Slumdog Millionaire

Quiero empezar por decir que, si son de esos que regularmente visitan El Guionista (y les aseguro que, por lo menos, una o dos personas lo hacen), habrán notado que mi opinión con respecto a Slumdog Millionaire, si bien no es negativa ni mucho menos, está más bien alejada de la de los miembros de la célebre Academia, que decidieron galardonarla con el Oscar a Mejor Película en el año 2008. No estoy diciendo que esta excelente película no merezca tal reconocimiento, simplemente me he limitado a señalar que otros nominados ese año (como Changeling o The Curious Case of Benjamin Button) hicieron méritos superiores para quedarse con la estatuilla, pero bueno, son puntos de vista (traducción: si quieren putearme por la opinión precedente, pueden acceder a nuestra sección de comentarios).

Personalmente, yo destaco dos elementos (y tal vez un tercero, pero más subjetivo que los anteriores) que distinguen a esta cinta. En primer lugar, realmente admiro la idea que tuvo el escritor de la trama (o el director, no sé… se lo preguntaré a Danny Boyle cuando lo vea uno de estos días) para ofrecernos una película contada en modo flashback, pero distinta al resto. En este sentido, creo que estamos ya habituados (por no decir cansados) de ver películas que se inician en un período temporal, pero cuyas acciones tienen lugar en otro tiempo, siendo la excusa para trasladarnos al pasado un enfermedad en alguno de los protagonistas o un personaje secundario (generalmente periodista de profesión) que busca recabar información sobre la extraordinaria vida de alguien más. En este caso, el protagonista de nuestra historia, Jamal Malik (Dev Patel), se convierte en ganador del famoso concurso “¿Quién quiere ser millonario?” tras contestar exitosamente una serie de preguntas de extrema dificultad, sobre todo para alguien como él, un simple indio de clase baja que, de acuerdo al prejuicio imperante, nunca podría ser capaz de tener semejantes conocimientos.

El segundo elemento, al que hacía referencia en el párrafo precedente, que es digno de ser destacado es la historia que la película cuenta. Esta básicamente consiste en un rápido recorrido por la increíble y corta vida de nuestro amigo Jamal y por cada una de las curiosas circunstancias en las que Malik se vio envuelto para, en el tiempo presente, ser el legítimo ganador del millonario premio que el programa de TV ofrece. Asimismo, la trama también nos ofrece una segunda historia (que a los amantes de las películas gay-friendly nos encantó), en este caso, romántica que tendrá como protagonista al propio Jamal y a Latika, una joven como él a la que conoce desde su infancia.

Debo decir que la película es enormemente recomendable, ya que, en primer lugar, el gran repaso de la vida de Jamal resulta muy interesante (mostrando el lado social de la situación, muy típico de las películas de Danny Boyle), mientras que el momento en que ese flashback termina coincide con el principio del desenlace de la historia de amor que el protagonista tiene con Latika, para desembocar en un final acorde a la historia.

PD: no crean que me olvidé del “tercer elemento más subjetivo que los anteriores”, nooo. Este se compone básicamente de la inconmensurable belleza de Freida Pinto, la actriz que interpreta el rol de Latika, que honestamente no tiene desperdicio.

Ficha Técnica 

Reparto: Dev Patel - Freida Pinto - Saurabh Shukla.

Director: Danny Boyle.

Duración: 120 minutos.

Año: 2008.

Calificación El Guionista: 9. 
Películas por catálogo: incluida. 

Tráiler para Cine