Últimamente a El Guionista le pegó la onda francesa recomendando películas con actores de aquel país o que tengan como locación principal a la ciudad luz, como con Midnight In Paris o Paris Je t’aime. Para mantener el tono, hoy les traigo otra cinta del cine galo.
Les Rivières Pourpres (Los ríos de color púrpura, en castellano, y The crimson rivers, en inglés) narra la historia de dos investigaciones criminales que al correr de las horas se irán uniendo. El comisario Pierre Niemans (Jean Reno) viajará hasta la ciudad universitaria de Guernon para hacerse cargo del asesinato de un joven bibliotecario. El crimen fue atroz pero realizado con una precisión quirúrgica. Niemans necesitará de la ayuda de Fanny Ferreira (Nadia Farès), una chica alpinista que encontró el cadáver colgado en una montaña.
Mientras tanto y a 300 km, el teniente Max Kerkerian (Vincent Cassel), ex ladrón de autos y actual oficial bastante aburrido de su profesión, se dedica a resolver la profanación de una tumba de una niña de 10 años y el robo de documentación en una escuela. Sin embargo, el número de víctimas fatales empezará a aumentar y siempre con el mismo modus operandi, siniestro y cruel. Al profundizar su investigación, nuestros héroes irán descubriendo que esa universidad realmente no es una cuna del conocimiento, sino que su objetivo va mucho más allá de formar a los “Bill Gates del futuro”.
No sólo la primera media hora, sino que hasta la hora de rodaje, es imposible no sentirse atrapado con la trama. Llena de suspenso e intriga. Con un ritmo muy bien marcado y siempre en ascenso, el relato se dirige de manera perfecta hasta el momento en el que los caminos de nuestros héroes se entrelazan. ¿Cómo podría terminar mal? La realidad es que durante los 40 finales se acelera de una manera descomunal donde abunda la información y las escenas de acción, sin poder llegar a procesarlas. Cuando creemos haberlo conseguido, la película ya terminó.
Entonces el final pasa a ser flojo; una verdadera lástima. Esta cinta necesita de varios minutos más para poder asimilar toda esa sobrecarga de datos y persecuciones. Además, es injusto esperar una hora para que estos dos grandes actores se junten y luego sólo disfrutarlos un poco más de 30 minutos. Es inevitable quedarse con ganas de ver más acción conjunta entre Reno y Cassel, ya que en las escenas que comparten se ve una muy buena química entre ellos aportando, a partir de sus distintas personalidades e influencias, lo mejor del film.
Con un Jean Reno consolidado gracias a su trabajo en Léon y con varias experiencias en superproducciones como Godzilla o Misión Imposible, su interpretación es muy correcta. Encarnando al serio e infalible Niemans podemos apreciar a un oficial que no se dará por vencido en su causa. Además descubriremos que detrás de todo ese hermetismo y profesionalismo, se encuentro un hombre con cierta sensibilidad y miedos escondidos.
Pero además esta obra cuenta con el gran Vincent Cassel (Sur Mes Lèvres, Black Swan, Eastern Promises) interpretando al pendenciero e irreverente Max Kerkerian, en un gran nivel. Debo admitir que en esta obra conocí a Cassel y a partir de aquí sólo tuve que seguir mirando otros de tus trabajos para confirmar que es uno de mis actores favoritos y de los más talentosos de los últimos años. Mi escena favorita es cuando va a interrogar a los neonazis en su gimnasio; gran coreografía de combate.
Lo interesante de ambas interpretaciones protagónicas es que ellos ponen al hombre por encima del policía. Además cuenta con un correcto papel de Nadia Farès, sin sobresalir, y con la participación de dos experimentados actores como Dominique Sanda (Garage Olimpo) y Jean-Pierre Cassel (Murder on the Express Orient), padre de nuestro querido Vincent.
Esta es la obra que me acercó al cine francés. Acostumbrado a las superproducciones estadounidenses, Los ríos de color púrpura fue el puente perfecto para desembarcar en el país europeo. ¿Por qué el puente perfecto? Porque esta cinta se encuentra justamente en el medio: actores, director y guión francés, pero productora yankee. Claramente este ejemplar del género policial se acerca más al estilo hollywoodense que al típico patrón del cine francés. Nominada a 5 premios Cesar, no obtuvo ninguno.
En resumen, la película es buena y el entretenimiento está asegurado. Cuenta además con una espectacular fotografía, precisa banda sonora y geniales secuencias y travellings aéreos. Me resulta atractiva y, cada tanto, me dan ganas de verla, por el dinamismo, la acción y el relato. Pero no puedo evitar sentir algo de bronca y decepción al saber que, si el final hubiese sido mejor, estaríamos hablando de una obra maestra del cine negro y gore.
Ficha Técnica
Reparto: Jean Reno – Vincent Cassel – Nadia Farès.
Director: Mathieu Kazzovitz.
Año: 2000.
Duración: 98 minutos.
Calificación El Guionista: 7.
Películas por catálogo: incluida.
Tráiler para Cine
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