una historia lineal; sino un relato circular que va y vuelve constantemente para hacer aún más graciosa la narración. Este es su segundo trabajo, convertido en obra de culto. Además cuenta con el apoyo de una muy acorde banda sonora y de efectos visuales y de edición más que interesantes.

La película no tiene pausas y no te da la posibilidad de respiro; su ritmo es trepidante. Personajes de distintas etnias y religiones, completamente estereotipados y exagerados, comparten escena entre ellos haciendo gala de un pícaro y atrevido humor negro. Luchadores, ladrones, mafiosos, ludópatas, gitanos, judíos, negros, rusos, sicarios y perros harán de esta magnífica cinta un cóctel explosivo de situaciones completamente ridículas como también increíblemente divertidas.

Un film que lo podés ver mil veces y difícilmente te canses. Los canales de cable deberían dejar de pasar las mismas estúpidas comedias del Frat Pack y emitir esta obra innumerable cantidad de días y les aseguro que todos seríamos felices.

Ficha Técnica

Reparto: Jason Statham – Stephen Graham - Brad Pitt - Alan Ford – Dennis Farina.
Director: Guy Ritchie.
Año: 2000.
Duración: 97 minutos.
Calificación El Guionista: 8.
Películas por catálogo: incluida.

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